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Anna Falbrová (Traductor)
ISBN : 8416035822
240 páginas
Editorial: Ediciones Gigamesh (27/10/2017)

Calificación promedio : 4.03/5 (sobre 19 calificaciones)
Resumen:
Las salamandras son unos animales pacíficos cuyas habilidades cautivan a una humanidad que cabalga a lomos del progreso tecnológico desbocado de la entreguerra. La industria es la primera en aprovechar su enorme potencial; poco después, los gobiernos de las potencias europeas las utilizan para impulsar la industria, expandir territorios y modernizar los ejércitos. Les suministran herramientas, conocimientos, armas y un futuro del que ellas tomarán las riendas para s... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (8) Ver más Añadir una crítica
Guille63
 22 March 2023
La guerra de las salamandras es la típica novela que seguramente jamás leerán justo aquellos que más necesitarían leerla. Una paradoja que no llega a ser ni preocupante pues seguramente serían incapaces de enterarse de nada y mucho menos de darse por aludidos.

“- Las salamandras son salamandras -gruñó Bellamy, encogiéndose de hombros y desviando el asunto.
- Hace doscientos años también se decía que los negros eran sólo negros.
- ¿Y acaso no es verdad? - dijo Bellamy.
Los Bellamy nunca creen que hagan nada malo. Por eso son incorregibles.”

Ellos se lo pierden, el tono satírico, por muy cruel que en el fondo sea lo expuesto, con el que el autor trata un buen montón de cuestiones —morales, éticas, sociales, políticas— es de todo menos aburrido y no son pocas las veces en las que es francamente divertido. También es un punto a su favor la originalidad con la que las presenta esa amalgama de géneros y formatos que configuran este puzzle a modo de álbum de recortes que es la novela… quizás ese álbum que preparaba el pobre señor Povondra. Ellos se lo pierden, sí, aunque en realidad perdemos todos.

Así considerada, la novela me ha parecido notable, pero en literatura mis necesidades van algo más allá. Necesito que, hablándome a la razón, me ganen por el corazón, y en este campo la novela no ha estado a la altura. Se me ha hecho imposible otorgarle esa cuarta estrella que marca mis preferencias.

“Así nos comimos a una salamandra a la que llamábamos Hans. Era un animal culto e inteligente, con especiales disposiciones para el trabajo científico. Trabajaba en el departamento con el Dr. Hinkel, como su ayudante, y se le podían confiar los análisis químicos más delicados. En las largas noches teníamos conversaciones interesantes con él, y nos distraía su insaciable afán de saber. Tuvimos que deshacernos con gran pesar de nuestro Hans, pues a causa de unos experimentos que hice en él sobre trepanación, quedó ciego. Su carne era oscura y esponjosa, pero no produjo en nosotros ninguna reacción desagradable.”

Muchos son los objetivos sobre los que Čapek dispara su mortífera ironía, muchos los colectivos que toma como ejemplos para destacar las muchas sandeces que nos caracterizan como especie, pero sobre todas ellas destaca nuestro jodido afán por la diferenciación. Esa diferenciación que nos lleva a separarnos por la raza, la religión, la lengua, la nación, la situación económica o la sexualidad, pero que también nos aleja por gilipolleces como un equipo de fútbol, un tipo de música o un estilo de ropa. Sí, señoras y señores, nos sobran los motivos. Llevamos estas diferencias a categorías ontológicas y, lo que es más terrible y estúpido, nos ayudan a crear frentes, grupos cerrados, a sentirnos diferentes y pocos son los que, sintiéndose diferentes, no se sienten, al mismo tiempo, mejores. de ahí al conflicto, al odio, al enfrentamiento, no hay ni medio paso.
“Más tarde o más temprano, cada presunto "todo" homogéneo se desmoronará irremediablemente en grupos sin coordinación, con diferentes intereses, partidos, posiciones, etc., que, o bien se destrozarán entre sí, o sufrirán de nuevo los tormentos de la vida en común.”

Unos enfrentamientos que desgraciadamente nos impide afrontar problemas verdaderamente importantes de una forma global que es la única forma eficaz de poder abordarlos. El individualismo y el sálvese quien pueda que está en la base de ese capitalismo ultraliberal sin control ni oposición que cabalga desbocado en pos del beneficio de unos pocos y que consigue vender, con la inestimable ayuda de los medios de comunicación y ahora también con la de una legión de hackers a sueldo, la idea de un interminable crecimiento del bienestar universal que se extenderá hasta el infinito y más allá, queda aquí perfectamente retratado. Por ello, la novela no puede ser más actual. Cambien a las salamandras por el cambio climático y aquí encontrarán, paso a paso, lo que está pasando en el mundo y hacia dónde nos dirigimos.

