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“A mi amigo escocés” es una novela escrita por María Barbal, quien es una autora reconocida internacionalmente y galardonada con el premio Joaquim Ruyra y el premio Joan Crexells. La obra está ubicada en el siglo XIX y se centra principalmente en la figura de Benet, desde su nacimiento hasta su muerte, destacando su recorrido personal marcado por los estragos de la Guerra Civil española. La narrativa de la autora es fluida, sencilla, de frases cortas y concisa, carente de extensos diálogos y con unas deliciosas y bucólicas descripciones de los paisajes y ambientes en los que el protagonista se mueve. Con capítulos cortos y una acción constante, Maria realiza una serie de exposiciones y críticas sociales de la época a través de las actuaciones o conversaciones de algunos personajes. Como por ejemplo, la ideología machista y el patriarcado, los prejuicios, las diferencias de clases sociales, la liberación de la mujer, la vida laboral, la opresión, la falsa moralidad, entre otras. Así mismo, realiza diferentes y numerosas contraposiciones entre el medio rural y la urbe. Los aspectos que más me han gustado son principalmente la forma de describir la guerra, haciendo un pequeño homenaje a tantos soldados enviados y lo difícil que les resultó continuar con sus vidas tras el fin de la misma, así como el trato a las familias de aquellos que perecieron. La trasformación que puede causar en un hombre desolado y hastiado por la guerra el amor cuando es verdadero, la forma en que describe el enamoramiento de Benet hacia una campesina relatado a través de intensas y bellas cartas. Y, las numerosas referencias a libros, poetas, músicos y artistas en general. En cuanto a puntos negativos destacaré que los personajes son tratados desde una perspectiva externa, a través de un narrador omnisciente, hasta que en la segunda parte todo cambia y se convierten en narrados los propios familiares y habitantes del pueblo para pasar, en una tercera parte a ser contado lo que sucede a través de una carta. Todo ello crea un caos en la mente del lector, un entorpecimiento de la rutina de lectura ya establecida desde el primer momento y una imposibilidad para empatizar con los personajes. Otro punto negativo se refiere a las relaciones que se describen generalmente frías, sin atisbo de sentimientos o cualquier tipo de emoción en la lectura, ni siquiera cuando Benet se enamora. En definitiva, ha sido un libro que me ha decepcionado bastante debido a que en ningún momento encontré la relación profunda de amistad que describe la premisa de la sinopsis original. Sino que a pesar de que esa amistad se halla relativamente presente, la historia tiende más a centrarse en Benet y en las relaciones que mantiene con su familia, la joven de la que se enamora y el pueblo en el que ella se encuentra. Así mismo, me ha resultado una novela extraña en cuanto a la composición de sus capítulos y partes que la forman, al igual que la manera en que está narrada, puesto que no he encontrado mucho sentido al cambio de hablante ni la necesidad de introducir esos pequeños relatos al final de la trama. No es una novela que recomiende a todo el mundo, tan solo a aquellos lectores que les guste las historias basadas en los pueblos, en las comidillas y la vida rural. |
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