—Es raro —añadió. —¿El qué? —Que mi príncipe azul sea la bestia para el resto del mundo. |
—Es raro —añadió. —¿El qué? —Que mi príncipe azul sea la bestia para el resto del mundo. |
—No sé cómo hacerlo. No sé cómo estar sola porque no sé quién soy. Siempre he sido la hija del pastor y luego pasé a ser una esposa. Después, fui la profesora de mis alumnos y, si el universo me lo hubiera permitido, habría pasado de ser esposa a ser madre. Nunca ha existido un momento en que solo fuera Grace. Ahora tengo la oportunidad de serlo, pero no sé cómo.
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De todas las personas del pueblo, a la que más me parecía era al monstruo que me habían dicho que no albergaba más que oscuridad.
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Tiene gracia cómo mi héroe se convirtió en mi peor pesadilla. Tiene gracia cómo la vida le destrozó el alma. |
El amor era complicado, no funcionaba en línea recta. Se movía en círculos y curvas. Era una emoción de locos que era capaz de existir incluso bajo el dolor y la traición.
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«Dios, le odio». No creía en el amor a primera vista, pero ahora sabía que el odio a primera vista existía.
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—¿Qué es lo más duro? ¿Qué duele más? —Esa es fácil. —Bajé la cabeza y me abracé—. La traición y, después de eso, estar sola. No sé cómo hacerlo. Cuando Finn y yo nos casamos, creí que sería para siempre. Construyes toda una vida alrededor de otra persona y crees que nunca estarás sola, pero, de pronto, lo estás. Es lo más duro de todo. La soledad duele. Quema más que el fuego. —Ese dolor nunca desaparece —añadió—. Pero, al final, lo anestesias. |
—No lo sé. —Hizo una mueca—. Algunas cosas no están destinadas a durar para siempre.
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Gregorio Samsa es un ...