La corona

La saga de la selección me ha encantado, me ha hecho llorar, reír, soñar, creer, pensar,...

A pesar de eso, el último libro es el que menos me ha gustado, supongo que es porque mi personaje favorito desde el principio siempre ha sido America, y en este libro ya no tiene ese protagonismo. Es verdad me ha encantado la forma de ser Eadlyn, pero quería que se casase con Kile y no con Henri.

No se ha visto mucho sobre Henri, ni como es su personalidad, si tiene familia o algo más y creo que es por eso que no he podido cogerle cariño a su personaje.

El mejor libro sin contar con la trilogía principal. Me acordé de la selección de Maxon y me sentí un personaje más del libro.
El final me lo olía un poco, pero era lo que yo quería que pasara.
Cuando cuenta lo de Clarkson lo único que quieres es llorar.
Y al principio del libro también.
Amo a America, me daba miedo de que le pasara algo.
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La Corona, el final de un Saga que me ha encantado de principio a fin

Kiera Cass tiene una forma muy guay de escribir, La saga de la Selección, ha sido divertida, fresca, original, una lectura ligera y divertida, con momentos justos de romanticismo a pesar de ser un drama-comedia-romántica.

Aunque creo que sobre esta saga lo he dicho todo, debo decir que me ha dado mucha pena acabarla, ya que para mí ya… es una de mis sagas favoritas. Me ha encantado conocer a Eadlyn, seguir su evolución, y ver los cambios que el personaje enfrenta y vive. Ya que desde que la conocimos por primera vez en La Heredera…ha habido, y ha hecho muchos cambios.

Aunque forma parte de la Selección, esta historia ocurre años después de la coronación de América y Maxon. Y la que nos trae muchas más aventuras, y desventuras de la Familia Schreave, que nos ayuda a profundizar más en algunos personajes, y en la historia, para concluirla con un final acorde y de 10.

Sin duda es una historia muy recomendada, con la disfrutaras, sufrirás (un poquito), pero en la que no te faltaran risas. Si buscas libros cortitos que leer, entre medias de sagas grandes, sin duda, esta es la tuya.

Tras el infarto sufrido por la reina America, su hija debe asumir más responsabilidades ejerciendo como reina de forma temporal hasta la recuperación de su madre. Esto hará que la Selección se tenga que acelerar.

Podemos ver cuáles son los miedos de Edlyn relacionados con su reinado y con su vida personal. La fachada que mostraba en la anterior novela de altanera y egoísta, va desapareciendo afortunadamente. Es más fácil conectar con el personaje ahora.

Ahora que quedan pocos pretendientes en palacio, podemos ver como Eadlyn empieza a tenerlos realmente en cuenta y a sentir aprecio por ellos. Aunque no ha surgido el amor, si que aparecen lazos de amistad. Dos de los participantes se han enamorado, algo que podría considerarse una traición.

Una de las cosas que más le preocupa es la imagen que sus súbditos tienen de ella. al saber que no es nada buena, se toma en serio escucharlos y llevar a cabo cambios para solucionar las quejas que tienen. Esto hace que proponga adelantar su coronación para que sus padres puedan disfrutar de una vida más tranquila y con menos estrés.

No todos están de acuerdo con que ella sea la reina y veremos cómo intentan engañarla para acceder al trono usando los medios de comunicación. Para intentar solucionarlo decide poner punto final a la Selección, comprometiéndose en directo con uno de sus candidatos. Aunque en el último momento nada sale cómo estaba planeado y decide hacer caso a su corazón.

Ha transcurrido un año desde la publicación de la Heredera y, en este tipo de libros, se nota muchísimo cuando pasa tanto tiempo entre una lectura y la siguiente porque al empezar La corona no recordaba cómo había terminado el anterior y tuve que leer los últimos capítulos para refrescar la memoria.

