"Les habló entonces de la dedicación, aprobada y fomentada en principio por la República, aunque prohibida después Enma es una joven maestra cuyo primer destino la lleva a una aldea gallega, un entorno rural muy diferente al Madrid del que procede. Allí se enfrenta al reto de ganarse a sus alumnas, con métodos novedosos para la época, e incluso a la educación de sus madres organizando una escuela de adultas. Todo ello al tiempo que establece sendas relaciones con dos hombres del pueblo, una de amor y otra de profunda amistad, en una época (el final de la Segunda República) en la que está más que asentada la idea de que hombres y mujeres no pueden ser sólo amigos. Llegué a esta historia atraída por el perfil de su protagonista, una mujer fuerte y con gran vocación docente, que representa perfectamente a aquellas maestras de la República que tan perseguidas serían en los inicios del franquismo. En su labor docente van a cruzarse dos hombres con los que ratifica sus deseos de independencia, aunque los tiempos que corren hacen cada vez más complicado ejecutar tal independencia como mujer (joven y sin marido que vele por ella). En la contraportada puede leerse: "Una mujer fuerte, una aldea gallega, un señorito de izquierdas y un amante en una historia de amor y pérdida durante la Segunda República Española". Y, aunque todo eso está ahí, yo me quedo con su perfil como maestra. |