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ISBN : 8417346368
320 páginas
Editorial: Acantilado (30/10/2018)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 5 calificaciones)
Resumen:
Éste es el relato de siete meses en la vida de Tomás Sepúlveda, un hombre de cincuenta y cinco años prejubilado, casado, con dos hijos en la distancia y el padre en una residencia. Un hombre tan normal que casi parece un estereotipo. Pero a través de sus anotaciones, escritas quizá para llenar las muchas horas que su nueva vida ha dejado disponibles, descubrimos a un personaje intenso, vivo y tan lúcido que sus pensamientos dan testimonio de toda una generación: la ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (5) Añadir una crítica
RiKanna
 07 March 2019
SOY INCAPAZ DE QUITAR LAS ESTRELLAS ASÍ QUE EN FIN, SE QUEDA ASÍ, PERO NO IMPLICA DEMASIADO.
Estoy teniendo mala suerte con los libros de masa crítica. O quizás simplemente es que soy una cascarrabias incorregible, pero no, siguiendo mi línea, no me ha gustado el libro. Pero en fin, yo no desisto y oye por lo menos estoy contenta de estar leyendo cosas que probablemente por mi misma no hubiera leído así que si tengo la suerte de seguir recibiendo libros a cambio de opiniones yo contenta.
Vayamos por partes, quizás suene algo cruel con esto pero las quince, quizás siendo optimista, las treinta primeras páginas que leí de este libro me llenaron de ternura y de compasión por este pobre protagonista que lleva una vida normal y corriente que realmente no vive grandes dramas pero que no por ello sufre menos. El problema es ese, que alrededor de la cincuenta ya había dejado de empatizar con el dolor de este señor y a la trescientas, por mucho que tuviera más motivos y hubiera convivido más páginas y historias con él sentía hastío y hasta cierta rabia. Pero en fin, dejad que me explique.
Mi pregunta básica leyendo el libro era la siguiente: ¿Por qué? ¿Por qué narices a alguien le parece buena idea escribir en forma de diario la historia de este señor? ¿Por qué narices le parece a alguien interesante reproducir la voz de este señor? Y aún no encuentro la respuesta porque el libro se mueve entre dos direcciones que para mi no funcionan y hacen que fracase bastante, por lo menos a nivel de estilo.
Por una parte, el libro pretende estar escrito como un diario, cuaderno de reflexiones, lo que sea, con lo cual la ficción pretende que esto sea escrito por alguien de clase media-baja, con una cultura media también, por lo cual el estilo llano y simple se correspondería con el personaje. Hasta aquí todo bien, incluso paso eso que nos vende tan épicamente la contraportada de “dar voz a una generación de hombres que no han sabido sentir” o algo así. El problema con esta vertiente es que hace que esto se haga muy poco interesante de leer (y si llamadme lo que queréis, lo entiendo), que la prosa sea puramente funcional y que bueno nos tengamos que centrar en lo que cuenta. Lo cual supongo que justifica la cantidad aberrante de tópicos que tiene este libro y la sensación de estar leyendo en muchas ocasiones frases o direcciones de pensamiento que ya he leído mil veces antes. Y la verdad, si hay algo que me da rabia últimamente es la sensación de haber leído algo ya.
Pero lo peor de todo es que de vez en cuando, por suerte pocas veces, al libro le da la gana de meter alguna pedantería aleatoria no justificada y que desentona bastante con la voz que ha creado el libro. Si este señor escribe sus intimidades, sus lamentos y reflexiones sobre sus sentimientos más profundos que no ha sabido como llevar en un estilo plano y lleno de tópicos, ¿Por qué narices de repente le parece buena idea hablar de como todo el mundo debería conocer a Flaubert y leerlo como si fuera casi una educación moral? Recuerdo algún momento similar, y de nuevo, no es cuestión de decir que este señor no se puede enamorar de la considerada alta cultura, no es ese tipo de chorradas lo que me preocupa, lo que me molesta es que tenga que aguantarlo diciendo semejantes tonterías y esos aires elitistas de la nada, cuando generalmente encima, lo único que hace es decir estupideces.
Y sin embargo, mis problemas con este libro no acaban ahí. ¿Tengo que sentir compasión por este sujeto que me narra sus vivencias de la forma más aburrida posible y que además de tener todos los tópicos del mundo a la hora de explicar sus sentimientos, de vez en cuando, le parece buena idea también tenerlos en cuanto a género o raza? Porque es evidente que todos podemos tener pensamientos racistas, sexistas y que si se supone que tengo que comprar la ficción que esto es una escritura de su intimidad es evidente que puede tenerlos, obviamente y si “compramos” que esto es un diario pues nada, puede escribir lo que le dé la real gana. Pero quizás, solo quizás, con un poquito, nada, un gesto irónico, pensar que escribir ciertas cosas implica ciertos prejuicios, reírse de uno mismo y de como todos somos imbéciles, hablar de como incluso puedes sentirte culpable al pensar según qué cosas y sin embargo se te han pasado por la mente porque estamos conviviendo con este tipo de mensajes... Yo que sé que hay mil estrategias retóricas para que siga comprando que esto es un diario y que el señor se cuestiona a sí mismo. Pero no, el señor recuerda, el señor escribe hechos, escribe sus opiniones sobre la realidad pero lo que es cuestionarse a sí mismo digamos que lo hace poco.
Y no, que el señor tenga cincuenta años no me sirve, y toda esta cosa de la generación de la crisis, de gente que se ha quedado sin saber que hacer por culpa de un sistema que ha prescindido de ellos y los ha dejado sin lugar me parecería un buen punto desde donde partir la reflexión si no fuera porque, de nuevo, la voz que nos cuenta todo esto no reflexiona demasiado. Y me diréis ¿pero no son 300 páginas de reflexión? Y yo os diré sí, lo serían sino fuera porque de nuevo, la voz narrativa cuenta más que reflexiona y cuando lo hace no parece ir más allá de frases hechas.
En fin, quizás no ha sido tan mala novela como parece por todo lo que os escribo pero bueno, por lo menos, es cierto que llegamos a conocer a Tomás después de las 300 páginas, quizás, simplemente el estilo me ha matado a mi, nada más. O quizás es que no quería conocer a Tomás si Tomás tenía que ser así.
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Joan_R
 10 August 2019
De vez en cuando me gusta leer libros sobre la cotidianidad, sobre vidas corrientes, de aquellas que reconoces en tu día a día y en las que, en ocasiones, incluso puedes verte reflejado. 'Los días rotos' es un claro ejemplo de ello. El protagonista, Tomás Sepúlveda, nos cuenta, en un espacio que dura siete meses, su vida actual y la pasada, clave para entender su presente. Prejubilado, casado, con dos hijos y un padre internado en una residencia, Tomás está solo, tanto física como sentimentalmente. Sus hijos están viviendo muy lejos, en el extranjero, y su mujer se ha marchado al pueblo para cuidar a sus padres (lleva un año y medio sin pisar Barcelona), dejando entrever una separación tácita. En la historia subyace cómo se siente un prejubilado siendo aún una persona joven y que sigue considerándose válida para el mundo laboral, dejando al tiempo un halo de crítica social sobre un tema que demanda de una buena reflexión. Hago mención también a un sorprendente hecho que conoceremos hacia el final de la obra y que el autor utiliza de manera brillante para darle un plus a una historia que, ya de por sí, era suficientemente interesante.
No me queda más que felicitar al Gregorio Casamayor por su capacidad de saber mantener el interés en todo momento por una historia sin una gran trama (tampoco requerida teniendo en cuenta el género) y además hacerlo a través de una narrativa intimista y muy bien elaborada. Un libro para ser disfrutado y pensado. Dense el placer de leerlo.