“Esto es sencillamente la lógica de los acontecimientos....Todos tenían miles de objeciones económicas y políticas -igualmente justas- sobre por qué no se debía hacer (nada en contra de las salamandras).”

En fin, he estado alrededor de una semana viviendo entre salamandras, y ya les digo que al menos dos de ellas no eran mi mucho menos esos esperpentos que nos describe nuestro amigo Čapek, ni tampoco esos seres sombríos que nos dibuja Hans Ticha en la fabulosa edición de El zorro rojo que he tenido la dicha de disfrutar. Por toda explicación, más que suficiente, creo yo, diré simplemente que eran oriundas de la costa gallega. También ellas me hicieron ver algunas de esas estupideces a las que tan aficionados somos los seres humanos, y, aunque no tan peligrosas colectivamente como las imaginadas por el autor checo, son desatinos lo suficientemente graves como para provocar grandes catástrofes a nivel individual. Pero bueno, esa es otra historia.
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BelReMo
 10 October 2023
En primer lugar diré que he leído La guerra de las salamandras gracias al concurso de Masa Crítica y que la portada del libro es fantástica. Como también aviso de que el título, en mi opinión, tiene un doble sentido.

Karel Čapek la escribió en 1936 y fue favorita para muchos críticos, pero la época que le tocó vivir no fue la más idónea para publicar en defensa de la libertad, la democracia y satirizando las dictaduras de otros países europeos. Precisamente por su contenido, cuando estalló la Segunda Mundial, sus obras se escondieron y salieron a la luz durante la posguerra.

Antes comenzar a leer La guerra de las Salamandras hay que salvar cuarenta y una páginas de introducción, escrita de la mano de Cristian Cámara Outes, en las que hay momentos interesantes y otros, no tanto. Pero la introducción es para contextualizar y, en este caso, cumple sus expectativas.

De esta introducción, lo que más destaco, es el uso del collage literario. Primero porque es un concepto nuevo para mí y segundo porque dicha introducción se llama así: El uso del collage literario en La guerra de las salamandras. Tiene el mismo significado que el collage artístico, solo que en la literatura se trata de mezclar diferentes ¿estilos? a la hora de escribir.

La novela se divide en tres partes. En la primera usa más los diálogos, en la segunda encontramos buena parte de los artículos que el señor Povondra ha coleccionado con relación a las salamandras. Todos acompañados de comentarios relacionados con dichos artículos. Y, en la tercera, es una voz narradora que cuenta los conflictos que ocurren entre los humanos y las salamandras. Termina esta con reflexiones acerca de la condición del ser humano.

Čapek creó una novela de ciencia ficción, distópica y satírica. ¿Hay protagonistas? Yo diría que el capitán van Toch, G. H. Bondy, el señor Povondra y las salamandras, pero la sensación que he tenido es que todos y ninguno.

Las salamandras son descubiertas por el capitán van Toch y, lo que en principio parece todo un gesto de amistad, de ayudarse mutuamente, poco a poco las cosas van evolucionando conforme a las normas de la sociedad, pero al final se demuestra que la ambición, el poder de las clases más poderosas que explotan a las más débiles terminará estallando.

De este momento, hay una escena que me ha parecido tierna e inocente: una salamandra ofrece algo al capitán van Toch, a cambio de que éste le proporcione algo también y que le es imprescindible para sobrevivir.

Karel Čapek afronta esta novela con humor y la hace divertida, sobre todo la primera parte. En la segunda, cobra protagonismo el señor Povondra, que decide dedicarse a seguir la evolución de las salamandras, a nivel mundial, leyendo los diarios. Recorta los artículos relacionados y los guarda porque se da cuenta de algo que considera muy importante para él.

Aquí difiero del señor Povondra cuando piensa que todo se originó en el momento en que él tomó cierta decisión, pero ¿y si el capitán van Toch no hubiera tenido la genial idea de compartir su descubrimiento? En este punto tal vez cabría preguntar quién fue primero, si el huevo o la gallina. Lo dejo a vuestro criterio.

Lo que parece la liberación de estos seres, al final, la codicia del ser humano, poco a poco las va convirtiendo en algo útil y necesario. Ellas siempre silenciosas, sin quejarse, se dejaron llevar allí donde sus dueños disponen porque el negocio de la compra venta de salamandras da para mucho. Aunque son seres inteligentes están en desventaja porque tienen que aprender. Y aprenden del ser humano, de quien si no.

