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Críticas sobre El reino de este mundo (7)
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Paloma
 11 February 2018
El Reino de Este Mundo es uno de mis libros favoritos y uno que siempre recuerdo con cariño porque lo descubrí durante mi época de universitaria, en mi clase de literatura latinoamericana. Hacía bastantes años que no lo leía pero ha sido de esos libros que me marcaron, y me permitieron adentrarme y conocer un poco más de la literatura del continente.

Si bien todas las novelas de Carpentier contienen elementos de su admiración por la región, creo que El Reino… es su declaración de amor a nuestra América. En el extraordinario prólogo –el cual además abre la puerta de la corriente de realismo mágico– Carpentier nos habla de las maravillas que descubrió en su primer viaje a Saint-Domingue (actual Haití), en un pasado delirante que continuaba vivo si bien en ruinas y de los esfuerzos desesperanzados de tantos europeos que por siglos habían querido construir mundos fantásticos desde una racionalidad que los aplastaba. En América y el Caribe tal esfuerzo de la imaginación era innecesario porque lo fantástico, lo irreal, estaba ahí –en las ruinas de un castillo infinito construido por el primer rey negro del Caribe, en el culto a un hombre venido de África y que se convertía en animal, en el primer movimiento de emancipación del continente. Porque, en las palabras del propio autor, ¿…qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?

Esta novela nos narra la vida de Ti Noel, esclavo de Monsieur Lenormand de Mezy –Ti Noel es joven, inexperto, quizá como otros esclavos de la época. Como todos, ha aceptado un poco su destino de explotación, si bien no deja de fantasear con algo que pueda cambiar esto –la muerte del amo, la muerte de todos los blancos. En su plantación trabaja junto a Mackandal –figura histórica que efectivamente, sembró una ola de terror entre los colonos de la época– quien habla de sus Dioses y Reyes africanos y en el poder que éstos les concederán para acabar con el yugo del blanco. Escapándose de su plantación, Mackandal, con ayuda de todos los esclavos, comienza a envenenar a los amos y por un tiempo parece imparable. Eventualmente es capturado y condenado a muerte. Para sus seguidores, pudo escapar en el último momento en forma animal de la hoguera, pero para los franceses, murió calcinado.

Los años pasan pero el ansia de libertad que despertó en la población no termina. Así, se suceden varios levantamientos, luchas, intentos de reconquista –de los cuales Ti Noel es testigo, tanto desde Saint-Domingo como desde Cuba, en donde reside algunos años. Una vez que su tierra es declarada independiente, decide regresar a terminar sus días ahí. Pero el regreso no es lo esperado ya que se encuentra con una nueva tiranía –la del primer rey de color, Henri Christophe. Emancipado ya desde antes de las acciones de Mackandal, Henri aprovecha las circunstancias y tras la independencia, se declara rey y decide reproducir una corte a la francesa en la isla adoptando el modelo europeo en las costumbres, tendencias, y por desgracia, también de la esclavitud. El rey brutaliza y esclaviza a sus hermanos de sangre y de color.

Ti Noel, confundido, observa y se da cuenta de lo contradictorio del ser humano y de los errores a los que la humanidad regresa una y otra vez. Sin embargo, también le resulta evidente que tanta grandeza terrenal, tanto derroche y exhibición al final no es de ningún valor porque el destino inevitable del hombre es la muerte –y muchas veces a este camino se llega en la más completa soledad.

El Reino de este Mundo nos presenta un hecho histórico visto desde los ojos de un individuo que vive esta realidad a través de otra perspectiva –la de lo fantástico, lo mágico, en donde viejos espíritus fortalecen al hombre para lograr sobrevivir un mundo a veces cruel y terrible. Y, ¿dónde más sino en América se ha visto esta mezcla de creencias, ideologías y credos?

