Sobre “el linaje maldito” os diré sencillamente que no quería que acabara. Quería seguir siendo, a ratos espectador y a ratos protagonista de esta maravillosa historia. Me he sentido un privilegiado porque no solo veía las escenas , sino que asistía a ellas. Rafaela Cano me ha abierto una puerta mágica a cada capítulo , y con su narrativa fluida y detallada me ha invitado a viajar a otra época y vivirla. Pude sentir la temperatura de la noche, el aroma que envuelve una alcoba Real, una botica repleta de plantas y ungüentos, la incomodidad de los ropajes y vestidos , el miedo o la culpa que castiga a los personajes y lo imponente de los paisajes con sus castillos o monasterios majestuosos que inundaban la época. Considero un maravilloso regalo para el lector, la ingeniosa forma en la que la autora juega con los tiempos, mientras da forma a esta historia como montando un puzzle, desde la experiencia de vida de cada miembro que la compone, y que sólo nos es descubierta en su plenitud, cuando giramos la última página. Personajes de clases sociales , edades o género, entre los que había un universo entero, con sus vivencias, nos van iluminando el camino y la trama. Entre sus páginas me creí parte de cada uno de ellos y pude comprender su sentir. Pero no es sólo una novela histórica más; Tiene amor, venganza, amistad, crímenes, bondad, sentido del deber y mucho sacrificio. Todo esto cosido con delicadeza y con el evidente trabajo de investigación y documentación que contiene. Desde luego, el eje central de la historia es el linaje maldito (o el maldito linaje) de la protagonista, la infanta María de Avís, quien ha conseguido, después de conocer su vida, que el sentido de la expresión "vivir como una Reina" cobre para mí un significado distinto al que se le adjudica. Una vida tan real como "Real", que estoy seguro, no sacaré de la cabeza en mucho tiempo pero nunca del corazón. |