El barón rampante

"El barón rampante" es una novela escrita por Italo Calvino, y publicada en el año 1957.
La narración corre a cargo de Biagio, quien cuenta la historia de su hermano Cósimo Piovasco de Rondó, desde el momento en que éste, a los doce años, se pelea con su padre y decide irse a vivir a los árboles, y no bajar nunca más de ellos.
La novela es genial. Me pasó como con "Un caballero en Moscú": piensas que con un argumento así no pueden pasar demasiadas cosas interesantes, pero no es así, sino que en ella no faltan sucesos: amor, bandolerismo, piratería, etc.
Te hace plantearte las motivaciones del protagonista, porque, aunque por una parte se distancia de los demás al vivir alejado de la tierra, por otra parte, participa de la vida y de las inquietudes de su época. Podemos decir que es un solitario al que le importa la gente que hay a su alrededor;así como las ideas que encuentra en los innumerables libros que pasan por sus manos.
Aparte de la historia de Cósimo, también aparecen hechos históricos y sociales de su época (finales del siglo XVIII a principios del sigloXIX) como la Revolución francesa , con sus ideas de igualdad entre los hombres, o las guerras napoleónicas.
Los personajes también son especiales, sobre todo el de Cósimo, que se mantendrá fiel a sus ideales durante toda su vida, a pesar de que esto signifique renunciar a muchas cosas. Entre otros personajes destacados están Viola, su amor, una mujer indómita, su tío Enea Silvio Carrega o el bandido que deja su profesión por la lectura.
Me he enterado de que es la segunda parte de una trilogía, aunque cada libro se puede leer por separado, ya que los personajes y argumentos son diferentes.
Recomendaría esta novela sin dudar, tanto por su contenido como por su bello estilo literario.

El realismo mágico fue un fenómeno literario desarrollado en la segunda mitad del siglo XX en Iberoamérica. Se caracterizó por alterar la realidad con acciones fantásticas narradas de forma realista, dando por sentado la aceptación de esos hechos como reales y verdaderos, tanto para los protagonistas como para el lector.

Sus principales representantes fueron Arturo Uslar Pietri, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar,…

Leer “El barón rampante” es adentrarse en el realismo mágico. Es vivir en el mundo de “Cien años de soledad”, de García Márquez, o de “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, o de “Bomarzo”, de Mujica Lainez.

“El barón rampante” es puro realismo mágico. Esta novela fue escrita en 1957 por Italo Calvino, escritor que, aunque nacido en Cuba en 1923, con dos años marchó a Italia, donde pasó gran parte de su vida. Se ve que esos únicos dos años vividos en Iberoamérica fueron suficientes para insuflar en su literatura ese espíritu mágico.

Italo Calvino se licenció en la facultad de letras de Turín en 1947 y, ya desde entonces, comenzó su andadura literaria, escribiendo cuentos, novelas, colaboraciones en revistas y periódicos. En 1952 publica “El Vizconde Demediado”, su primera incursión en lo fabuloso y lo fantástico, (que habrá que leer, por supuesto). Es en junio de 1957 cuando se publica por primera vez este maravilloso “El barón rampante”. “Italo Calvino cuidó una edición anotada para estudiantes de bachillerato, ocultándose bajo el anagrama de Tonio Cavilla”. En 1959 publica “El caballero inexistente”. En 1964 Italo hizo un viaje a Cuba, lo que le permitió visitar algunos lugares de su infancia. En 1972 publica “Las ciudades invisibles”, otra de sus grandes obras. Falleció en Siena de una hemorragia cerebral en 1985, el 19 de septiembre.

“El barón rampante” forma parte de una trilogía , “La trilogía de nuestros antepasados”, compuesta, además, por “El caballero inexistente” y “El Vizconde Demediado”.

“El barón rampante” es novela de agradable lectura. Una historia llena de ternura y claves que explican nuestra sociedad y nuestra condición. Una fábula.

Con un rico vocabulario, unos personajes bien definidos y unas situaciones entre divertidas e irónicas, Italo Calvino logra que esta surrealista historia sea completamente creíble.

“El barón rampante” es fácil de leer, llegando incluso a enganchar en algunos momentos. No se hace nada larga ni pesada.

La rebelión de Cosimo Piovasco, barón de Rondò cuando tenía doce años, que le lleva a subir a los árboles, no es más que el principio. le esperan una serie de aventuras, que contrastan con la cotidiana vida de su hermano pequeño, Biaggio, el relator de la historia.

