Con un fragmento del Quijote comienza La senda del Rey, una novela histórica de ficción que fue lectura veraniega y que transcurre en Extremadura, Sevilla y Marruecos. Precisamente en esas fechas partí de Sevilla y el azar me llevo a pasar una semana recorriendo los escenarios que recorrieron sus protagonistas. Últimamente estoy volviendo a reencontrarme en mis lecturas con el género histórico, uno de mis preferidos quizás influenciado por haber estudiado la carrera de historia. Por ese motivo siempre he sentido debilidad por las novelas que además de enseñarte historia te hacen sentir en tu piel, las vicisitudes que les suceden a sus protagonistas. La senda del rey es una de esas historias llenas de injusticas, aventuras, giros que provocan sorpresas en una trama donde el trasfondo político y social de la época está muy bien reflejado hasta el punto que el lector no puede salir indemne de un episodio de reflexión sobre los hechos que acontecen en la novela. Corre el año de 1609 y nuestra historia nos sitúa en la encomienda de Magacela, regida por su alcaide Juan de Hinestrosa. Es una tierra rica en huertas y con una población trabajadora que daba prosperidad y bonanza económica a la zona. Son tiempos en los que conviven de forma pacífica los cristianos viejos y los moriscos, aunque en estos últimos, no todos están convertidos al cristianismo de forma sincera y en secreto continúan practicando su fe junto con sus cultos y tradiciones. Será un año después, en Enero de 1610 cuando un pregonero lea en la plaza del pueblo un bando de su majestad Felipe III, que proclama la expulsión de los moriscos de tierras de España. El mundo que hasta ahora conocían los habitantes de Magacela, se desploma para muchas de sus familias que vivían perfectamente integrados dentro de la sociedad. Son artesanos, comerciantes, el verdadero motor de la economía de estas comarcas y que tendrán que abandonar sus hogares malvendiendo sus propiedades en la mayoría de las ocasiones provocando cierta crisis tanto demográficamente como económicamente. Este hecho es del que se parte para que se desencadenen las distintas tramas que componen el argumento del libro, que giran finalmente alrededor de una bonita historia de amor no exenta de penas y sufrimiento. Muy bien reflejado por la autora el dolor del hecho de ser expulsados de la tierra en la que has vivido toda la vida, familias separadas en nombre de la religión y de los intereses económico donde sus vidas conforman una trepidante aventura que nos llevará desde por intentar encontrar un destino que les lleve a encontrar la felicidad a pesar de los inconvenientes. Los personajes de la senda del rey son varios, los cuales conforman distintas familias y que serán representativos de los distintos estamentos sociales comenzando con el ya citado Juan de Hinestrosa que representa a la nobleza y su tío Fray Jerónimo al clero. Bartolomé de la Peña, un sedero morisco casado con una cristina vieja y cuyo hijo Tristán será junto a Mencía dos de los protagonistas principales de la novela y artífices de la historia de amor que surge entre ellos y que las circunstancias hacen que tengan que separarse. En líneas generales son buenos personajes aunque no están muy profundizados pero sí que cumplen con el papel de ser los artífices de que la historia cuente muchos detalles históricos de forma amena y refleje los tiempos convulsos que se vivieron en aquella época, a raíz de la expulsión de los moriscos. En definitiva, las sensaciones que me ha dejado La senda del rey han sido muy buenas en cuanto que ha sido una lectura que me ha entretenido durante toda la trama. He aprendido curiosidades como la cría de gusanos de seda para la fabricación de la seda y algunos datos sobre el comercio que de esta se hacía en España .Datos sobre los acontecimientos que ocurrieron durante la expulsión de los moriscos y la ruta que estos siguieron y todo ello en una aventura que nos llevará por pintorescos lugares y que nos deparará muchas sorpresas como una trama secundaria dedicada a los libros que he encontrado muy interesante y algún que otro giro que nos provocará más de una sorpresa. Un libro muy recomendable si uno quiere leer una aventura ágil, bien escrita y que contiene los suficientes elementos que la hacen tan interesante para que la historia no decaiga en ningún momento. Enlace: http://librosenelpetate.blog.. + Leer más |
En un marco tan histórico y literario como la Torre del Oro de Sevilla, se dieron cita el pasado jueves 30 de junio los autores finalistas de la editorial Caligrama, dispuestos a disfrutar de la quinta edición de los premios del sello, que tuvieron lugar en una embarcación sobre el río Guadalquivir.
De las más de cuatrocientas obras participantes en la presente edición, de un total de doce países, la editorial Caligrama premió a Paco Bree, María Jesús Pérez Navarro y Javier Pardo. La escritora Rafaela Cano, autora de 'La senda del rey' o 'El linaje maldito' (Grijalbo), fue la encargada de entregar uno de los premios más importantes.
En la categoría Talento, el ganador fue Paco Bree con 'Koji Neon. Episodio 1: NeoLud', una obra de ciencia ficción distópica, con ecos de 'Blade Runner' y otros clásicos del género. El premio implica la publicación de su libro en inglés y su lanzamiento en Estados Unidos.
'El sufrimiento de las cigarras', de María Jesús Pérez Navarro, se llevó el Premio Best-Seller, un relato ecléctico de amargura y crecimiento personal rodeado de amor, amistad y misterio, que se publicará en la editorial Debolsillo (Penguin Random House Grupo Editorial). El premio fue entregado por Camino Fuertes, editora del sello.
Finalmente, Javier Pardo fue galardonado con el Premio Promesa por 'El año de la desgracia', un thriller basado en crímenes reales que ha sido un éxito tanto de crítica como de público. Durante el acto también se entregaron menciones honoríficas para las siguientes obras: 'Entre acuarelas y lágrimas' de José Orlando Castañeda, 'El libreto' de Alejandra Díaz, 'La maldición de Tonr' de Leslie G. y 'Lobo' de Pilar Macía.
Una vez con el barco en movimiento, La gala se cerró con el orgullo de los autores premiados, los finalistas y las menciones de honor, escritores del presente y del futuro reconocidos por el jurado y también por compañías como Mediaset España, Penguin Random House Grupo Editorial o el Grupo Lantia, propietario de Caligrama.
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