Prohibido suicidarse en primavera

Se trata de una obra teatral de tres actos situada en el Hogar del Suicida, sanatorio de almas del Dr. Ariel, dirigido por el Dr. Roda y su ayudante Hans.

Se trata de un lugar para las vidas que no encuentran su rumbo, no ven otra salida que el suicidio para calmar su dolor. Una singular clínica de rehabilitación entre las montañas que deja al alcance de sus pacientes los elementos para cometerlo.

Apenas cruzas el umbral, te encuentras con espacios sombríos en cuyas paredes cuelgan representaciones de suicidios que perduran en la historia como el de Sócrates, Cleopatra, Séneca.

Sales afuera, el viento trae el “Himno a la Naturaleza” de Beethoven, envolviendo la oscuridad del silencio y los atisbos de meditación dirigidos al lago, al bosque o la sala de gas perfumado.

Es el culto filosófico y estético de la muerte.

Se presentan personajes con historias diferentes pero que los ha llevado al mismo punto: el deseo de morir. Desde la llegada de una pareja de enamorados, todo se dará vuelta y rayos de sol se filtrarán entre los decorados, recordando las razones para vivir a los demás.

Me gustó pero siento no haber conectado por completo con la historia. Me fascina la premisa, el escenario, las pequeñas tramas dentro de la principal.

Puedo inferir el mensaje acerca de la exaltación de la vida, no obstante, siento que en la narración en cierto momento se corta la fluidez y comienza a ir a trompicones, sobretodo el argumento de Chole, Fernando y Juan.

De todas formas, creo sería una linda experiencia verla representada sobre un escenario, bien actuada puede que me haga cambiar de parecer y deba despedir a los actores de mi imaginación en sus papeles.