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Cada historia está plagada de símbolos y referencias al deseo, la muerte y el feminismo. Desde luego, son historias oscuras y algo inquietantes (unas más que otras) que consiguen impactar al lector por su crudeza y la forma tan directa de narrar los sucesos. Todos los cuentos están conectados con un elemento en concreto: la sangre y, en cierto modo, la cámara sangrienta. Aunque no aparezca en forma de habitación como tal, la sangre está conectada con la violencia, la sexualidad y el cambio que sufren las protagonistas. Otros temas recurrentes son la virginidad como fuente de fuerza, la cosificación de la mujer, la violencia relacionada con el amor y el sexo y las rosas como símbolo del ideal de la feminidad. El estilo de la autora no puede ser mejor. Sus descripciones son muy evocadoras, sensoriales y llenas de sensualidad, además de tener algo que atrapa. Con su narrativa, consigue recrear esa atmósfera de peligro y llena de tensión por el destino de las protagonistas. Sin embargo, también son oscuras (esta vez, en otro sentido), en cuanto a lo que realmente está ocurriendo en el relato. Carter juega con esa confusión, las dudas, como un monstruo que acecha entre las sombras hasta que, finalmente, se deja ver y todo encaja. Enlace: https://wanderingbookreader... |
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