Posiblemente este breve relato sea una de mis mejores lecturas de este año. Es mi primer acercamiento a Cartarescu y ha sido un rotundo éxito. Es un libro impecable. Con sus 37 páginas en mi lector electrónico, este escritor rumano ha conseguido paralizarme casi por completo, a través de un sobrio recorrido por la desgracia y la soledad humanas. No quiero desvelar nada del argumento, más allá de presentar a su principal protagonista, un hombre desposeído de todo que se juega su vida a la ruleta rusa, y el narrador, un escritor anciano y solo que conoció al ruletista en su juventud. Y con estos dos elementos, Cartarescu consigue que te asomes a abismos que son muy profundos, en muchas ocasiones perfilandolos únicamente con suaves y sutiles pinceladas. Sinceramente, se me encoge el corazón al recordar las reflexiones que hace el anciano escritor. Y no es que haya descubierto los misterios del universo al leer este libro, pero induce a la reflexión (algo muy necesario) sobre aspectos tan viejos pero tan actuales a la vez, como la muerte y esa eterna pregunta que el ser humano se plantea desde siempre: ¿Para qué existimos? En definitiva, este hombre se merece el premio Nobel. Maravilloso. |