Se nota que la autora adora a la protagonista. Nos describe a Eadlyn como una chica joven, inexperta, divertida, valiente, luchadora... y hace cuanto puede para que sea la favorita del lector, pero en realidad es un personaje con el que cuesta empatizar y que pone a prueba nuestra paciencia con sus berrinches. El resto de personajes le doran la píldora, lo cual refuerza esa faceta egoísta y detestable de Eadlyn.
Por suerte, las cosas cambian y la vida da un fuerte bofetón a la princesita que la obligará a cambiar su actitud si quiere conservar la corona. Por fin la protagonista empieza a madurar y trata mejor a aquellos que la rodean. También somos testigos de varios momentos muy dulces entre Eadlyn y su "alma gemela" que me parecieron encantadores, aunque en lo referente al romance me gustó más el de la trilogía original.

Un libro muy rápido de leer. Aunque te lo tomes con calma lo terminas en pocos días. La autora siempre ha sido bastante predecible, pero me ha gustado comprobar que mis suposiciones no dieron en el blanco y Eadlyn, después de marear la perdiz con unos y otros, se queda con el chico que realmente ama. El pequeño giro en los acontecimientos me ha sorprendido de verdad.

Una de las cosas que más me ha chirriado es cómo se muestra a la monarquía. Se nota a la legua que la autora no tiene ni idea de qué es tener un rey o cuáles son sus funciones, y suelta temas políticos aleatorios cuando es evidente que no sabe de qué está hablando. Da la impresión de que su única investigación ha sido ver las películas de Princesa por sorpresa.

La Heredera y La Corona son una continuación algo accidentada, con muchos altibajos a lo largo de sus páginas, pero poco a poco la historia evoluciona a buen ritmo y concluye con un final que me gustó para la saga de la Selección. ¡Estoy segura de que echaré de menos los líos amorosos de America y Eadlyn!

Saludos ;)

La Corona...

En este libro damos fin a lo que es la historia de la Selección, aunque la historia en si es muy diferente a la trilogía de la selección es igual de emocionante y ligera de leer.

Aquí el libro inicia justo donde lo hemos terminado. América ahora reina se encuentra en un estado delicado de salud y el rey Maxon se niega a apartarse de su lado, por lo que no se siente en condiciones para tomar las riendas del reino mientras que américa siga delicada de salud. Lo que obliga a Eadlyn a ser nombrada reina regente para ayudar en la carga emocional a sus padres. Sumado a esta presión se encuentra la marcha de Ahren, su hermano, y los chicos de la Selección a los que reduce a seis como hizo su padre años atrás.

La selección sigue su curso y Eadlyn se verá colapsada por los deberes monárquicos, la preocupación por la salud de su madre y la obligación de seguir conociendo a los chicos de entre los cuales deberá escoger al que será el futuro rey y su marido. Podemos notar que ya nuestra protagonista comienza a madurar y a tener cambios de actitud más maduros.

Reseña completa en el Blog

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Este es el último libro de la saga La Selección, me enteré después de leérmelo y la verdad que me ha sentado bastante mal ya que no me he leído el libro como si fuera el último, sino como que faltaba uno más y esa sensación es horrible (no sé si seré la única a la que le pasa).

La trama de este libro es mucho mejor que la anterior. al contrario que en el primer y cuarto libro que fueron meras introducciones, se le da menos importancia a los vestidos, las joyas y más a la vida, trabajo y presiones de la vida en palacio.

Tengo que reconocer que desde un principio parece completamente predecible, pero al final da un giro bastante inesperado aunque también me pareció precipitado.

En cuanto a los personajes, conocemos un poco más de ellos, pero menos en lo que se refiere a temas de su pasado, que también, pero más en su personalidad y en sus gustos.

Vamos a encontrar a una Eadlyn muy cambiada (a mejor), y todo hay que decirlo, no le quedaba otro remedio que madurar, y hay aspectos en los que se parece a America aunque sería raro que no lo hiciera cuando es su madre. Se transforma en una chica seria, responsable y consciente del peso que tiene sobre sus hombros.

