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"Los designios del destino son impertinentes. Imprevisibles. Y un poco idiotas. Son tan caóticos que nos obligan a bailar sin sabernos previamente los pasos." Todo el mundo conoce la historia de Heidi y de la antipática institutriz que le amargó la existencia durante el tiempo que permaneció en Frankfurt. En Todo eso que nos une, la autora le da una vuelta de tuerca a la historia cambiando la perspectiva desde la que la conocemos y presentándonos a una joven Rottenmeier recién llegada a la ciudad, rebelde y segura de sí misma. Anne Rottenmeier cree en las señales. Y hasta ahora todo apuntaba a que iría a Frankfurt para prepararse con un prestigioso profesor de música y conseguir una plaza de violonchelista en el Conservatorio. Pero nada sale como estaba planeado. Acaba de "au pair" en una gran casa cuidando de Clara, una chica con problemas de salud, y de Ade, una niña española de 5 años que añora su hogar por encima de todas las cosas. ¿Estaba equivocada respecto a las señales o no ha sabido interpretarlas...? Haber leído recientemente Heidi me ha servido para disfrutar a tope de esta historia. Me ha parecido muy fresca, que se lee de un tirón, casi sin darte cuenta. Es una historia que habla de rebeldía, de fortaleza, de aprendizaje, de amistad y de la lucha por conseguir los sueños. Es sorprendente y conmovedora. Es en definitiva una historia de amor. Pero no de amor romántico, del amor que surge de los lazos que se crean poco a poco y casi sin darte cuenta con las personas que el destino pone en tu camino. Mención especial al trío literario que forman Anne y sus dos hermanas, Charlotte y Emily, ¿os dicen algo estos nombres? Dudo que sea mera coincidencia 😉. |
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