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«Natacha nació para amar mucho, pero en casa de los pobres se aprende antes a llorar que a reír; los hijos de los pobres aprenden antes a pedir el pan que los besos [...]» Volver a Carnés es como volver a casa, y leer Natacha, su primera novela escrita, ha sido como ir a los cimientos de ese hogar, pues en ella ya se empiezan a ver los que serán sellos distintivos de su obra: una aguda conciencia de clase y la denuncia al trato desigual que vivían las mujeres, puntos que revelan el profundo compromiso de la autora por retratar cómo era para la clase obrera el ambiente madrileño de principio de siglo y que hacen del de Carnés uno de los nombres más representativos de la novela social española anterior a la guerra. Esta primera novela cuenta la historia de Natalia Valle, joven que desde bien pronto empieza a trabajar como sombrerera para sostener la economía familiar, punto que, además, conecta con la propia vida de la autora; exponiendo cada sufrimiento de Natalia en tanto que mujer pobre, esta primera trama irá enlazándose con una historia de amor fuertemente influenciada por la literatura de folletín que tanto leía Carnés (como indica Antonio Plaza en la introducción), que aunque no ha acabado de encantarme no es, para nada, el punto principal de esta obra, que pretende hablarnos de una forma no edulcorada de la vida de Natalia y las mujeres de su entorno, cuyas historias están atravesadas por cuestiones como el matrimonio, el trabajo o la maternidad. «Fijate en el cuadro de tu madre, y en el de la mía, y en el de tantas otras que no vemos [...]» Escrita con un tono profundamente poético, Carnés brinda descripciones hechas desde una mirada curiosa que solo un talento como el suyo es capaz de trasladar a la palabra, consiguiendo que su novela sea un testimonio valioso y bello tanto por su contenido como por su forma. «[...] como todos los niños que crecieron en la tristeza, se dio a pensar muy pronto, y a los catorce años supo que el mundo solo es miseria y dolor.» Natacha está hecha para las que amamos a Carnés y queremos ver cómo empezó todo; está hecha para dejar que te acurruque y grite a partes iguales, de la misma forma que venía haciendo Tea Rooms. |
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