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En esta historia tenemos unos niños, Polly y Ricky, alias Pulga, que viven en una casa inmensa y que no conocen a sus padres, aunque creen que viven en la misma casa con ellos. Su sueño es poder conocerlos un día. Hasta entonces, su vida transcurre en la guardería donde los cuida la Tata Warburough y cada día van a la escuela junto a otros niños. Hasta aquí todo bien, no? Pues no. Vale, lo primero un poco raro es que vivan con sus padres y no los conozcan. Pero es que después te vas enterando de cosas que te empiezan a parecer normales pero que no lo son ( esos cuernos...) y las vas asimilando como algo perfectamente normal porque son parte de su día a día. En su mundo hay máquinas de comida, hay madres de papel y hay aulas y patios de colegio sin puertas. Pero también hay seres oscuros que amenazan sus vidas y que cada vez están más cerca, acechåndolos. Como os podréis imaginar, llega un momento en que los niños tienen que abandonar su comodidad y adentrarse en la enorme casa en busca de sus padres, adentrarse en lo desconocido. Esta lectura ha sido una experiencia muy gratificante y llena de sensaciones. La búsqueda de estos niños es la búsqueda de todos, es la necesidad de respuestas a todas esas preguntas que todos tenemos dentro. Con su ingenuidad y su valentía van abriendo puertas y obteniendo esas respuestas que tememos encontrar, las verdades que no queremos saber. Y que todo esto se presente plagado de seres extraños y situaciones absurdas es un enorme acicate que te hace no poder parar de leer. En serio, esta historia es adictiva, intensa e impredecible, pero también es muy emotiva. Ese epílogo vale su peso en oro ❤. Y para terminar y por si fuera poco, deciros que esta novela es uno de los buques insignia del género bizarro, un género a descubrir. |
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