Es por ello que considero que esta novela es la más poética de las obras de Carpentier, ahí donde expresa todo su amor, admiración y fe en el continente. No sólo porque asume, en el ya mencionado prólogo, que aquí lo real y lo imaginario se funden y se ven a cada paso, sino porque las propias descripciones en el libro, si bien algunas veces crueles –cuando Mackandal pierde el brazo, el envenenamiento a todos los blancos, la esclavitud a manos de Henri Christophe– son en su mayoría un tributo a los paisajes, a la naturaleza virgen y rebelde del continente, al artificio construido por los hombres y mujeres que hicieron su vida en esta región. Basta recordar la desilusión de Monsieur de Mezy al marcharse a Francia y darse cuenta que: “…al cabo de pocos meses, una creciente nostalgia de sol, de espacio, de abundancia, de señorío, de negros tumbadas a la orilla de una cañada, le había revelado que ese ‘regreso a Francia' para el cual había estado trabajando durante largos años, no era ya, para él, la clave de la felicidad. Y después de tanto maldecir a la colonia, de tanto renegar de su clima, de tanto criticar la rudeza de los colonos de cepa aventurera, había regresado a la hacienda…”

Esto también se adivina cuando Paulina Bonaparte, acompañando a su marido a la isla para tratar de sofocar la rebelión de los esclavos, hace el viaje de Europa a América. No bien dejan aquellas tierras, Paulina empieza a notar cambios en el paisaje; cambios que anuncian lo nuevo, esa tierra en donde todo será permisible a pesar de las reglas y la opresión. Así, detecta una renovación del mar, que ”…Ahora se ornaba de racimos de uvas amarillas, que derivaban hacia el este; traía agujones como hechos de un cristal verde; medusas semejantes a vejigas azules, que arrastraban largos filamentos encarnados; peces dientusos, de mala espina, y calamares que parecían enredarse en velos de novia de difusas vaguedades”.

Carpentier siempre hablará de la belleza de estas regiones a través de la inmensidad, la pureza y la exuberancia de estos paisajes y en estas extraordinarias descripciones, se reitera la seguridad que en estas tierras todo será posible, ciertamente desde lo bueno a lo malo, pero, sobre todo eso que permitirá reencontrarse al hombre consigo mismo, saberse solo pero también capaz de lograr sus deseos y su felicidad. Y esta posibilidad hace también que este continente, su tierra, su gente, sean inolvidables para aquellos que la conocen, siendo ya su recuerdo imborrable para quienes vivieron y respiraron su esencia, ésa de la América maravillosa.
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Juliiann0
 14 September 2021
RECOMENDADO:
El reino de este mundo de Alejo Carpentier (1904-1980)

Relato –literatura cubana-
Barroco

Fue un escritor, ensayista y musicólogo, y uno de los más importantes dentro de la literatura de habla hispana del Siglo XX. Durante el mandato fascista de Machado fue encarcelado. Posteriormente huyó a Francia, viviendo en el exilio casi una década, que ocuparía en explorar parte del continente europeo y estudiar la cultura afroantillana. Pasó a Venezuela y regresó a su país lograda la Revolución cubana. Su estilo se enfocó en la descripción sobre escenarios que vivifican sus narraciones y no tanto en la introspección psicológica, basándose en acontecimientos históricos para dotarlos de lo que él denominaría lo “Real maravilloso”, como sucedió en el prólogo de El reino de este mundo, considerado por la crítica como punto fundacional del Realismo mágico en Latinoamérica, una reproducción de rasgos que identifican determinada realidad y el traspaso de las fronteras de la ficción, ambos aspectos imprevisibles.

Con la rigurosidad de un historiador, cuenta el surgimiento de la Revolución Haitiana en manos de las negritudes que eran esclavizadas por los colonos franceses. Ti Noél siempre ha sido sometido, hasta que se une a la rebelión encabezada por los sacerdotes vudú D. Boukman y F. Mackandal, personajes oscuros con la capacidad de transformarse en animales y el grito impenitente de la liberación consumido por las llamas. A su vez aparece Solimán, un esclavo y masajista de P. Bonaparte, de la que se había enamorado, quien cae en la desesperación cuando contempla el cuerpo inerte de aquella mujer complacida en ser deseada. Ti Noél termina en las ruinas de su antiguo amo y desaparece de forma misteriosa tras una tempestad.

