Cuentos completos

El universo unamuniano transmitido a pequeñas dosis y el complemento perfecto al resto de obras de este gran autor de la literatura española.

Miguel de Unanumno compartía una característica fundamental con otros integrantes de la generación del 98, como Pío Baroja o Antonio Machado: profundizó en las heridas de una sociedad española aquejada de diversos males y defectos. Y lo más importante, supo captar la esencia de un país cuyas cicatrices aún no se han cerrado. de ahí, la vigencia de su obra.

Leer a don Miguel es entrar en un rincón de su mente, descubrir su pensamiento, conocer sus inquietudes, y lo mejor de todo, es una invitación a dialogar con sus personajes y reflexionar junto a ellos sobre las cuestiones que les son planteadas por su “creador”, o lo que es lo mismo, Unamuno. La religión y su papel como luz en la oscura y misteriosa existencia humana, el enigma del trágico paso del tiempo, el anhelo de eternidad o la angustia por el sentido de la vida, son algunos de los temas que conforman sus historias, las cuales destilan, a su vez, tintes autobiográficos. En este sentido, sus cuentos son un medio ideal para comprender mejor sus creencias y obsesiones, dotando de mayor significado y coherencia al resto de sus novelas.

Algunos de los cuentos tienen un marcado carácter “experimental”, ya que durante su lectura se aprecian las ideas que desarrollará más detenidamente en sus novelas, así como los primeros pasos en la construcción que elabora de ciertos personajes. En otros casos, los relatos parecen obedecer a cuestiones menos trascendentales, y no alcanzan a proyectar tan hondamente los mensajes que se propone transmitir el autor.

Si bien he disfrutado mucho más unos cuentos que otros, es cierto que todos esconden una pequeña clave necesaria para componer todo el puzzle de la producción literaria de este autor tan heterodoxo y fascinante. Me gustaría destacar “Ver con los ojos”, donde el autor refleja algunas de máximas más representativas; “El dios pavor”, sobre el significado del hogar; “Las peregrinaciones de Turismundo”, una pequeña distopía; o “Batracófilos y batracófobos”, sobre la dicotomía entre ciencia y arte, razón y espiritualidad.

Por último, me gustaría añadir que ni la trama en sí misma, ni su desenlace, son importantes para Unamuno, ya que, siendo consecuentes con la realidad, deberíamos evitar el momento final. Lo que cuenta es la habilidad para agitar conciencias y que el lector asuma su papel en el mundo.

87 cuentos leídos diariamente, poco a poco, disfrutando de Unamuno aunque es cierto que pensé que iba a terminarlos a final de septiembre pero me ha podido el ansia y los he terminado muchísimo antes. Leer a Unamuno, con perdón de la expresión y sin querer ser irreverente, es como comer pipas, empiezas pensando, solo un puñadito y cuando te das cuenta te has comido la bolsa y quieres más.

Pues así empecé yo, uno al día, pensando que después de disfrutar de uno, lo podría dejar fácilmente hasta el día siguiente . Ilusa de mi, para alguien como yo es imposible leer solo uno.

En la introducción ya nos dice J. Oscar Carrascosa Tinoco que "sus cuentos son de vital importancia, a pesar de que durante un tiempo se les prestó una atención menor, en parte por no contar con una compilación como esta".

Unamuno amaba el cuento y se nota en que muchos de estos cuentos son el embrión que desarrollará en sus obras maestras como por en Niebla que "contiene dentro de sí los embriones de cuentos".

Muchos cuentos, muchos temas como el suicidio y la muerte, la ignorancia y las tradiciones o el amor. Me gusta gustado ver la parte costumbrista tan bien expresada, con tanto sentimiento y sus preocupaciones sociales, políticas e incluso literarias.

Y como ya os he dicho otra veces, reseñar un libro de relatos es difícil para mí. Así que solo me queda recomendarlo muchísimo porque sé que os va a gustar tanto como a mi.

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