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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
20 March 2018
No suelo traer muchas novelas de corte generacional en las que se narra el pasado y el presente de una familia a través de varios de sus miembros, pero de vez en cuando cae alguna, como es el caso del libro que os traigo hoy. Ya lo he dicho alguna vez, no es que no me gusten, es que siempre tiro para otro tipo de lecturas que me llaman más. Supongo que todos los lectores hacemos lo mismo en mayor o menor medida por mucho que intentemos leer un poco de todo. Pero bueno, el caso es que hoy toca una novela de este género, El último regalo de Paulina Hoffmann.

Alicia llega a Berlín. Su parte es la del presente, la que transcurre en agosto de 2016. Hace algo más de un mes falleció su abuela, Paulina Hoffmann, y en la lectura del testamento Alicia supo que había heredado un piso en esa ciudad alemana, piso del que nadie en la familia conocía su existencia. Ni siquiera sabían que Paulina había estado viajando a Berlín con frecuencia en los últimos años. Alicia se ha dejado a su hijo pequeño en Madrid y ha cogido un vuelo con la esperanza de saber por qué su abuela le ha dejado ese apartamento, pero el equipaje que lleva no solo es el de su maleta. Anda perdida, sin trabajo, con un matrimonio roto a la espalda y sin saber muy bien hacia dónde camina. Ahora, más que nunca, le hace falta la que era su brújula, su abuela Paulina, y esa estancia en Berlín servirá para que el lazo que une a ambas se estreche por última vez.

Por otro lado tenemos a Paulina, la Paulina Hoffmann que da nombre al título de la novela... La relación que unía a abuela y nieta era especial, profunda, más allá de nexos y obligaciones familiares, pero Paulina era una mujer que había pasado mucho, visto mucho, sufrido mucho y callado más todavía, y ese pasado es algo de lo que había protegido siempre a Alicia... Alicia, que adoraba a su abuela, desconocía buena parte de su vida porque Paulina así lo había querido. Paulina no era de hablar, ni de contar ni de compartir. Solo después de muerta, con ese piso berlinés y un álbum de fotos sobre la mesa, abre la puerta para que se conozca su historia.

Paulina Hoffman es en sí misma un caramelo de personaje. Muy bien construido, con una personalidad muy marcada y un recorrido vital que te alcanza la patata en algunas ocasiones. Su historia comienza en 1936 en Berlín. Paulina era alemana (y no judía), pero su infancia y adolescencia durante la Segunda Guerra Mundial muestra la cara de los alemanes que simplemente se limitaron a contemplar lo que se venía encima sin hacer nada y que terminaron pagando su tributo a aquella contienda de la vergüenza. Después, huyendo de una ciudad y unos corazones en ruinas, llegaría al Madrid de la posguerra para vivir en el seno de una familia muy bien situada en el entorno de Franco, y con ello su adaptación a la vida después de vivir rodeada de muerte, el despertar sexual, las decepciones, las escasas alegrías, la muerte de sus seres queridos y la supervivencia en un mundo y una época en los que las mujeres no podían hacer otra cosa más que luchar para abrirse camino. La vida le quitó a Paulina mucho más de lo que le dio, pero ella siguió adelante con paso firme sin mirar atrás. No podía permitírselo.

Desde 1936 hasta 2011, acompañamos a Paulina desde Berlín hasta Madrid pasando por Málaga, las tres ciudades clave en esta narración. Narrado en tercera persona, se va alternando la época presente de Alicia en forma lineal, con la de Paulina en el pasado, que da algún que otro salto. La prosa es sencilla, nada enrevesada, contando lo que quiere contar de manera que llegue al lector sin mayores florituras. Y debo admitir que los capítulos de Paulina ambientados en Alemania son para mí los mejores sin ninguna duda... los que preceden a la Segunda Guerra Mundial, los que trascurren durante ella y los posteriores. Ahí se forja la personalidad de un personaje al que su madre intenta proteger de todo pero que no olvidará absolutamente nada de lo que allí pasó y que, sobre todo en la madurez, volverá en sus recuerdos una y otra vez a aquellos días de su infancia.

Siempre digo lo mismo, pero en este tipo de lecturas, la historia del pasado, o la de la generación más antigua, siempre me parece mucho, mucho más interesante que la del presente. En El último regalo de Paulina Hoffmann no ha sido distinto. La historia de Paulina tiene muchísima más fuerza, más interés y es más conmovedora que la de su nieta Alicia, un personaje que a ratos me ha parecido bastante inmaduro (supongo que es la intención) y cuya trama es bastante previsible en cuanto a su final. Y es que para mí, por encima de Alicia, si hay otro personaje femenino en esta historia que es muy interesante y merece ser nombrado es el de Julia, la madre de Paulina. No puedo contaros lo que este personaje pasa a lo largo de la novela, lo que sufre a través de sus páginas, pero representa la supervivencia con uñas y dientes y el vacío absoluto que le sigue cuando de repente te paras y se te echa todo encima... cuando te alcanza la culpa y el desgarro emocional que no te has permitido sentir cuando solo podías mirar hacia adelante.

Casi todo el mundo parece conocer a la autora por su labor como editora, pero no es mi caso, y de hecho me enteré al leer la solapa del libro. Sí que es evidente durante toda la novela ese amor por la literatura, que vuelca en el personaje de Paulina. Después me he enterado que toda esta historia nació precisamente tras la muerte de su propia abuela a la que estaba muy unida, y entonces también se entiende lo bien construido que está el personaje principal. Precisamente por estar tan bien trazado, se me queda corto el paralelismo que intenta establecer entre su historia y la de su nieta Alicia, que lo ha tenido siempre todo y cuyos problemas se ha buscado ella sola por no querer o no saber afrontar el paso a la madurez... Alicia se encuentra en el punto en el que se encuentra porque en su mente vivía anclada en comportamientos propios de una persona sin ninguna responsabilidad. Como historia independiente quizás funcionaría mejor, pero en comparación con la de Paulina, no he empatizado demasiado con ella, y además, como digo, se intuye de lejos cómo va a terminar su historia.

El último regalo de Paulina Hoffmann es una historia bonita pero dura sobre la guerra, sus consecuencias, la pérdida, el dolor, el matrimonio, la maternidad, la supervivencia en muchas y diversas vertientes, y la valentía y fuerza de las mujeres en una época en la que no podían permitirse ser de otra manera. Es una buena novela, entretenida, bien escrita y que se lee sin apenas darte cuenta, pero que para mí flojea en la historia de Alicia y es lo que ha hecho que no me parezca tan redonda como a otros lectores. Aun así, ya digo que esto es una preferencia personal que me ocurre en casi todas las novelas de este tipo, y no por ello deja de ser una lectura recomendable, que lo es. A título personal, creo que aunque Paulina le hace un último regalo a su nieta Alicia, el regalo de esta novela son precisamente la propia Paulina y su historia.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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