Saludos nada cordiales

Prometía la editora que nos encontraríamos ante una novela sorprendente y desde luego lo es, aunque solo sea por recuperar el papel de las cartas y el correo en un tiempo de electrónica.
Pero es mucho más que eso, porque es también intriga, primero por saber quién envía las cartas y luego por saber cómo va a acabar todo.

Lo más importante es no obstante la ambientación en esa pequeña isla apartada de todo. Lo cierto es que las islas pueden dar mucho juego en la literatura (un día os hablaré de ello) y ese es también el caso de Saludos nada cordiales.

Y junto a esa ambientación los personajes. Un auténtico abanico de personajes que van recibiendo la carta anónima y que nos van mostrando un caleidoscopio luminoso de pequeños trozos que conforman la personalidad de la isla. Todos ellos en mayor o menor medida son protagonistas de la novela.

Hasta que en la segunda parte el autor se centra en muy pocos personajes desde el momento en que nos muestra quién está tras los envíos y nos permite adentrarnos en su mente y en sus pensamientos.

Una novela que puede leerse si queréis de un tirón porque no llega a las cuatrocientas páginas, de lectura fácil y rápida, no solamente por el número de páginas sino por el propio texto y su paginado.

Una novela que os recomiendo.
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