Karel Čapek toca en esta novela, si no todos, los conflictos que llevamos padeciendo desde que el ser humano está en este mundo y se empezó a civilizar; hablo en presente porque cuando la leáis o los que ya lo habéis hecho, os daréis cuenta de que aún están vigentes.

Resumiría La guerra de las salamandras más o menos así: Desde que existe el ser humano siempre se ha preocupado en evolucionar para tener más, pero nunca se ha observado en su propia condición de ser. Mientras esta no la cambiemos seguiremos eternamente luchando. Pero esto es una utopía.

Son muchas las preguntas y también las reflexiones a las que nos lleva Čapek en esta novela.

No dejéis de leerla. La reflexión es buena y que poco uso se hace de ella, con lo tiempos que corren.

Enlace: https://belnotas.blogspot.co..
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Migue77
 08 October 2023
Dicen que las primeras impresiones cuentan.  Lo que llamó inmediatamente mi atención sobre este libro fue la bonita ilustración de las salamandras de la portada. Flechazo instantáneo, y a por el libro. A partir de ahí, y descubriendo que se trata de una importante obra en la historia de la ciencia ficción, gracias a la Editorial Cátedra y a Masa Crítica de Babelio he tenido el gusto de leer esta divertida y potente sátira del autor Karel Capek titulada "La guerra de las salamandras".

A lo largo de la novela el autor utiliza un fino sentido del humor para abordar cuestiones serias como el colonialismo, el totalitarismo y el abuso del poder. Aunque Capek habla desde su perspectiva de la Europa en el periodo entreguerras del siglo pasado, su crítica a la (i)lógica del mundo capitalista sigue teniendo plena vigencia. Y quizás en este momento de la historia más que nunca, cuando se nota demasiado el desgaste de un modelo que deja en una situación precaria a demasiada gente. Una desesperación que no es presagio de nada bueno.

Aquí las salamandras representan a los que son explotados en beneficio de unos pocos privilegiados dentro de un modelo que irremediablemente deteriora la salud del planeta. Capek nos sumerge en un mundo en el que unas salamandras inteligentes son descubiertas y utilizadas para realizar trabajos subacuáticos, lo que lleva a un auge económico global. Sin embargo, lo que comienza como una historia de explotación y avance tecnológico se convierte en una lúcida reflexión sobre la naturaleza humana y su tendencia a la codicia y la autodestrucción.

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Lahobbitlectora
 03 November 2023
No me esperaba que este libro me fuera a gustar tanto como lo ha hecho, ¡vaya maravilla! Nos encontramos con un libro clásico de la ciencia ficción europea, que a su vez es una sátira brutal y tan real y actual que asusta, a pesar de ser una historia escrita en 1936. 

El libro se compone de tres partes diferenciadas y con estilos diferentes: una primera parte en la que te sumerges totalmente en una película de aventuras, con una historia muy interesante, acción, diversos escenarios y personajes, y mucho diálogo entre estos; una segunda parte que nos sigue contando la historia a través de recortes de periódico con textos en diferentes formatos (artículos científicos, noticias, transcripciones de reuniones internacionales, etc), quizás un poco más lenta pero que sigue consiguiendo captar el interés del lector; y una tercera y última parte en la que volvemos a sentirnos como en una película, pero con narrador en off que nos termina de contar esta historia. Estas tres partes forman un collage perfecto, en el que incluso seguimos encontrándonos con algunos de los principales personajes, a los que, al menos yo, llegué a coger cariño. Quizás la parte que menos disfruté fue la tercera, ya que es más técnica y se centra en la guerra como tal.

En cuanto a la edición, la portada me parece preciosa, pero cambiaría que las notas aclaratorias aparecieran en cada página y no al final del todo, ya que me parece muy engorroso interrumpir la lectura para ir hasta esas páginas finales; y también, el prólogo. Este prólogo escrito por Cristian Cámara Outes tiene 32 páginas, lo que me parece excesivo y no solo se centra en el autor, sino en todo el contexto artístico de su época. Lo que más destaco es la breve biografía final que hace del autor y sus obras y la descripción del uso que hace de la técnica de collage.

Me falta hablar de las verdaderas protagonistas, ¡las salamandras! El autor no podría haber escogido un animal mejor para esta analogía. Me encanta la descripción que hace uno de los personajes, "son como niños con manos pequeñitas y caras adorables de perritos", y además, son taaan interesantes, con su forma de reproducción y de respiración tan increíbles (¡pueden respirar a través de branquias, pulmones o de su piel!). Como buena bióloga que soy, he disfrutado muchísimo las partes en las que se hablaba de su biología y sus peculiaridades (que por cierto, no se hacen nada pesadas para alguien que no tenga conocimientos sobre el tema). 

