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Poco más tengo que añadir a la sinopsis, puesto que esta nos muestra una buena introducción de la trama. Como podéis comprobar, estamos ante una historia dura: una joven desaparece y nadie sabe ni cómo ni por qué. Es desgarrador leer historias que narran estos sucesos y ponerse en la piel de los familiares y amigos que pasan por todo esto. No es un libro para todo el mundo. La base de la trama es el acoso escolar, un tema que hay que seguir visibilizando porque en la actualidad todavía se sigue sufriendo. Muchas personas miran hacia otro lado y dejan a las víctimas desamparadas en esta violencia. ¿Es el miedo el que les impide actuar o la propia ignorancia? Sea como sea, ¡nunca actuéis así! Hay que denunciar y no callarse, y estos actos de lucha lo transmite esta novela muy bien. También muestra la otra cara del acoso, la cara de esas personas con poder que quieren invisibilizar estos actos para que no repercutan en su profesión. La autora ha sabido manejar con mucho respeto este tema y expone de forma real cómo una persona puede estar rota por dentro y no aparentarlo. El libro está narrado en dos líneas temporales. Por un lado, tenemos la parte de Alexia, donde seremos testigos de todo lo que ella vivió y sufrió desde que se mudó a Agripa hasta su desaparición. Por otro lado, tenemos la línea temporal del presente, donde conoceremos toda la investigación de primera mano gracias a Santi, el hermano de Alexia, y a la propia investigación policial. Estas diferentes líneas temporales se van alternando entre ellas, hasta llegar a un punto donde el mayor peso se centra en el presente, en la investigación y, por último, en el desenlace. El ritmo es muy ágil al principio, es más, las primeras cien páginas me tuvieron en vilo y con muchas ansias de seguir leyendo. Conforme vamos avanzando, el ritmo se vuelve más pausado, ya que la investigación coge las riendas de la historia y las pistas nos llevan de un sitio a otro sin llevarnos a algo claro. Una vez llegamos al desenlace, todos los hilos se unen dejando esta historia cerrada, aunque hay una pequeña trama que no se llega a cerrar del todo y que hace que me pregunte si podría haber una segunda parte (aunque ya trate de otro tema). Con respecto a los personajes, la verdad es que me han convencido la mayoría de ellos. Con Alexia es inevitable empatizar porque estaremos en su mente y sufriremos lo que ella vive. Es imposible no querer protegerla y sí, a veces se comporta de una forma infantil e impulsiva, pero ojo, es una adolescente y actúa como tal. Algunos de sus compañeros me han caído bien y otros mal, pero todos son personajes que se han creado para crear un impacto específico en nosotros. No voy a ahondar en ellos, ya que no es necesario que los conozcáis desde primera hora, lo mejor es ir descubriéndolos durante la lectura. El estilo de la autora me ha gustado mucho porque se expresa de forma sencilla y su narración es amena. Además, sabe cómo atrapar al lector y manejar el misterio y el drama. Un punto que me ha fallado es que durante la lectura he encontrado errores ortotipográficos, sobre todo por la parte final. Si bien no son muy abundantes, hay una cantidad que considero considerable para comentarlo por aquí. Vacío en el nido es un libro duro que os recomiendo si sois asiduos al género. Cuenta con unos personajes interesantes, una trama que no te deja indiferente y, ademas, visibiliza el acoso escolar con respeto. Enlace: https://jardinesdepapel.es/r.. |
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