America y Maxon siguen en la misma línea y aunque al final te terminas acostumbrando, se me hace raro verlos mayores y como padres, porque a lo que estamos acostumbrados es a historias como los tres primeros libros en los que no conoces muy de cerca a los padres, como en este caso.

A los seleccionados los vamos conociendo mucho más que en el libro anterior que tan solo eran nombres que se olvidaban de un capítulo a otro. En este libro vamos a encontrar bastantes sorpresa por parte de ciertos chicos pero solo comentaré aquellos que me llamaron la atención. Hay dos personas, no voy decir cuales, pero sí es verdad que hubo cierto momento en la historia que tenía dudas de con quien quería que se quedara.

A Kile lo he visto con un papel mucho más secundario que en el anterior, si es verdad que en La Heredera Eadlyn lo estaba utilizando pero en este pasa como a un segundo o incluso tercer plano, lo tiene como si fuera un seguro aunque no se sabe si al final se quedará con él o no.

Descubrimos a un Henri distinto, que por todos los medios intenta aprender más el idioma de Eadlyn y la verdad es que resulta gracioso como lo intenta aunque no consigue entablar una conversación sin tener a Erik o Eikko delante.

Tanto Hale y Ean van a dar una sorpresa bastante grande y he de decir que son muy valientes, no puedo decir nada más.

Aparecen nuevos personajes como es Marid que desde un principio me cayó mal y veremos alguna que otra sorpresita que nos trae con su aparición.

Y otros que consiguen más protagonismo como el General Legen ya que se convertirá en una de las manos derechas de Eadlyn.

El final puede que fuera un poco predecible, pero no en el sentido de que sabes lo que va a pasar sino en el sentido de que sabes que eso no puede pasar, no sabes que es lo que va a hacer pero no eso (no sé si me explico).


Es un buen cierre para un final que llega demasiado pronto, ya que a mí, en lo personal, me hubiese gustado tener una sexta parte.
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Esta quinta parte que es el desenlace de la bilogía de Eadlyn. El personaje da un giro de 360 grados debido a las circunstancias que vive y provoca que empatices con ella y te integres en el libro y en lo que está ocurriendo.

Aunque tiene mucho mejor ritmo que el anterior, es algo predecible el desarrollo de los acontecimientos y el final, que se ve venir y no sorprende mucho. Sin embargo, como ocurre en La Elegida, deja buen sabor de boca.

Es una saga que en general está entretenida y es sorprendente en cuanto a la configuración del mundo en el que se desarrolla.

Tras decidir protagonizar la nueva selección, Eadlyn no ha estado muy entusiasmada con el proceso y ha estado dejando de lado sus obligaciones románticas para centrarse en su trabajo como princesa. Así pues, en esta novela vemos como Eadlyn decide implicarse más en el proceso de selección y organizar citas y encuentros para conocer mejor a sus pretendientes y poder escoger al candidato perfecto no solo como marido, sino como futuro rey. Sin embargo, esta elección no es nada fácil porque, aunque tiene claro cuáles sus favoritos de los treinta y cinco jóvenes, ninguno de ellos remueve su corazón. Será casi al final del libro cuando deje de engañarse a sí misma y asuma quién es el chico por el que suspira, por más que sepa que, de todas las opciones posibles, no es la más adecuada.

Voy a ser directa: el libro me aburrió. Por un lado, ni Eadlyn ni sus candidatos tienen el carisma que yo esperaba encontrar. La princesa no se parece en nada a America, no tiene su arrojo y su personalidad arrolladora; a su lado, a mi me pareció más bien una sombra, una burda imitación que palidece en comparación con su madre. Por otro lado, aunque es cierto que hay candidatos que destacan por encima de otros como Kevin, Hale, Henri y alguno más, ninguno de ellos me ha transmitido nada. Siento que, si los comparo con las chicas que hubo para Maxon, sus historias están vacías y sus vidas carentes de emoción. No me transmitieron nada más allá de caerme simpáticos algunos y caerme mal otros. Además, siento que la autora me ha engañado durante el proceso de selección. Desde el principio, parecía bastante claro quién era el chico al que Eadlyn iba a elegir, no solo porque era el personaje con quien tenía más química, sino porque realmente se veía un interés por él por parte de la princesa. No obstante, de repente en los últimos capítulos parece que Eadlyn cambia de opinión sin venir a cuento y se enamora de otro candidato. Más que un plot twist inesperado, me pareció un giro absurdo porque entre esa pareja, a mi parecer, no había chispa, tan solo una amistad bastante desdibujada.

