Zorras

Normalmente disfruto mucho de la literatura erotica, genuinamente la disfruto de muchas maneras, recuerdo que mi primer libro erótico fué "El circulo interior de Xaviera Hollander" y vaya que lo disfruté, en aquel entonces tenia 19 años sin ninguna experiencia en absoluto relacionado al sexo, mas sin embargo continue en este laberinto del erotismo de manera profesional com Psicóloga y lectora desde el Marques de Sade hasta Anne Rice.
Pero lo que me parece absurdo es ver con el ímpetu que últimamente han destrozado al género, y es que no me deja mas que este sabor inconforme con ganas de mas, algo que pudo haberse convertido en una verdadera revelación y cambiar el giro de "porn mommy" a verdadero porno literario, es un libro donde la historia es redundante, repetitiva, tratando de reafirmar su identidad feminista mas que su descubrimiento y revolución sexual como mujer.
Es una copia de mas de lo mismo de Cincuenta Sombras de Grey, es curioso como las expectativas que uno se genera bajo la expertise de la autora podría sorprendernos, nos deja con un muy mal sabor de boca.

Todo gira entorno a Alicia, Diana y Emily, tres chicas en sus veintes que viven en Madrid ( solo agradecería a la autora el llevarme a esos hermosos lugares de Madrid que tanto disfruto ) que deciden formar un club de zorras, algo asi como una copia barata del Club de la Pelea, donde la finalidad es cumplir sus fantasias sexuales. Llevándolas por el camino del autodescubrimiento y de revolución sexual, lleno de un feminismo justificado como si ser mujer y disfrutar de tu sexualidad fuera solo reducido a un sector exclusivo de las feministas.
Y no tengo nada en contra con el movimiento simplemente me parece que se vió forzado y justificado.
Nos presentan el BDSM, los multiorgasmos, el squirt, el sexo malo y el rutinario.
No hay nada trascendente en la historia, aquí el BDSM es más técnico sin tanto "rubor y mordidas en los labios" como el sexy Grey nos hacia tanta referencia, aquí había mas de lo mismo pero técnico.

La tendencia a las relaciones codependientes emocionales, a justificar las acciones y seguir con relaciones tóxicas que no llevan a nada, a decidir dejarlas pero seguir pensando en ellas.
Contrariedades que sin lugar a dudas llegan a llevarte al hastío y si terminé de leer el libro fué con la esperanza de seguir esperando un giro en la historia tan sorprendente como para recuperar mi interés, esa esperanza de creer que los otros dos libros podrían realmente estar mucho mejor que el primero.
Pero no, no es así.