El caso Paternostro

Pierluigi Paternostro, un pintor bastante conocido, ha sido asesinado de una forma salvaje. Él es la primera víctima pero no la última: alguien se está dedicando a matar a gente en Turín. ¿Estamos ante un asesino en serie o alguien que busca venganza? ¿Hay algún nexo entre las víctimas? ¿Quién es el o los asesinos?


A todas estas preguntas y muchas más tendrá que responder Salvatore Vivacqua, Totò, el jefe de la Brigada de Investigación de la Policía de Turín. Él y su equipo. AL mismo tiempo, tendrá que hacer frente a una pequeña crisis personal: su perro, el setter llamado Tommy ha desaparecido. Sus hijos y su mujer están desesperados porque pasan los días y no le encuentran. Y Totò no tiene tiempo que dedicar a su búsqueda.


“El caso Paternostro” es una novela de carácter policíaco a la italiana. En los últimos años he tenido ocasión de leer a varios escritores del género italianos y la verdad es que siempre he quedado satisfecha. También en esta ocasión. “El caso Paternostro” me ha gustado y, en caso de que haya más novelas protagonizadas por Vivacqua, no dudo que las leeré.


La novela se estructura en doce capítulos numerados que llevan por título el día en que transcurre lo en ellos relatado. La historia comienza el jueves 3 de junio –día en que se descubre el cadáver de Paternostro y día en que desaparece Tommy- y termina el jueves 17 de junio. Dos semanas completas narradas en tiempo real. Los capítulos se subdividen en escenas, precedidas por la hora en la que tienen lugar.


Es un narrador omnisciente quien nos irá contando la historia. Lo hace con un estilo sencillo pero cuidado, con abundancia de diálogo y con bastante ritmo. Aunque no lo calificaría de thriller, a mí me enganchó muchísimo y lo leí en dos días y medio. La verdad es que resulta fácil de leer, no cansa, y en todo momento guarda el interés, sin pérdidas de ritmo. La investigación está bastante bien armada y el final me ha gustado mucho.


También me han gustado mucho los policías investigadores. Toto, Vivacqua, es todo un personaje. Alejado del policía literario clásico, Tòto tiene una vida personal y familiar normal: una mujer con la que se lleva bien, dos hijos adolescentes y hasta un perro. No fuma, no anda con prostitutas…, vamos, un policía más cerca de lo que suelen ser los policías reales que los que la literatura nos ha mostrado en muchas ocasiones. Eso sí, tiene un carácter que puede parecer complicado en ocasiones aunque con él se cumple el refrán de que no es tan fiero el león como lo pintan. Un sentido del humor un tanto irónico y una forma de dirigir a sus hombres que a los más bisoños puede extrañar por no saber a qué atenerse pero que los que llevan ya tiempo con él saben perfectamente cómo manejar. Como Santandrea, el segundo de a bordo, con el que tiene una buena relación.


La ambientación en Turín está bien conseguida. Turín, en el norte, se nos presenta como una ciudad en la que la lluvia cae incesantemente y en la que no hay mucha criminalidad. Los hechos que ahora están ocurriendo son excepcionales y el mandamás no está seguro de que el equipo investigador pueda atrapar al culpable. Por eso, la amenaza de hacer venir a expertos de Roma que les ayuden en la investigación pesa sobre los hombros de Vivacqua que no quiere ninguna injerencia en su caso.

Conclusión final

He disfrutado mucho con la lectura de esta novela. Me ha durado menos que nada en las manos y me ha dejado con ganas de, si las hay, leer más novelas protagonizadas por Vivacqua.

La novela que hoy os proponemos es “El caso Paternostro”, escrita por el italiano Carlo F. de Filippis quien, además de sacar tiempo para la literatura, trabaja como consultor de marketing para grandes empresas. Para aquellos lectores que no lo sepan, indicarles que “El caso Paternostro” es la segunda entrega de la serie policíaca protagonizada por Salvatore Vivacqua, cuyo debut se produjo con “Le molliche del commissario (2015)”, novela que no llegó al mercado literario español. Resulta raro conocer al protagonista de una serie mediante entregas que no son las primeras de la serie, pero esto ocurre en más ocasiones de las que nos imaginamos. Es más, para que os hagáis una idea, deciros que “El caso Paternostro” se publicó en Italia en 2017.

