Los remordimientos acerca del ayer y el miedo al mañana son ladrones gemelos que nos roban el hoy
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Los remordimientos acerca del ayer y el miedo al mañana son ladrones gemelos que nos roban el hoy
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La mayor lección que había aprendido desde entonces se podía resumir en una: no es bueno aferrarse a nada. Ni a las cosas ni a las personas. Ni siquiera a uno mismo.
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No puedes dar marcha atrás al reloj, pero puedes darle cuerda de nuevo
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Justo cuando la oruga pensaba que el mundo se había acabado, se convirtió en mariposa
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Junto a la barra descubrió un pequeño escenario con cortinas negras sobre el que cantaba un chico con una guitarra. Aquel era el sonido que la había atraído hasta el bar. La voz grave y matizada del cantante le gustó, aunque su actitud era más bien tímida. Se quedó mirándolo hipnotizada mientras él desgranaba una melodía triste sin levantar la vista de sus botas de cuero. |
Cuando Hannah terminaba de secar el último vaso, su padre se acercó a ella por detrás y le puso una mano sobre la cabeza, acariciando suavemente sus cabellos, ocultos bajo la cofia almidonada. Ella se dio la vuelta y sonrió con los ojos bajos. John Miller era un hombre de pocas palabras. Aún así, Hannah sabía que con aquella mano áspera que ahora temblaba levemente al tocarla, su padre le estaba diciendo sin hablar que la quería y que estaba orgulloso de ella. Hannah recordó un gesto parecido el día que terminó el colegio, hacía dos años, y le dedicó una sonrisa tímida. Los ojos azul petróleo de su padre se encontraron con los suyos, tan parecidos, y se humedecieron al instante. A Hannah le dio un vuelvo el corazón al verlo tan emocionado, y por segunda vez aquella mañana sintió que la vida tal y como la conocía hasta ese instante estaba a punto de cambiar. |
Manolito ...