Cuentos chinos y otras absurdeces

Últimamente no me apetece leer libros tochos y menos sagas. Por ello, acepté colaborar con esta autora. Para mí todo un placer que contara conmigo. Comencé a leer su libro, a inspirarme, ya que no ando inspirada tampoco para hacer reseñas.

Por ello, le agradezco enormemente a la autora, Andrea, por escribir este libro. Parece que está escrito para mi, dedicado a mí. Puede que haya salido un poco de mi bloqueo lector. Un poco, quizás.

Y ahora sí, vamos a entrar en materia.

Este libro consta de 102 páginas. Imaginaros mi satisfacción de acabar un libro en un día. Ni en sueños leo tan rápido.

Está compuesto de un prólogo escrito por Miguel Conesa. El resto del libro está dividido por capítulos titulados: Fuego, Pintémonos, Unos ojos verdes...

Lo bueno de estos capítulos es su extensión, me explico. Son cortos. Ocupan aproximadamente dos páginas o una y media. Imaginadme a mí con el bloqueo lector que tengo desde un par de semanas la satisfacción que no se me hagan pesados los capítulos y quiera más. Porque la verdad, que la poesía y los relatos no suelen ser el género que más leo. Pero realmente en situaciones así me apetece leer libros así. Frescos. Que no me hagan pensar mucho.

No me malinterpretes. Siempre es un buen momento para leer poesía, relatos y cualquier género. Pero en mi caso pues voy por etapas y a veces no me apetece leer libros largos sino cortos, que sean rápidos y pueda acabarlos en un día.

Tras el prólogo y los capítulos titulados encontramos los agradecimientos y un índice. Realmente no suelo leer muchos libros que contengan índice pero al igual que un prólogo y un epílogo en un libro me parece muy bien que también tengan índice.

La portada, es realmente alegre, provoca que quieras tocar el libro enseguida y abrir las páginas para ver que contiene, y, como pecaré de loca, olerlo. Su peso, acompaña a pensar en leerlo. Punto positivo. Si vas a la playa o a cualquier lugar, siempre es una buena opción el libro electrónico o un libro que no pese demasiado.

Al igual que el índice, tampoco suelo leer libros que muestren ilustraciones. Me han gustado. Y me han animado. Sí, hay ilustraciones y portadas que transmiten muchas cosas. Solo hay que saber verlo.

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