En Carmagnola, Pierluigi Paternostro, un afamado y reconocido artista que vive apartado de la población en un castillo del siglo XII a las afueras de Turín y cuya producción artística se encuentra en el ocaso de su carrera, ha sido brutalmente asesinado. Este suceso, dada la fama del finado, causa una gran sorpresa y revuelo entre la población y las autoridades. Dada la relevación del caso, al frente de la investigación de este macabro crimen encontraremos a Salvatore Vivacqua, Totò, Jefe de la Brigada de Investigación de la policía de Turín. Vivacqua que, por raro parezca en este género de novelas, es una persona “normal”, es decir, tiene familia, está casado con Assunta con quien tiene dos hijos adolescentes Grazia y Fabrizio y hasta un perro, no es alcohólico, no tiene traumas del pasado, no fuma, usa gafas para leer, conduce un coche Alfa Romeo, come bocadillos de mortadela, así pues, Vivacqua es policía más cerca de lo que suelen ser los policías reales que los que la literatura nos ha mostrado en muchas ocasiones. Eso sí, tiene un carácter una tanto especial cargado de un humor ácido e irónico que os arrancará muchas sonrisas. de igual forma, Vivacqua cuenta con un gran equipo de trabajo dentro de la Brigada de Investigación como son: Sergio Santandrea «el Jirafón» y Roberto Migliorino, entre muchos otros.

Con el asesinato de Gio Paternostro dará comienzo una investigación muy compleja, dada la particularidad de la actividad y del círculo de amistades actuales y anteriores del pintor, además de que el equipo de Vivacqua se enfrentará a un asesino despiadado y sádico que no se frenará ante nada ni ante nadie. La investigación se centrará en averiguar quién es el asesino, qué busca y por qué ha tenido tanto ensañamiento con el artista. No obstante, la situación se complica todavía más cuando, sin tener pista alguna acerca del asesino, aparece de una segunda víctima. Por si esto no fuera poco, Vivacqua recibe la instrucción categórica del Ministerio de desempolvar los muchos casos sin resolver que tiene la Brigada de Investigación de la policía de Turín y que la sitúan como el farolillo rojo de la Unión Europea, es decir, la peor policía de toda Europa.

En “El caso Paternostro”, un narrador omnisciente nos irá contando la historia a través de doce capítulos un tanto largos que transcurren en el plazo de catorce días, que es exactamente el tiempo que dura la investigación policial. Cada capítulo se subdivide en escenas, precedidas por la hora y lugar donde se desarrolla la acción. “El caso Paternostro” cuenta con un estilo sencillo, directo, ágil y fresco donde existe un perfecto equilibrio entre la narración y los diálogos, que hará que el lector se encuentre ante una novela fácil de leer que en todo momento guarda el interés, sin pérdidas de ritmo.

En “El caso Paternostro” el lector va a encontrar, por un lado, una investigación policial perfectamente desarrollada con sus escasa pistas, interrogatorios y averiguaciones policiales, mientras que, por otro lado, seguirá los movimientos del asesino, cuyos capítulos están encabezados por citas de El arte de la guerra de Sunzi.

Una historia lineal y fácil de seguir con un buen ritmo, que se volverá trepidante en algunos momentos, en la que se sirve de un lenguaje fluido, un estilo ágil, unos diálogos brillantes y mordaces, no exentos de ironía. Vivacqua es un personaje principal ingenioso, perspicaz y entrañable, al que merece la pena seguir. Esperemos que no tarden en traducir y publicar aquí las siguientes entregas.

Con “El caso Paternostro” y la serie policial que protagoniza Salvatore Vivacqua, su creador Carlo F. de Filippis, junto con otros autores como Manzoni, Vichi, Malvaldi, están desarrollando este género de novela negra de manera extraordinaria situando muchas de sus novelas a la cabeza de todas las listas de ventas y codeándose con la mejor novela negra de cualquier país.

“El caso Paternostro” es una muy buena novela de género negro donde la tensión irá aumentando conforme avanza la trama hasta llegar a un desenlace perfecto que cierra y resuelve de forma muy satisfactoria todos los flecos sueltos que pudieran existir.
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“Llevaba casi treinta años de poli, tiempo suficiente para perder la fe en los seres humanos, o para conservar esas dosis mínimas de optimismo que nos permiten creer que, al final, el bien triunfa.
Al final.” ~ El caso Paternostro de Carlo F. de Filippis.