“El barón rampante” de Italo Calvino, es una novela muy recomendable.

¡ Caracoles ! .
Si todo empieza con caracoles, los que escapan del barril, los que sobran en la cazuela y los que Cosimo Piovasco. Con sus doce años se niega a comer.
Resultado de esta negativa, a aceptar las disparatadas artes culinarias de su hermana y la desmesurada rigidez de su aristocrático padre, determina no volver a poner un pie en tierra, literalmente, se lanza a vivir entre los árboles, con una férrea determinación permanece el resto de su vida entre hojas ramas, tallos, troncos.
Al tiempo que desgrana aventuras, desarrolla habilidades, crea de la nada ( o en el aire ) soluciones a problemas que la población de Ombrosa debe afrontar,
y Heráldicamente..y en todas las otras ascepciones se convierte en un Baron Rampante, que asciende desafía y desprecia la vida sobre la superficie de la tierra.
Por esta novela pasan piratas, Exiliados españoles arboricolas, incendios, conjuras, amoríos, amores, literatura, libros revoluciones, revueltas, asesinos convertidos a lectores irredentos. Pasa incluso un Napoleón vuelto del revés y medio ridiculizado, al revivir la anécdota de Alejandro Magno y Diogenes , pero sobre todo pasa la persistencia y la férrea decisión de apegarse a las ideas propias, sin desapegarse de la comunidad, en la medida de que su servicio sea en pro de beneficios colectivos, aunque se le acuse de loco, por haber sido el más coherente con sus principios.
Todo ello emanado de la pluma de Italo Calvino, y contado a través de los ojos de Biaggio, ( hermano de Cosimo ) quien narra lo sucedido, apoyado en su memoria y lo que Cosimo le ha contado y ha dejado escrito y suscrito.
Me ha ilustrado, me ha divertido, me ha hecho reír, me pone a reflexionar, me ha desafiado. Y me he rendido a la narrativa de Calvino, a la individualidad y resistencia de Cosimo.
Italo Calvino me ha arrasado con su prosa exquisitamente festiva, me ha acribillado con frases a ser rescatadas. Hizo volar mi imaginación prendida de la cola del gato del gorro de Cosimo .
El resto, ideales, ideologías, cambios sociales, comportamientos colectivos, han quedado reducidos a cenizas que se llevó el viento, por entre los árboles y sobre los cielos... Como al legendario Cosimo

Pues sí, Cosimo Piovasco es un barón rampante, nunca mejor dicho. Su obstinación lo lleva a elegir las incomodidades de los árboles ante las comodidades de la vida en tierra; se pasa casi el total de su vida trepando y participando del mundo desde arriba.

Lo pienso un poco y creo que, lo que hace Cosimo es impensable para cualquiera de nosotros hoy en día. Llevar hasta las últimas consecuencias tus principios y no abandonarlos nunca, pase lo que pase, es algo que yo no sé si podría hacer...

Sin embargo, me pregunto, cuánto tienen las acciones de Cosimo de terquedad y cuánto de fidelidad a sus creencias porque, recordemos que se sube al árbol en un acto de rebeldía pero, deja de bajar instigado por las desconfianzas de los demás, los cuáles no creen que vaya a cumplir su palabra. Entre estos se encuentra Viola, cuya opinión es la que más le importa.

Un libro de aventuras en toda regla, de esperanzas y desesperanzas, de amistad, de amor a los animales y a la naturaleza, de idilios románticos y de familia.

Llegas a querer a este niño que se hace mayor en los árboles y a su querido perro salchicha con nombre ostentoso al cual, me imagino trotando feliz detrás de su amo.

"Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería el mismo para sí ni para los otros". -Italo Calvino

Cuando Cósimo Piovasco, barón de Rondò, tenía doce años decidió subirse a los árboles y no volver a poner un pie sobre la tierra. Sostener éste argumento en más de doscientas páginas tratando de no recurrir al género fantástico es todo un reto. El hermano de Cósimo, narrador testigo, nos presenta éste personaje que lleva una decisión aparentemente sencilla hasta las últimas consecuencias.

Esta novela de aventuras me recuerda a todos los que estudiamos algo relacionado con las artes que un día decidimos montarnos a los árboles, divisar el mundo desde arriba, irnos por las ramas, aventurarnos.