Hay que acudir a Bukowski al menos una vez al año, dejar de lado lo serio y sumergirse en la novela gamberra, urbana y poco correcta, aunque bien pensado, sus historias no son vacías, reflejan una sociedad y una época muy diferente a hoy pero real y de la que quedan restos. Hoy en día, Bukowski sería un apestado, sus libros serían quemados en público y él sería "ajusticiado" delante de ofendidos correctos. Sus escritos son crudos, llenos de sexo salvaje y de alcohol, pero los personajes son todos unos perdedores, no me cabe duda, que están basados en sus propias vivencias, tuvo una vida dura y difícil, a la que tampoco él ayudó a mejorar y sus historias están llenas de desesperación, los personajes no tienen salida y van directamente al infierno que es donde ya están. Bukowski, un rebelde, un gamberro y un grande. |