Salvatore Vivacqua es el comisario jefe de la Unidad de Homicidios de Turín. Junto con su mano derecha, Sergio Santandrea, apodado Jirafón, subcomisario jefe y Migliorino y Cardone, forman en equipo de investigación. En esta ocasión se enfrentan a un cruel asesino que ha matado brutalmente a Giò Paternostro, un pintor con fama. Pero no es el único crimen ya que a este se van sumando más, sin que exista más patrón entre ellos que la crueldad de cómo son cometidos y el hecho de que al asesino no parece importarle dejar todo lleno de pistas lo que da que pensar que tiene muy claro que saldrá indemne de los crímenes.

¿Os ha pasado alguna vez que tenéis un libro para leer pero le echáis un ojo, así por encima, por curiosidad, a otro y ya no hay manera de parar? Esto es lo que me ha sucedido con El caso Paternostro.

La verdad es que me ha gustado como está escrito, el caso, el investigador y su carácter -irónico y ¡sin traumas!-. En el lado contrario el carácter del malo y “su gusto especial” que no pienso desvelar y que es motivo, entre otros pequeños detalles, de que le baje, mínimamente, la nota a este libro. Porque la verdad es que me ha encantado todo, desde el equipo investigador a cómo se desarrolla la trama.

El libro se divide por días; cada día es un capítulo por lo que estos no son cortos, pero está subdividido por horas. En todos se hace referencia a El arte de la guerra, abriendo cada capítulo con una frase de ese libro y orientando, en cierta manera, al lector sobre lo que va a hacer el asesino.

Esta novela está estructurada en 14 días de junio que es exactamente el tiempo que dura la investigación policial y cada capítulo está estructurado en horas y lugares. Es una historia bien escrita con buen estilo usando un lenguaje sencillo pero efectivo. Como toda novela policíaca la trama se centra en la investigación que llevan a cabo los protagonistas. Un asesino despiadado mantiene en jaque a la policía italiana que no alcanza a entender ni las motivaciones del asesino ni tampoco la relación entre los diversos casos aunque la mano asesina parece la misma. al mismo tiempo, a la brigada policial gobernada por Salvatore Vivacqua, se le asigna la tarea de ocuparse de una pila de casos sin resolver.

En lo personal a Salvatore Vivacqua se le ha escapado su perro Tommy por las calles de Turín con la consiguiente preocupación de su familia que hace constantes batidas en su búsqueda.

La tensión va in crescendo a medida que la trama avanza y también se da voz al asesino, es decir, la acción va discurriendo entre policías y lo que está haciendo el asesino del que también podremos formarnos una opinión en relación a su carácter y motivaciones.

Es una novela amena con la que he pasado un buen momento lector aunque tengo que decir que la historia, por la temática, no ha acabado de convencerme y desde mi punto de vista le falta algo de chispa aunque esto es algo muy personal, sin embargo, mi voto favorable hacia esta serie y que motiva que quiera seguir leyéndola es porque, pese a lo dicho de la historia policial en sí, me han gustado mucho los personajes que parece que tendrán continuidad y por tanto, desarrollo personal, empezando por Salvatore Vivacqua que es un policía atípico pero no porque sea extravagante ni tenga alguna particularidad destacable, sino porque es un hombre normal, sin problemas familiares ni traumas de ningún tipo, aunque tiene una personalidad que destaca por el uso de la ironía en su trato con la gente pero no por ningún pasado turbio y oscuro.

En esta historia nos olvidaremos de la pesada carga que llevan a sus espaldas algunos de los policías más insignes de este género pero no lo echaremos en falta ni hará menos menos interesante la lectura ya que en lo insignificante y anodino también está la sustancia. Por otro lado, tiene un buen tándem policial con su subcomisario Santandrea, el Jirafón y otros subalternos. Un personaje destacable es sin duda, Silvano Meucci, que habla constantemente de Napoleón lo que da un punto original a la historia y al mismo tiempo, a raíz de las disertaciones acerca del famoso personaje histórico, hay varias escenas graciosas.

En conclusión: Es una novela entretenida y bien escrita y, pese a lo dicho en relación al argumento, ha llamado mi atención por los personajes así que la valoro positivamente como una novela a tener en cuenta y una serie policial con muchas posibilidades.
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