Tenía este libro aparcado desde que apareció. No me llamaba demasiado la atención, ya que me parecía que sería uno de más de la moda del “domestic-noir” imperante desde hace un tiempo. Ahora, por fin, me he decidido a leerlo, pero solo porque me cuadraba en varios de los retos que estoy siguiendo. Como me arrepiento de no haberlo leído antes!! Me ha enganchado totalmente, me costaba dejarlo y lo he devorado en un día y medio. Me ha gustado todo: la trama, los personajes, el desarrollo, la forma de narración, el ritmo... Todo el peso de la novela recae sobre sus dos indiscutibles protagonistas femeninas: Amber y Daphne, y, en menor medida, Jackson, el marido de Daphne. El resto de personajes son poco más que comparsas necesarias para mantener el ritmo y la trama; así como para introducir determinadas situaciones. El libro está dividido en tres partes diferenciadas: la primera, dedicada a Amber; la segunda, a Daphne y una tercera parte, que realmente es un epílogo largo, en el que se cierra la trama y todos los cabos sueltos que habían dejado las dos partes anteriores. Jackson y Daphne son el matrimonio perfecto de clase alta: ricos, elegantes, filantrópicos, con dos hijas a las que les dan todo; aunque Daphne está marcada por la muerte en la infancia de su hermana, a causa de la fibrosis quística. Por otro lado, Amber, es de clase humilde, nacida y criada en el campo, cuya ambición es pertenecer a esa clase privilegiada; y planifica a largo plazo para conseguirlo. El primer paso es introducirse en el círculo privado de la pareja, haciéndose amiga de Daphne. Y hasta aquí puedo explicar!!! En la primera parte, narrada en tercera persona, pero totalmente centrada en Amber, vamos como se va acercando a Daphne, manipulando a todos los que es necesario. En la segunda parte, de Daphne, narrada en primera persona y coincidente en el tiempo con la primera, vemos los mismos acontecimientos generales más los que le suceden personalmente, con sus pensamientos y sus sentimientos. En la parte final, otra vez en tercera persona, aparece el narrador omnisciente, que va cerrando todos los puntos anteriores. La trama, pese a que en algunos momentos es evidente, tiene algún giro sorpresivo e inesperado; es muy ágil y mantiene el suspense hasta el último momento. |