La lectura es soledad. […] Se lee solo también cuando se es pareja. Pág. 166. |
La lectura es soledad. […] Se lee solo también cuando se es pareja. Pág. 166. |
... pareces concentrado en el examen de un expediente y en cambio estás explorando las primeras páginas de la novela. Poco a poco te recuestas en el respaldo, alzas el libro a la altura de la nariz, inclinas la silla en equilibrio sobre las patas posteriores, abres un cajón lateral del escritorio para poner los pies, la posición de los pies durante la lectura es de suma importancia, alargas las piernas sobre la superficie de la mesa, sobre los expe- dientes sin despachar.
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¡Qué bien escribiría si no existiera! ¡Si entre la hoja en blanco y la ebullición de palabras e historias que toman forma y se desvanecen sin que nadie las escribe no se metiera en medio ese incómodo diafragma que es mi persona! |
En cualquier caso, quien encuentre este diario tendrá una ventaja segura sobre mí: de una lengua escrita es siempre posible deducir un vocabulario y una gramática, aislar las frases, transcribirlas o parafrasearlas en otra lengua, mientras que yo estoy tratando de leer en la sucesión de las cosas que se me presentan cada día la intención del mundo respecto a mí.
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La única verdad que puedo escribir es la del instante que vivo. Pág. 201 |
Me gusta saber que existen libros que aún podré leer.
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Escuchar a alguien que lee en voz alta es muy distinto de leer en silencio. Cuando lees, puedes pararte o saltarte frases: el ritmo eres tú quien lo decides. Cuando lee otro es difícil hacer coincidir tu atención con el ritmo de su lectura: la voz va o demasiado rápida o demasiado lenta.
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... te abriste paso en la tienda a través de la tupida barrera de los Libros Que No Has Leído que te miraban ceñudos desde mostradores y estanterías tratando de intimidarte.
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Una inclinación natural me lleva a reconocer mis estados de ánimo en el inmóvil sufrimiento de las cosas.
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Las novelas largas escritas hoy acaso sean un contrasentido: la dimensión del tiempo se ha hecho pedazos, no podemos vivir o pensar sino retazos de tiempo que se alejan cada cual a lo largo de su trayectoria y al punto desaparecen.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises