Un nido de víboras

Soy una archi super fan de la serie. Sabemos de antemano, una buena parte del argumento: las ocurrencias de Catarella, las eternas peleas con Livia, el día a día de la Comisaría, la estrecha relación con sus subordinados, sus peculiares discusiones con el forense, el mar, etc.... los conozco como si fueran mis vecinos de al lado. Pero qué les puedo decir, los adoro. En cada entrega, anhelo saborear los ingredientes que hacen de este personaje, un ser inolvidable: su peculiar sentido del humor, su entrega en el trabajo, su pasión por la gastronomía siciliana (me da hambre cada vez que lo leo), Salvo es inteligente, compasivo, mujeriego... El libro está lleno de contrasentidos y situaciones desconcertantes: un hombre es asesinado dos veces, que parece más verdugo que víctima, una multitud de sospechosos que podrían haber cometido el crimen, un vagabundo que no es lo que parece…
Una de las cosas que admiro de los escritores de novela negra es que, aparte del esclarecimiento del hecho delictivo, el autor se implique en el profundo conocimiento de las relaciones humanas y, por tanto, la forma de hacer que el lector se sienta identificado con los protagonistas y se solidarice y empatice con ellos, cual es el caso de Camilleri u otros autores como Lorenzo Silva, Lisa Gardner, Henning Mankell o Petros Markaris, por mencionar algunos....