Me gustaría destacar también el tono de humor, especialmente de la primera parte, en la que nos encontramos con algunas situaciones absurdad, pero cercanas a la realidad (la estupidez humana en todo su esplendor); y en la que el protagonista es el capitán van Toch, el cual mezcla palabras en españo e inglés en una misma frase. Ay, el capitán van Toch se terminó ganando mi corazón, gracias a que a él se lo robaron las salamandras (en el buen sentido, ya que se preocupa por ellas y las cuida).

Si a estas alturas de la reseña no te he convencido, no te lo pienses, léelo. No te vas a arrepentir, te vas a encontrar con una parábola mordaz, en la que el autor critica los régimenes totalitarios, la carrera armamentística y el desenfreno del capitalismo actuales y la esclavitud y explotación de las minorías (desde los indígenas, hasta las personas negras o judías). Todo esto de una forma brillante, que te hará reír, cuestionarte muchas cosas y reflexionar sobre el futuro de la humanidad, a partes iguales. 

Gracias a Karel Capek por haber creado esta historia y a Masa Crítica de Babelio por permitirme disfrutar de ella.

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Edd62
 23 November 2021
Todas las “extravagancias” del género humano exhibidas por este autor Checo, quien satiriza la estulticia humana cubierta por el oropel de la sociedad, la cultura, el poder.
Así expone la degradación de la humanidad manifestada por el racismo, segregacionismo y todos los “ ismos” que una siempre intransigente sociedad, basada en la superioridad pretende establecer diferencias de todo tipo, clase, raza, credo, económico, género, y miles otros .
En esta historia encarna al potencial enemigo, en entes pacíficos, que pasan de ser una herramienta de concordia a un arma de destrucción, o de dominio de naciones sobre naciones, para culminar invirtiendo la ecuación, como dispararse en un pie con su propia arma .
Un marino Neerlandés descubre un genero de salamandras gigantes e inteligentes, presto busca comerciar con ellas y su potencial como fuerza de trabajo, lo consigue con el mecenazgo de un archimillonario, el control de las mismas escapa de las manos de la humanidad, al no poder controlar su reproducción, en algún tiempo llegan a superar el número de seres humanos, y por tanto requieren expandir sus espacios vitales, las costas, a costa de los continentes .
En el ínterin Capek recrea la historia de la humanidad enfrentada a todo tipo de conflictos, siempre con dos facciones radicales, y en el centro los implicados. Quienes los defienden y quienes los atacan, así se forman ligas, asociaciones, corporaciones, etc. Que solo entorpecen la solución de conflictos y que dan lugar a otros que no existían.
Sátira que abunda al colocar al portero del archimillonario ( Povedra) en el centro tratando de explicar el papel que jugó en la historia salamandrica, a veces sintiéndose héroe y otras villano, coleccionista de todo lo escrito al respecto, ( de las salamandras) pone un toque de humor al llenar de estas referencias parte de la historia.
Para reflexionar esta anti utopía, plena de ironía, pero cargada de realidades, de su epoca, del pasado y del alucinante futuro que se le venía encima, lo que ahora llamamos historia recuente, y por supuesto, presente.
Representativo.. “ la carne de salamandra no era comestible, las salamandras defectuosas se vendían por kilo, los Chinos eran quienes mas las compraban, aunque nunca se sabía donde iban a parar...” Salamandras por Murcielagos Pangolines y otros animales y Voilá.
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Citas y frases (12) Ver más Añadir cita
Migue77Migue7708 October 2023
[...] lo único sé es que no debería haber tiroteos entre salamandras y humanos. ¡Eso no está bien! ¡No está nada nada bien!
—Quizás las salamandras solo se estaban defendiendo—apuntó la señora Povondra.
—Justamente es eso lo que me preocupa— farfulló como para sí mismo el señor Povondra. Como esas bestias empiecen a defenderse, entonces sí que se va a armar una buena.
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BelReMoBelReMo04 October 2023
O sea, que estos animalejos han visto a los cingaleses cortar las conchas y se han dicho, ajá, estos se las van a comer, y se acercaron para ver como hacían para abrirlas.
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Migue77Migue7729 September 2023
—Los demonios no existen. Y si existiesen, se parecerían a los europeos.
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BelReMoBelReMo07 October 2023
Lo cierto es que los humanos no son capaces de atribuir la cualidad de lo misterioso a aquello que les resulta útil, sino solo a lo amenazador y dañino.
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LahobbitlectoraLahobbitlectora02 November 2023
A la humanidad ya no le queda otra opción que desaparecer con al menos una cierta dignidad, aunque es dudoso que esté a la altura ni siquiera de esto.
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