Los amores difíciles

Con Los amores difíciles he pagado una deuda conmigo misma: leer a Italo Calvino. Hace años que deseaba hacerlo, pero la lista de lecturas pendientes se hace interminable. Los lectores de Babelio contribuyeron mucho a que, de una vez por todas, me acercara al autor italiano. Gracias por esas reseñas que hacen que uno salive de ganas. Definitivamente, este libro de relatos ha sido, no solo una gran sorpresa, sino una de las mejores lecturas que he hecho este año.

Estos cuentos encierran un oficio impresionante. Cada historia es un recordatorio constante de la fuerza, la trascendencia que pueden llegar a tener algunos momentos de nuestras vidas cotidianas y cómo esos momentos pueden cambiar nuestra dirección, nuestras emociones, e incluso el sentido de nuestras vidas.

Calvino muestra trocitos minúsculos de vida de unos personajes que parecen de carne y hueso. Pequeños instantes que generan tensión, emoción; la fuerza de lo sutil. Algo pasa, algo se movió en esas personas, algo se mueve en los lectores. Todo seguirá su curso, podremos fantasear con lo que no está escrito, pero es ese cambio, esa sensación, lo que nos mantiene aferrados al relato.

Nunca imaginé que la imagen de una señora a la que se le cae el bañador mientras nada en el mar (“La aventura de una bañista”), me tuviera días y días pensando; o la historia de ese hombre tan tiquismiquis que viaja en tren a Roma para encontrarse con su amada (“La aventura de un viajero). Aquella mujer que busca entrar a su casa después de una noche de fiesta que la tiene confundida respecto a la valoración moral de su experiencia (La aventura de una mujer casada”), sigue dentro de mí. Pero aquí estoy, dando vueltas a estos asuntos como si fueran míos, y es que, en el fondo, me puedo reconocer en muchos aspectos y experiencias de esos personajes. Nuestras vidas están llenas de circunstancias, al parecer anodinas, que probablemente nos han determinado mucho más de lo que creemos.

En la nota introductoria a esta edición, se menciona a un crítico francés llamado Francis Wahl, quien define perfectamente la construcción y motivación de estos relatos:

“…el choc de lo real provoca la aparición de una imagen: todavía es lo real y ya es otra cosa; la imagen traduce una experiencia, pero significa más y en otro plano”.

Calvino dota de profundidad la realidad, esa realidad que los humanos transformamos a cada paso. Es impresionante descubrir la capacidad de observación del autor, la facilidad con la que toma estos momentos y les otorga esa carga. Esa forma de meter tensión de la manera más sutil y en las circunstancias menos esperadas, es lo que hace que nuestra atención no se salga de la historia, que se nos clave la mirada.

“La aventura de un lector”, creo que cualquiera de los que lee esta reseña se sentiría identificado con ese personaje y esa necesidad casi física de leer, a pesar de todo. “La aventura de un fotógrafo” es casi un poema, una búsqueda filosófica para poder asir la realidad. “La aventura de un miope” me recordó un poco a “La nariz” de Gogol, e incluso a “La metamorfosis” de Kafka.

La brutalidad de lo cotidiano, eso es lo que extraigo de estas historias que transforman a sus personajes, que les mueven un suelo firme que ya no volverá a su estado original jamás. Historias donde cada personaje se confronta con sus pasiones, sus miedos, sus hábitos y costumbres.

La toma de conciencia, la bofetada de la vida, el cambio de sentido, pueden llegar en cualquier lugar y a cualquier hora. Después de esta lectura, después de Italo Calvino, mi realidad es esta, pero también es otra.