¡No me gusta leer!

¡Cuántas veces habremos escuchado tal afirmación! Especialmente entre los más pequeños y es que... siempre hay familias buscando consejo para que sus hijos desarrollen ese hábito que consideran tan beneficioso.

No hay trucos y sí pequeñas orientaciones que bien aplicadas pueden dar sus frutos, pero en esta entrada no pretendo hablaros de ellas, solo trato de dar a conocer una historia para pequeños lectores que les da la razón más potente por la que merece la pena leer: la imaginación. Las mil y una aventuras que pueden vivirse adentrándose en un cuento.

A Víctor no le gusta leer, pero conocerá un buen puñado de nuevos amigos que le abrirán la mente y los ojos a lo que hasta el momento siempre había considerado poco atractivo, con la esperanza de lograrlo también en el lector que se acerca a esta historia.

Como en todos los libros de la colección Piñata de Vicens Vives, las ilustraciones son preciosas y, además, recoge actividades de comprensión lectora.

Si bien es cierto que de los libros de Piñata que he leído, este es el que menos me ha gustado, debo reconocer que su intención es bonita, como también lo es la forma en la que la desarrolla. A un adulto puedes darle mil y una razones por las que aficionarse a la lectura puede ser beneficioso pero, ¿qué le dices a un niño? Con ellos debes apelar a la diversión, a la aventura, al entretenimiento... Con demasiada frecuencia, en edad escolar, los más pequeños asocian leer con una tarea impuesta por los adultos. Alejarles de esa concepción y mostrarles las posibilidades que esta actividad les proporciona es fundamental y Rita Marshall aporta con este cuento su granito de arena.

Así que sí, el fin último de esta historia es francamente interesante y el medio para lograrlo muy acertado. Pero claro, los dos últimos libros de esta colección que había leído me conquistaron completamente y ¡No me gusta leer! tenía el listón muy alto. No obstante, sigo recomendando todos estos libros para primeros lectores. Son sencillos, bonitos y manejables.