El bigote

El inicio de esta historia es una escena que no resulta nada extraña. El protagonista lanza una pregunta, con tono jocoso, que es una propuesta, un pensamiento dicho en voz alta: ¿y si se afeita el bigote? Algo tan sencillo como eso: quitarse los pelos que pueblan la zona situada entre la nariz y el labio superior. Tan común, tan simple, tan cotidiano. Su mujer le responde que no sería mala idea. Y mientras ella baja al supermercado a comprar, él decide hacerlo realidad: se afeita el bigote, que luce desde hace muchos años.

Ese acto es la puerta de entrada a una auténtica pesadilla, porque su mujer no reacciona ante su cambio de look, ni tampoco la pareja amiga con la que van a cenar esa noche. Cuando llega el reproche, ella le dice que él nunca ha llevado bigote.

El protagonista se enfrenta desde ese momento a algo parecido a uno de esos malos sueños en los que no entiendes qué es lo que está pasando, aunque él está despierto. El autor consigue colocar al lector en el centro mismo de la pesadilla, en el ojo del huracán que se ha instalado en la mente del afeitado, por la que pasan todas las posibles explicaciones a lo que ocurre. al lector le tocará apostar por unas u otras razones mientras avanza por una historia que angustia y sorprende.

Esa inmersión en la mente del protagonista es lo que más me ha gustado de esta novela. Dudar, como él, de si todo es una broma de su mujer o si hay otro motivo que explique lo que ocurre; saber todo cuanto pasa por su mente y lo que está dispuesto a hacer para descubrir la verdad, y sentir su angustia casi en tu propia piel es todo un logro de Carrère, con el que me estreno con este libro.

Una novela que me ha gustado mucho, que me ha tenido intrigado y atrapado en su remolino hasta el final. Un final que, por cierto, es tremendo, aunque debo ponerle algún 'pero'. Aún así, es sin duda una buena novela, una lectura que se disfruta y en la que merece la pena recalar.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..