|
¿Cómo carajos se supone que debo titular éste viaje? Quizás una cita sirva de título:
"En México hasta los ateos somos católicos, don Gabriel". Una reseña mediocre de una gran novela justificada en las creencias del autor de esta reseña.
Autor: John Stiven Avendaño Vargas
Creer en la linealidad del tiempo y de la historia que narramos es una decisión arbitraria. No porque el tiempo no sea lineal, sino, porque no sabemos qué cosa es el tiempo. Los físicos lo relativizaron para salir del embrollo; pero sigue siendo un misterio. "No tendremos nada que decir sobre nuestra propia muerte" reza la primera oración de la novela, yo añado, tampoco tenemos nada que decir sobre el tiempo. Quiero decir, no tenemos nada que decir que no sea especulativo.
Instinto de Inez cuenta una historia donde el tiempo es circular, no porque la historia narrada sea circular y sugiera una repetición, sino porque el tiempo lo es. La obra nos aleja conscientemente de la concepción lineal del tiempo, nos ubica en medio de las cosas [in medias res como le llaman algunos académicos "respetables"]... yo, que no soy ni académico, ni respetable, diría que nos ubica en medio de una obra musical, o al final de ella, y al igual que la música, cuando se llega en medio de ella, entramos en un ritmo etéreo, cuyos tiempos marcan pulsos y no secuencias predecibles (a menos de que entres en la mitad de una guaracha que es la misma mierda de principio a fin). En fin, prefiero hablarles del por qué es tan válido pensar un tiempo circular como uno lineal y por qué me pareció TAN GENIAL la novela de Fuentes.
Déjenme me organizo y dejo de lado las emociones para hacerme entender, aunque seguramente fracase en el intento.
Gabriel, un director de orquesta e Inez, una cantante de Opera. Un hombre y una mujer desnudos que en tiempos prehistóricos se encontraron a partir de la voz y les tocó pasar del gruñido al canto para crear un código común donde se expresaran sus pasiones. No, las oraciones anteriores no son de historias distintas, son la misma novela, son la misma historia. No quiero hacer más spoilers.
La contraportada de mi edición (Aguilar, 2001 [2000]) dice: "Dos historias, dos parejas, dos tiempos y dos pasiones [...] una de las mejores obras fantásticas". Una excelente frase para vender un libro de Corín Tellado; pero la obra de Fuentes va más allá y rompe esa dualidad. Unifica tanto tiempos, como parejas y pasiones gracias a un sello misterioso cuyas raíces primigenias justifican ese nuevo orden del mundo (un mundo que no es lineal se ordena diferente)… Esto me lleva a pensar que lejos de ser una novela fantástica por la circularidad temporal, se trata de una ciencia ficción justificada en el mito.
Creemos que la ciencia ficción solamente tiene sus justificaciones a partir de las ciencias duras: física, química, matemáticas etc. Sin embargo, Strauss y su combo de antropólogos de las ciencias blandas disconformes con el positivismo [esa corriente filosófica que lo quería medir y determinar todo], se piensan que el mythos y el logos no son tan diferentes. Que ambas son creencias que explican el acontecer diario y se instalan en el universo del lenguaje como verdades.
Quizás porque soy colombiano y en Colombia "hasta los ateos somos católicos", creo que Fuentes no busca dejar la circularidad del tiempo como un hecho fantástico sin justificación alguna; sino como una posibilidad de pensarnos el tiempo y el lenguaje a partir de un sello que, al parecer, tiene la posibilidad de alterar tanto pasado como presente. Dejando un poco de lado el sello, quiero centrarme en el lenguaje. Hay una comunidad indígena llamada los Amondawa son seres sin tiempo como lo concebimos, (ellos no tienen las nociones de día, mes, año etc.); por lo tanto, su lenguaje no les permite pensar en el futuro como lo pensamos nosotros. Sé que es difícil convencerlos de que nuestra noción del tiempo es una creencia y no una verdad absoluta; pero lo es y se encontrarán con ésta idea a lo largo de toda la obra.
El sello primigenio y la misma posibilidad de un lenguaje circular que nos permita movernos en el tiempo son tan ciencia ficcionales como cualquier cohete que llevó a los norteamericanos a marte en Crónicas Marcianas, quiero decir, aunque su justificación sea mítica, no por ello quiere decir que está bajo la forma fantástica [mal llamado género fantástico] porque lo fantástico no se explica [y no por ello deja de ser creíble]...Un ejemplo de lo fantástico es que es "normal" o verosímil que Alicia cruce el espejo o se meta en la madriguera persiguiendo a un conejo y llegue a otro mundo porque la historia es fantástica, no es necesario darle razón a el hecho.
Fuentes razona este hecho hasta con la misma creación de una lengua dentro de la obra, que converge con la música de una manera armoniosa... (En realidad son un par de palabras las que crea, pero está la intención)
En fin, ésto no parece una reseña; más bien es una divagada hasta rudícula sobre la obra, pero tenía que escribir sobre ello... Denle una oportunidad y lean esa vaina.
+ Leer más |