La casa de las miniaturas

Es el primer libro de esta autora y un best seller en Inglaterra en 2014.

Una lectura agradable e interesante con una historia algo atípica y original que nos pasea por Amsterdam del siglo XVII, al apogeo de su dominio marítimo mercantil. La novela tiene dos puntos transgresores : la homosexualidad y el libre arbitro ejercido por una jovencita de 17 años en el seno de una sociedad protestante y poco tolerante.
El libro de unas 500 páginas y que costó 4 años de trabajo e investigación, relata la vida de Petronella Ootman de 18 años que llega a Amsterdam para casarse con un rico mercante del gremio 20 años mayor que ella.
La ciudad de Amsterdam en el siglo XVII es bastante cerrada sobre ella misma con una religion protestante que rige la vida de la gente burguesa que vivía con una gran opulencia gracias al comercio lucrativo.
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“La casa de las miniaturas” comienza con la llegada de Nella, una joven de 17 años, a su nueva casa en un barrio acomodado del Ámsterdan del siglo XVII en la que ahora va a vivir por haber contraído matrimonio con un acaudalado comerciante: Johannes Brandt, a quien sólo ha visto el día de su boda. Nella debe adaptarse a esta nueva casa en la que pasa el día acompañada de su distante cuñada y un par de criados, mientras que apenas ve a su marido, ocupado en viajes y asuntos profesionales y personales que la joven debe ir conociendo poco a poco. Todo comienza a cambiar cuando Johannes le regala a su esposa una réplica en miniatura de su propia casa, presente que Nella toma como un acercamiento de su esposo pero que se convierte en algo más cuando encarga muebles a un miniaturista y empieza a recibir figuras y objetos que representan su vida familiar y parecen predecir acontecimientos vitales para los habitantes de su casa.

Al principio este libro es un poco extraño, sobre todo por sus personajes y las situaciones domésticas que presenta, pero logró engancharme cuando Nella descubre el misterio que envuelve a su casa de muñecas. Sin embargo, llegó un momento en el que empezó a resultarme un poco aburrido durante algunas páginas y estuve tentada de dejarlo, pero entonces empezaron a pasar cosas bastante interesantes, de modo que seguí con su lectura sin que volviera a resultarme tedioso. Aunque su trama es original e interesante, reconozco que tiene un ritmo lento en algunos momentos que puede hacerse pesado a algunos lectores (sobre todo a los menos experimentados) y el final tampoco está muy conseguido, esperaba más de él.

No obstante, “La casa de las miniaturas” es un libro entretenido y que me ha enseñado algo sobre la Holanda del siglo XVII. de hecho, creo que anteriormente no había leído nada de este contexto geográfico y temporal. Este libro tiene un halo de misterio y cierto encanto que es lo que más me ha gustado y la casa de muñecas como hilo conductor de la trama ha sido uno de los elementos más destacables de esta historia. Además, me ha gustado también mucho el retrato que la autora hace sobre la sociedad de la época, mostrando las ideas existentes en torno a temas como la homosexualidad, el racismo, o el papel de la mujer, así como los elementos sorpresivos que va desgranando a lo largo del libro otorgan puntos a favor de esta historia. También considero muy destacable la evolución de Nella, la protagonista, y su continua búsqueda de su lugar en su casa, la sociedad, y de sí misma.
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