Cuánto azul

La verdad que cuando empecé a leer esta historia, no tenía muy claro qué esperar de ella. Ni donde me iba a llevar. Me llamaba la atención, habia algo, pero a la vez cuando la empecé a leer no tenía demasiado claro que fuera para mí.

Cuánto azul nos narra en primera persona la vida de Kevin, un afamado pintor que en realidad no quiere que su obra trascienda y que se encuentra en una especie de bloqueo a todos los niveles de su vida. Kevin nos va contando su historia en tres líneas argumentales que van intercalandose de manera magistral.
Por un lado 1979, El Salvador, donde viajará con su amigo Richard y se encontrará nada más y nada menos que con el inicio de la propia guerra civil de ese país. Por otro lado, 20 años más tarde nos trasladamos a París, donde Kevin debe viajar con motivo de una exposición pero decide quedarse más tiempo del previsto. Y por último la linea del presente, que en teoria tiene lugar 30 años después de lo ocurrido en el Salvador.

La verdad que cuando empecé a leer la historia no tenía muy claro que fuera para mí, parecía todo un galimatías y los saltos temporales iban sucediendose aparentemente sin ton ni son. Aparentemente si. Porque todo está conectado. de repetente te encuentras que la historia te ha atrapado. Con unos capítulos cortos y una redacción ágil, sin darte cuenta pasas de "que hago yo leyendo esto" a "pero que pasó para que a dia de hoy esté kevin asi?"

El estilo narrativo del autor, que por cierto no conocía, me ha impresionado. Es fácil meterse en la historia una vez están los cimientos asentados. Una historia donde tenemos secretos no desvelados, pasiones negadas, la crudeza de una guerra, conflictos familiares y un personaje central que aparentemente ha perdido las riendas de su vida y siente que la ha cagado. Y que lleva años así.....

Quizá va siendo hora que Kevin desvele sus secretos, que desvele su "gran obra ", su azul.
No sé si se convertirá en una de mis mejores lecturas pero he de decir que cuanto menos ha sido adictiva y muy interesante. Te atreves a seguir a Kevin en sus secretos más oscuros y sus miedos?

Con la lectura de este libro me he sentido como un arqueólogo que, tras una ardua búsqueda, encuentra al fin el santuario íbero que siempre había soñado.

Percival Everett, autor de “Cuánto Azul”, es de esos escritores que manejan el lenguaje, la tensión narrativa, los hilos temporales, el retrato psicológico de cada personaje, tanto del protagonista como del secundario, a las mil maravillas. Además, logra hacer una crítica mordaz de la sociedad sin dejar que levantemos la vista de cada página escrita.

"Cuánto azul" es una obra de 343 páginas que narra la vida de Kevin Pace, un pintor de mediana edad que ha sufrido experiencias devastadoras, unas; e intensas, otras; y que busca poner en orden el caos de sus experiencias.
Pero lo más importante de todo es que Kevin guarda un secreto que nadie conoce, ni siquiera su mujer, Linda. Un secreto que hace que su espíritu se envuelva con tribulaciones que necesita expulsar. Este es el eje central sobre el que gira toda la trama y en el que todas las piezas encajan como un puzle perfecto.

La historia está narrada de manera magistral en tres hilos temporales distintos: 1979, donde Kevin, en su juventud (30 años antes), acompaña a su amigo Richard a El Salvador para buscar al hermano de este, un cabeza loca, díscolo y drogadicto, del que hace meses no saben nada, mientras tanto, en esa época y en ese país de la América Central se prepara una Guerra Civil en la que ambos amigos se ven inmersos; CASA, donde se nos muestra al Kevin actual, el que quedó tras aquella experiencia demoledora vivida entre guerrillas y drogas, se nos muestra al matrimonio (Kevin y Linda) y sus dos hijos (April y Will) y los problemas generacionales de unos padres con sus hijos adolescentes; PARÍS, en esta parte es donde Kevin vive el amor y el sentimiento de redención que esto le provoca.

El ritmo es trepidante. Durante todas y cada una de sus páginas ocurren cosas que nos llevan de un espacio temporal a otro sin darnos tregua. El lector queda atrapado por la pluma de Everett y su ingenio. Su humor mordaz. Su crítica social llena de mentiras, promesas, secretos, culpa, fidelidad… Su exaltación de la amistad y del amor. Todos estos son factores que te hacen viajar entre sus capítulos sin querer hacer escalas.

No en vano, “Cuánto azul” fue considerado por el crítico Christian Lorentzen (New York Magazine) como el mejor libro norteamericano de ficción 2017. Yo no tengo duda alguna de que realmente es así.

Solo me queda dar las gracias a la editorial de Conatus, a Babelio y a Masa Crítica por hacerme disfrutar tanto de esta lectura. ¡Gracias!

Cuando contemplamos una obra de arte, del formato que sea, nos sentimos atraídos por su color, forma, incluso tamaño, pero pronto esta atracción inicial queda en un segundo plano por nuestra necesidad de conocer, de saber cada detalle, entender por qué se hizo así y cómo fue el proceso tanto creativo en un sentido plástico como dentro de la mente del artista. En Cuánto azul, Percival Everett juega con el lector dando pinceladas de una gran obra que sólo se nos mostrará en su totalidad cuando asimilemos todo lo que hemos leído, siempre en paralelo con la pintura que está realizando el protagonista.

A lo largo de la narración se van alternando capítulos desarrollados en el presente, junto a otros dos contextos del pasado del narrador: El Salvador y París. En estas tres líneas temporales encontraremos al protagonista en distintos escenarios, siempre luchando contra la corriente vital y dejándose, o no, embaucar por el deseo, la confianza, la violencia y la muerte.

Al principio puede resultar un poco caótico. Es una narración muy directa, libre y misteriosa, cada palabra es un brochazo y hasta que no tenemos una visión completa no somos conscientes de lo que estamos contemplando y adónde nos ha llevado. En ocasiones durante la lectura me he visto dudando de si estaba llegando a algún punto en concreto, de si había algo que se me escapaba sin darme cuenta y que aunara las tres líneas narrativas, pero es precisamente este desconcierto el que me ha hecho continuar y reflexionar sobre su intencionalidad una vez acabada.

Sin embargo, pese a su originalidad, franqueza y capacidad para hacerme reflexionar sobre mi propia existencia, para mí no se ha convertido en una lectura imprescindible. Aun así, es una lectura altamente recomendable y ligera, capaz de mover al lector y fuertemente singular y trabajada.