La difunta Queenie manejaba a sus herederos mediante influencias de ultratumba. Ellos no lo sabían, pero eran marionetas de un juego macabro. Su ataúd no guardaba sólo su cadáver, sino también un medallón con poderes sobrenaturales. Y Queenie no estaba dispuesta a permitir que la exhumaran ni que le arrebataran su maléfico talismán.
Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.