Las niñas sin nombre

Una novela cargada de fuerza, pero también de ternura.

En este libro nos encontramos las historias de niñas y de mujeres que tienen que hacer frente a circunstancias sobrevenidas, pero a las que les plantan cara incluso cuando el viento más fuerte parece soplar contra ellas. Como se indica en la portada, es una historia de esperanza cuando no parece haber salida, de coraje cuando la realidad te ahoga y de sororidad cuando la muerte te mira de frente.

La novela se inicia con la historia de dos jóvenes hermanas: Luella y Effie Tildon, quienes pertenecen a una familia acaudalada y residen en una mansión con todas las comodidades y servicios a su disposición. Esta dinámica se rompe cuando descubren un asentamiento de gitanos cerca de su casa. Allí encuentran un estilo de vida que poco tiene que ver con sus encorsetadas rutinas y sus escasas libertades. Estas hermanas tienen caracteres muy diferentes, pero se complementan a la perfección y se necesitan la una a la otra. Así, cuando una de ellas descubre un secreto familiar y abandona de forma repentina el hogar, la otra no duda en salir en su búsqueda, aunque en ello se le vaya la vida. Es en este momento cuando la historia se vuelve más interesante y los hechos se suceden de forma calmada, pero a la vez tensa. En esta búsqueda tendrá un peso muy importante la Casa de la Misericordia, una institución que acoge a mujeres y niñas caídas en la desgracia, y donde residen a cambio de duras y largas jornadas de lavandería. Esta institución está gestionada también por mujeres, pero en este caso sin escrúpulos y sin una pizca de compasión.

La temática principal de la novela gira en torno a valores como la sororidad, la lealtad, el coraje, la esperanza y la resiliencia. Así, su lectura te deja un poso que invita a la reflexión y a ensalzar los citados valores.

De todos sus personajes (casi todas mujeres), he de destacar a Effie. Su valor y determinación me han hecho creer que siempre hay un lugar para la esperanza y que no hay límites que no podamos franquear si hay un motivo por el que late el corazón.

La novela se divide en un prólogo, tres libros, treinta y tres capítulos, y un epílogo. En cuanto a su prosa, el texto está narrado en forma coral, es decir, los capítulos están narrados por el personaje que los protagoniza; teniendo voz Effie, Mable y Jeanne. Esta forma de escritura nos permite ver los hechos desde diferentes puntos de vista y enriquece la lectura. La forma de escribir de la autora es sencilla y los diálogos son frecuentes, lo que hace que el libro se lea con cierta agilidad. No obstante, las primeras cien páginas se me hicieron algo lentas y considero que, de haber tenido un número inferior, la historia no habría perdido calidad ni fuerza, sino más bien al contrario.

En lo relativo a la portada, la imagen me parece muy representativa de lo que en ella se relata: niñas que se calzan sus botas y que recorren, si es necesario, terrenos poco transitables en busca de transformar sus esperanzas en realidades. Por su parte, el título está serigrafiado en relieve, algo que, a mi parecer, la carga de fuerza.

En definitiva, es una historia en la que predominan el valor y la esperanza, y de la que, si decides adéntrate, difícilmente saldrás indemne.