En una casa blanca a la orilla del mar

Empecé esta historia sin leer apenas nada de ella, suponía que era una historia dulce romántica un fellgood al uso de las que leo o escucho últimamente. Ni siquiera al empezar a leer sabía que era epistolar 100% bueno o 98% porque también hay mensajes en post-it y algún que otro intercambio de mensajería móvil.

Y bueno, sí hay una historia dulce y bonita, hay mucho amor, pero también mucho dolor. El final no se por qué no me lo esperaba para nada.., debo estar perdiendo capacidades pero me ha noqueado totalmente.

Candela, tiene 38 años, es una médico bastante reconocida, mujer exitosa con una vida que much@s envidiarían. durante el último año se le han juntado tantas cosas negativas en todos los ámbitos de su vida que decide romper con todo e irse unos meses a un pueblecito de la costa portuguesa donde pasó algunos veranos de niña: Vilanova de Milfontes.

Aunque Candela quiere desconectar de todo y todos, poco a poco irá sucumbiendo al encanto natural de su casero Mario que vive en el piso de arriba e irá recuperando parte de su ser sociable.
La historia la conoceremos principalmente a través de los correos que se escriben Candela y su hermana mayor Ana que vive en Amsterdam. No hay nada de narración entre medias, todo lo sabremos a través de los intercambios por escrito que se van sucediendo.

Por lo tanto, estamos ante una historia con 3 personajes principales: Candela, Ana y Mario y ya ya, de refilón aparece algún personaje más que simplemente nos ayuda a enfocar las distintas partes de la historia.

La verdad es que al inicio de la parte amorosa me pareció todo excesivamente cremoso y edulcorado y qué queréis que os diga… hasta poco creíble.. los casi Instant love no me terminan de convencer la verdad y mucho menos cuando son polos tan opuestos. Pero la verdad es que la forma de contarlo te va metiendo en la historia y haciéndola creíble. Las reticencias de Candela, los altibajos, no se.. el caso es que de repente tu mente está gritando: Pero Candela ¿qué más quieres?

Y luego está el final…

Así que os recomiendo que si os embarcáis en esta historia hagáis como yo e ir un poco cieg@s, sin expectativas de un feelgood 100%, y eso sí leedlo cuando estéis fuertecitos emocionalmente hablando.

¿Queréis saber que ha llevado a Candela a un pueblo perdido de Portugal? Pues lo que siempre os digo… Si queréis saberlo, tendréis que leerlo.