La casa de las voces

El libro comienza, en un tiempo pasado,  con el relato de una niña de 10 años,  mas adelante sabremos quien es, que además de escalofriante nos deja con la duda de hasta que punto es real o fruto su mente asustada.

Y nos situamos en la época actual, en la ciudad de Florencia, donde Pietro Gerber psicólogo infantil especializado en hipnosis se encuentra de improviso con la petición que una colega, Theresa Walker, le hace desde Australia. le pide que siga el tratamiento de una paciente suya, una joven de 30 años, Hanna Hall , quien ha decidido viajar hasta Italia para encontrar la tumba de su hermano Ado. Esta joven en una sesión ha revivido esta muerte ocurrida cuando era niña. Se cree culpable y solo sabe que está enterrado en algún lugar de la campiña toscana.

Estamos ante una trama que se desarrolla a un ritmo frenético donde vamos a ir alternando los recuerdos de la infancia de la joven en los capítulos en que Pietro realiza las sesiones de hipnosis, con aquellos en los que el doctor intenta sacar conclusiones ante lo desconcertante que le resulta el descubrir que se está dejando influenciar, traspasando la relación médico-paciente. Así tras varias sesiones de hipnosis y algún suceso extraño, Pietro ya no sabe que pensar. Siente que hay una conexión entre él y Hanna pero empieza a dudar de que es verdad y que no. de si su paciente es una farsante con una enfermedad mental o en realidad es una niña pérdida en un cuerpo de mujer. ¿Qué hay de verdad o de invención en los recuerdos de Hanna?

La novela está estructurada en 41 capítulos cortos lo que hace que la lectura sea muy ágil. Además siempre terminan con un giro argumental que nos hace querer seguir leyendo y despejando incógnitas. Un combo ganador conjugando una trama que te desconcierta y una atmosfera perturbadora.
El mismo autor nos dice que buscaba una novela que fuera un thriller psicológico puro, sin sangre, vísceras, ni monstruos reales que hará que revivamos todos esos miedos de nuestra niñez.  Y para mí lo ha logrado y superado con creces.

A través del relato de Hanna entremezcla realidad, sueños, imaginación y suposiciones, envolviéndonos en una atmosfera onírica donde la frontera entre realidad y ficción se confunden.

Conforme vamos avanzando en la lectura todo se vuelve imprevisible, la incertidumbre va en aumento, y la narración se abre a infinitas posibilidades que hace que todo sea posible.
El autor ha sabido jugar con la mente del lector envolviéndonos en una historia en la que todas las teorías que nos podamos hacer acaban siendo inútiles hasta llevarnos al final que él quiere, sin que lo hayamos visto venir.

Carrisi ha logrado crear un thriller psicológico, con una trama brutal y retorcida. Una historia de ficción criminal y psicológica que sin duda gustara a quienes les gusta esas novelas en las que la mente y su análisis son el ingrediente principal.