El gran lord

Terceras partes (a veces) sí pueden ser buenas. La conclusión de esta magnífica trilogía es la que hace que te quedes con una gran sensación después de terminarla. La trama sobre el Mago Negro de Imardin está prácticamente resuelta y eso hace que Sonea, junto a Akkarin, investigue sobre la magia negra, que es uno de los detalles más interesantes de este libro. El conflicto moral que tiene a Sonea entre la espada y la pared ¿aprender o no magia negra? ¿Está bien estudiarla si no se quiere emplear con malos fines? ¿Está justificado emplearla si es para ayudar a Imardin frente a la amenaza de las ciudades independientes?

Por otro lado en esta entrega y a finales de la segunda parte se desarrolla también parte de una trama romántica que me ha parecido muy natural y bien llevada, nada de amores instantáneos y platónicos. Las relaciones florecen de forma sencilla, poco a poco. La nueva madurez de Sonea y el desarrollo del personaje de Akkarin junto con la frustración y la incomprensión de Rothen son unas de las cosas que más he disfrutado de este libro. Solo quiero destacar que cierto detalle del final me ha resultado algo forzado, pero me alegra que finalmente hayamos visto que Sonea ayuda a su antigua barriada con su poder y que el sistema clasista empiece a resquebrajarse.

Además, quiero hacer hincapié en un elemento que concierne a toda la trilogía en sí y es el empleo de la magia y el uso de la figura del mago, ya que me parece de alabanza para la autora lo original que ha sido. En ningún momento recuerda a otras sagas sobre magos y magia, sobre todo por el cariño y la dedicación que ha puesto en definir bien a sus personajes y el entorno en el que sitúa la acción. Me ha encantado que no se tratara de una magia descontrolada y fantasiosa que puede conseguir todo lo que quieras. La magia tiene un límite físico y mental y está muy controlada. Es una magia simple que está muy relacionada con el poder intrínseco del mago y con la forma en la que cada uno lo controla siendo así más o menos eficaz. Por cierto, aparte de la “magia normal” tendríamos la Magia negra, prohibida en Imardin, esta no solo es interesante por este motivo, sino porque desde el segundo libro vamos observando que se trata de la magia primitiva e inicial que todos los magos empleaban, pero se fue corrompiendo, ya que para su uso uno tiene que extraer la energía de alguien más.
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