En general, la pareja que se forma en este libro me resulta tremendamente descafeinada. El desarrollo de la relación tortuosa de America y Maxon fue más interesante porque desde el principio se notaba lo que sentían el uno por el otro por más que se engañaran y Kiera Cass se limitaba a hacer sufrir al lector intentando que esa relación fuera imposible por un montón de razones. Sin embargo, todos esos tira y afloja desaparecen entre Eadlyn y el candidato y da la sensación de que si la princesa escoge a ese pretendiente es más bien por un intento desesperado de la autora por no ser predecible, no porque su relación tenga sentido o se haya visto una evolución en ellos que de pie a pensar que su amor es viable, no sé si me explico. No obstante, sin duda lo que más eché en falta fueron las intrigas palaciegas, pero, sobre todo, las revueltas del pueblo. Mientras que America hacía lo posible para que las voces de los mas desfavorecidos llegaran a la realeza, Eadlyn es un tema que toca muy de lejos. Sí, insiste en que le importan los ciudadanos y que trabaja por y para ellos, pero esto es algo que apenas se muestra. Es más, cuando verdaderamente se vuelca para intentar entender qué está pasando en la población es cuando se entera de que la gente no le tiene demasiado aprecio.

Como comenté en la reseña del anterior libro, por más que los reyes han disuelto las castas y se han esforzado en construir una sociedad igualitaria, los prejuicios siguen muy patentes y las clases privilegiadas se niegan a que las antiguas castas más bajas tengan sus mismos derechos, por lo que los más desfavorecidos apenas pueden disfrutar de esa tan prometida igualdad. A mí este tema me resultaba muy interesante y esperaba que se explotara más en este libro, pero lo cierto es que se toca muy por encima y de pasada. Entiendo que Eadlyn al haber llevado una vida palaciega no puede estar tan implicada como lo estuvo su madre en su momento, ya que America tenía razones de peso para ello, pero esperaba que este descontento generalizado tuviera más peso en la trama y no se tratara de algo meramente anecdótico.

En general, siento que todas las subtramas que hacían que para mí La selección valiera la pena se han eliminado u obviado en los dos libros dedicados a Eadlyn, convirtiendo estas dos novelas en historias bastante pobres, sin ningún tipo de trasfondo y sin el interés que podía despertar la trilogía principal.

Ni La heredera ni La corona le hacen justicia a la trilogía de la selección. Si bien no eran unos libros que me parecieran excelentes, al menos tenían un "algo" que los hacía interesantes y recomendables. Sin embargo, la complejidad que pudiera tener la historia de America y Maxon brilla por su ausencia en las dos últimas partes, centrándose más bien en una trama más romántica que otra cosa. Tanto Eadlyn como sus pretendientes son personajes bastante aburridos, descafeinados y que no despiertan en el lector ningún interés. La selección no se merecía el cierre que le da esta última novela y se nota claramente que los dos últimos libros eran del todo innecesarios y están más bien construidos para continuar con el tirón de la trilogía principal. Si bien hubiera sido muy interesante saber cómo se desarrollaron los cambios que pretendían America y Maxon para su pueblo y cómo su hija hacía justicia a su legado, Kiera Cass no ha sabido explotarlo del todo y nos ha ofrecido dos nuevas novelas que, bajo mi punto de vista, no merecen la pena.
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