Premio al mejor libro extranjero 1956; Premio Internacional Alfonso Reyes; Premio Cervantes 1977; Premio Médicis 1979; entre otras distinciones.

@Juliiann0

Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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lauli
 07 March 2018
Esta novela es absolutamente deslumbrante por muchos motivos. Carpentier dice en el prólogo que la crónica de América no es sino la crónica de lo real maravilloso. Y a decir verdad, si no hubiese estado googleando a los personajes reales y los escenarios y eventos que inspiraron a Carpentier, hubiese pensado que se trataba de un delirio del escritor. Pero no: todo lo que Carpentier cuenta sucedió. Quizás lo más inverosímil de todo sea que una rebelión esclava, la primera del continente, haya resultado en la creación de un reino de Haití, con todo y palacetes versallescos, de negros europeizados que se dedicaron a explotar hasta la muerte a los ex-esclavos, que caído el sistema esclavista se volvían aún más prescindibles ya que ni siquiera valía dinero su vida. La sucesiva serie de rebeliones seguidas de nuevos y peores sometimientos es fiel reflejo de la triste historia de nuestro continente, cuya historia parece de a ratos maravillosa, de a ratos épica y de a ratos paródica. La prosa de Carpentier, su barroquización del lenguaje, es exquisita. Una verdadera joya.
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Guille63
 06 March 2023
No está nada mal el ramillete de descubrimientos que llevo este año, un ramo de lo más florido y fermoso: Tavares, Donoso, Garro, Ernaux, la recentísima Olga Tokarczuk y ahora Alejo Carpentier, una de mis asignaturas más vergonzosamente pendientes. Me daba mucho respeto el autor, quizá, no estoy del todo seguro, por haberlo intentado en mi juventud y no haber estado a la altura. Bien es cierto que a Carpentier hay que leerlo siempre con un diccionario cerca, pero aun así ese respeto que sentía se ha requetemultiplicado a la par que mi admiración y mi gratitud por el placer que me ha procurado su breve novela de tan hermosa escritura, de tan elegante estilo, de tan extensa riqueza léxica. Una bella forma de plasmar cómo la corrupción, la explotación y la crueldad de unos hombres contra otros hombres trascienden razas y religiones y de cómo la fe, sabiamente alentada, puede mover montañas y hasta destruirlas completamente sin importar a quién sepulte.

“Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”.
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4n4p4ul4
 05 September 2019
Alejo Carpentier prologa esta obra explicando la necesidad de Latinoamérica, de intentar plasmar en la literatura los elementos de lo real-maravilloso, elementos que se logran encontrar en la vida cotidiana de cualquier comunidad en este continente. El cubano menciona que América está muy lejos de poder agotar el caudal de mitologías en su letras, es por ello que esta novela parte con Mackandal, esclavo que encabezó  rebeliones de Santo Domingo y dejó un legado dentro de la mitología de su pueblo, el cual aún lo recuerdan con himnos mágicos en las ceremonias del vodú. La novela nos da un recorrido de las batallas históricas de Haití, mediante Ti Noel, esclavo de un colono francés. En el reino de este mundo, podemos encontrar elementos mágicos derivados de la magia africana que ayudan a los esclavos a buscar su independencia, también logramos ver la dificultad política de la condición humana, pero más allá de retratar un evento histórico-político, Carpentier hace reflexionar al lector sobre el sentido de la vida del hombre, el cual parece tener solo el poder de aportar con sus acciones en el reino de este mundo. Sin duda una obra cumbre de las letras hispanas, y una novela imperdible de la literatura universal.
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encarnipm
 30 December 2019
: Un libro no muy largo pero muy bien escrito donde narra rebeliones, caídas y el malvivir de los súbditos haitianos. Me ha gustado mucho la riqueza de vocabulario usada por el autor. Una historia muy bien contada.
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Yani
 06 May 2018
Recuerdo que cuando lo empecé a leer no me convencía, pero me alegro de haber insistido. Simplemente, me encantó.
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