"Los sueños o las ilusiones o los ideales, esos que pueblan nuestros años jóvenes, la época más fantástica de nuestra vida, son como terrones de azúcar. No, rectifico-si se me permite-, ésa no es una buena imagen, los azucarillos se disuelven demasiado rápido en el café caliente. Los sueños o las ilusiones o los ideales son como cubitos de hielo, los oyes tintinear en el vaso ancho, los ves diluirse poco a poco, durante un periodo de tiempo percibes su efecto en la bebida y, al fin, desparecen. Cuando quieres darte cuenta has olvidado tus sueños, has perdido la ilusión, no te reconoces en esos ideales; y el vaso ya no está frío y la bebida que te has servido está aguada. Ya ni siquiera te apetece."
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Makeda
 04 March 2019
Los días rotos cuenta la historia de Tomás Sepúlveda. Tomás, un hombre cualquiera, de cincuenta y cinco años, prejubilado de forma forzosa por despidos en su empresa.

Tomás vive solo y se siente solo.

Tomás es marido pero su matrimonio con Merche está roto.

Tomás es padre porque tiene dos hijos, Ismael y Cristina, que son ya mayores y viven en el extranjero. Es padre pero casi no tiene relación con sus hijos.

Tomás es hijo pero su padre está enfermo y se encuentra en una residencia.

Tomás es amante porque tiene a Estrella que a veces le consuela el ego y sus noches de soledad.

Tomás es muchas cosas pero sobre todo es un hombre con una existencia gris. Un hombre que sabe que puede aspirar a más, que su vida puede ser mucho más pero que no sabe muy bien cómo conseguirlo. Para sentirse mejor y descubrirlo pasea por las calles de Barcelona intentando rellenar las horas muertas de sus días; quizás de esta forma pueda olvidar lo que le ocurrió hace tantos años junto con su amigo Paquito Meyer.

He leído este libro gracias a #masacrítica. Iniciativa con la que recibes un libro a cambio de una reseña.

