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Los relatos de Cardin se hunden en las raíces de la religión judeocristiana y la filosofía pesimista para mezclarlo todo con horror existencial, ontológico y hasta corporativo. Para nuestro autor la religión es un conjunto milenario de advertencias que beben incluso de la mitología, que puede revelarnos realidades tenebrosas e inexplicables, realidades que quizás ningún ser humano esté listo para aceptar. Ahí reside la maestría innata de Matt Cardin, en mostrarnos en forma cruda y visceral un universo que nos es totalmente ajeno, en el mejor de los casos, y dolorosamente hostil en el peor. Además, él se mueve como un pez en el agua a la hora de ambientar los relatos. Lo mismo le da pasar de la ciencia ficción al relato extraño, sin mostrar ninguna fisura o handicap en ideas y estructura, conduciendo las narraciones a finales surrealistas y siniestros. La prosa es bien opresiva y malsana, como no puede ser de otra manera en un buen autor weird que se precie, dejando en el lector desprevenido un regusto amargo, con mucha mala leche. Historias filosóficas que fondean lo cósmico en una narrativa que se clava en el lector y aunque esté sufriendo o pasándolo mal es incapaz de detener la lectura, es un libro que te horroriza y te hechiza. Esta es una antología maravillosa de relatos inspirados en un vacío perpetuo que aplasta nuestra existencia y la futilidad de nuestras vidas absurdas, sin sentido. Cada personaje no es más que una sombra moviéndose en un escenario desolado, como de teatro, representando un papel de absoluta nimiedad, como si todos sus movimientos estuvieran siendo digitados por un abyecto titiritero cósmico. Aunque hay historias que beben del horror de Lovecraft, la mayoría pertenecen al extraño mundo de Ligotti. Dividido en tres partes. La primera se titula: Predicciones del abismo. Aquí es donde Cardin expone su propio sistema de creencias y donde los cuentos se agrupan perfectamente bajo el ala teológica. En esta primera sección la mayoría de los cuentos están abiertamente conectados con el cristianismo. En la segunda sección bajo el título: El despertar de la oscuridad, nos encontramos con relatos profundos, filosóficos, ligottianos, con una honda vena pesimista y nihilista. La tercera parte es, por supuesto, la frutilla del postre. Cardin se soltará y encontraremos cuentos bien extraños, amenazantes. Hará gala de una prosa salvaje, sin concesiones, con una carga brutal de angustia existencial que dejará a más de un lector con un malestar genuinamente placentero. Yo que soy una amante de la obra de Lovecraft y de Ligotti, he disfrutado como una enana. Un total de diecisiete relatos. Os dejó unos resúmenes de los que más me han gustado. En “La condena de la carne” leeremos de una antigua orden religiosa. “El teatro del subsuelo” nos encontramos con una historia metafórica que toca el cristianismo y el abismo… “Apuntes de un copista demente”. Corto gótico que parece sacado de la Edad Media pero que nuestro autor lo llevó hacia los terrores cósmicos. El protagonista será un monje traductor de textos sagrados que incomprensiblemente empiezan a dar un giro perverso. “Dientes” es uno de los mejores relatos de terror cósmico y ficción profunda he leído en años. “El enano menteoscura” un cuento de terror y locura “El dios de la hediondez” es para mí uno de los relatos más aterradores, cuyo protagonista es un periodista que debe investigar a unos miembros que adoran la enfermedad y el dolor. "Prometeo poseído" es un tremendo relato horrendo en el que se mezcla la filosofía, religión y ciencia ficción. Resaltar el prefacio y las magníficas ilustraciones aterradoras en blanco y negro de Luis Pérez Ochando. Matt Cardin nos lleva de vuelta a una era precámbrica, donde no existen dioses, y todo lo que hay es una vacuidad absorbente, sin la más mínima razón de ser. Sus personajes sufrirán un grave quiebre mental cuando intenten ver qué se esconde del otro lado... Y el precio a pagar será padecer una locura supina, una enajenación mental inexplicable y final. Que sobrevivas a la experiencia y puedas recuperarte, estimado lector. |
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