No ha sido hasta la mitad del libro que me ha enganchado. al principio ni me terminaba de enganchar la historia ni la forma en la que estaba escrita pero más o menos a mitad de lectura ha habido algo en mi cerebro que ha hecho chas! Y no he podido parar de leerlo hasta conocer el final.

El autor sabe enseñarte a Tomás a sorbitos, poco a poco, para que te vayas familiarizando con él y con su forma de vivir, con su historia, con sus traumas, con sus desencuentros?

Recomiendo este libro a aquellas personas que les gusten las historias cotidianas. Los personajes simples y a la vez complicados, las vidas de las personas tan normales que podríamos ser nosotros mismos.
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MrWonderBook
 23 April 2019
Con este libro, Acantilado nos presenta una novela con una historia real, de total cotidianidad; la historia que podría ser de cualquier persona que conozcas, la historia de un vecino tuyo, la de un amigo, la de tu padre, o simplemente, la tuya misma. Pero esta vez, nos adentramos en la vida de Tomás Sepúlveda a lo largo de siete meses de su vida.

A modo de diario y contada en primera persona, comenzando un miércoles, 29 de febrero de 2012, vamos adentrándonos en la vida y la intimidad del protagonista, un hombre sencillo, un ingeniero prejubilado que con 55 años, aún dispone de mucha vida por delante. Esta pronta jubilación hace que Tomás tenga grandes aspiraciones y sueños por cumplir al no verse atado a un trabajo en su pronta edad, así como es el sueño recurrente que le encantaría realizar; viajar en caravana a lo largo del mundo junto a su mujer.

A lo largo de los días va descubriendo que no solo le basta con desearlo, sino que llega a verlo como un sueño imposible al verse atado a ciertas obligaciones, como es atender los últimos días de su padre, ingresado en una residencia y el que apenas le reconoce en sus visitas; el declive de la relación con su mujer, sumando también el distanciamiento de sus dos hijos que viven en el extranjero y no poder disfrutar de ellos ni de sus nietos en su día a día.

Se trata de una narración bastante melancólica ante la soledad en la que vive, pero hace que te adentres de lleno en la vida de Tomás, con el que nos podemos identificar fácilmente ya que el autor nos narra su día a día de forma sencilla, con actividades habituales como es ver el fútbol junto a sus amigos en un bar regentado por chinos, o las descripciones de su transito por las calles de Barcelona.

Ante todos estos problemas cotidianos, vemos como Tomás no logra tener una vida completa ya que a pesar de una pronta prejubilación se le presenta una vida complicada, con problemas habituales que podríamos tener cualquiera de nosotros. A lo largo del libro conocemos también un trauma que le atormenta durante toda su vida, un trauma que le es imposible olvidar desde su juventud, y del cual no logra perdonarse a sí mismo.

En general se trata de un libro muy recomendable que te engancha, que habla del amor, de la muerte, de la familia, y que a pesar de no vivir situaciones extraordinarias, hace que sientas la curiosidad por adentrarte en la vida y la cotidianidad de una persona que podría ser cualquiera de nosotros.
Enlace: http://www.mrwonderbook.com/..
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Mcmamen
 04 March 2019
Al principio me parecía un poco pesado de leer pero lo cierto es que Tomas te hace sentir y formar parte de todo lo que vive.
Este libro te remueve algo por dentro, te hace reflexionar sobre la vida, la muerte, la familia, las personas con las que tenemos contacto cada día que a veces son mejores vínculos que los que tenemos con la familia y es muy importante.
Sobre todo habla de perdonarse y olvidar por que a veces parece mas fácil perdonar a los demás que a nosotros mismos.
Lo recomiendo para vivir una realidad y con un final...
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Citas y frases (3) Añadir cita
McmamenMcmamen04 March 2019
tenía y tengo el grifo de las emociones oxidado, y no hay manera de girar la llave para que fluya. Soy el único culpable de mi situación, responsable de todo lo que me ha sucedido.
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Joan_RJoan_R10 August 2019
"Los sueños o las ilusiones o los ideales, esos que pueblan nuestros años jóvenes, la época más fantástica de nuestra vida, son como terrones de azúcar. No, rectifico-si se me permite-, ésa no es una buena imagen, los azucarillos se disuelven demasiado rápido en el café caliente. Los sueños o las ilusiones o los ideales son como cubitos de hielo, los oyes tintinear en el vaso ancho, los ves diluirse poco a poco, durante un periodo de tiempo percibes su efecto en la bebida y, al fin, desparecen. Cuando quieres darte cuenta has olvidado tus sueños, has perdido la ilusión, no te reconoces en esos ideales; y el vaso ya no está frío y la bebida que te has servido está aguada. Ya ni siquiera te apetece."
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MakedaMakeda27 February 2019
Extraje muchas lecciones de ese segundo. Que entre la vida y la muerte no hay nada. Que basta con cerrar los ojos y no abrirlos más. Que la vida muere contigo. Que el mundo desaparece también. Que no puedes llevarte nada. Que lo que más quieres se queda al otro lado. Que te vas solo.
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