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Crítica de Daniel7


Daniel7
26 September 2021
El deseo sexual es un rasgo inherentemente humano. Nos acompaña a partir de cierto punto de nuestra vida. Cómo lidiar con él depende de cada uno. Algunos lo reprimen y otros dejan que ocupe cada poro de su piel y de su entrepierna. Esta segunda vía supone un hilo conductor de los cuentos que conforman este libro. Los hombres de estos escritos pierden la vista en el cuerpo femenino. Por ello, abunda a raudales el anhelo sexual hacia los pechos y los traseros de las mujeres que despiertan el apetito de estos hombres. Así sin más. Sin preliminares. Estos personajes reflejan una masculinidad que ensalza al macho semental que se cree con poder de entrar dentro de cuerpos de mujeres que le excitan. No se esconden. Lo expresan de forma directa, honesta y con mucho alcohol en sus entrañas. El desdén hacia este tipo de machos alfas se palpa en «Se busca una mujer», «Un hombre» o «Algo acerca de la bandera del Viet-cong».

No todo es una exaltación hacia esa clase de tipos. También hay cabida para personas solitarias que deambulan sin rumbo por la vida debido a su carácter difícil, sus adicciones o ambos. Si bien en estos relatos de Bukowski abunda el sexo y el alcohol, también se detiene en mirar a quién necesita compartir sus días con otra persona por el simple hecho de que le ahoga la soledad. Dicho sentimiento puede hacernos felices o no. Depende de cada persona. En los cuentos de este compendio se exploran los dos caminos. A modo de ejemplo, en «Maja Thurup» una mujer contrae matrimonio con un nativo de una tribu. Ella lo aduce al amor mientras que él sabe que es por su miembro vigoroso. La inclusión de penes de gran tamaño es un lugar común en esta obra. La grandeza no da la felicidad. Esta historia lo corrobora.

Otra forma de abandono se contempla en «Un par de winos» donde se presentan a dos alcohólicos que vagan por la carretera sin rumbo. Uno es joven y el otro entrado en canas. Uno aún no ha abrazado su alcoholismo mientras que el otro no puede vivir sin él. Cuando una botella de vino se convierte en nuestra única compañía, podemos iniciar una senda oscura de autodestrucción. Detenerse a tiempo o no depende de a dónde quiera llegar cada uno. El título de la historia hace referencia a los adictos al vino. del vocablo inglés wine se deriva wino. La simpatía por los licores es una imagen recurrente en estos escritos. Se describe con detalle cómo la bebida te seduce, te embriaga, te da valor, te lo quita, te destroza y te aleja de la gente. La variedad de efectos de esta en las personas esconde una reflexión sobre la condición de alcohólico.

La promiscuidad presente en todas las páginas de la obra alcanza su cénit cuando dos de los cuentos se adentran en territorio sobrenatural. Este es el caso de «No hay camino al paraíso» y «El diablo estaba caliente». En el primero de estos relatos Dawn, una mujer que Hank conoce la barra de un bar, lleva consigo una jaula con personas diminutas en su interior. Estos seres son dos del género masculino y dos del femenino. Discuten, se pelean entre ellos y, en ocasiones, practican sexo. Dawn se excita cuando esto ocurre. Flirtea con Hank, van a su casa y se coordinan con una de las parejas de entes diminutos para copular al mismo tiempo. El deseo sexual no tiene fronteras. En el segundo caso se exalta la maestría en el arte amatoria de Lucifer. Así lo constatan las mujeres que yacen con él.

Existe la creencia de que los escritores conciben grandes historias cuando sucumben a los efectos de las drogas. El alcohol no es una excepción. Este mito popular se pone de manifiesto en el libro en «No puedes escribir una historia de amor», «Un mozo de cuerda con la nariz roja», «Esto es lo que mató a Dylan Thomas» y «Sin cuello y malo como el demonio». al estar atado a las sensaciones que producen en el cuerpo este tipo de sustancias y esperar a que el estado de embriaguez despierte la inspiración, se produce una relación de dependencia hacia la ingesta de alcohol. Ante su ausencia, la página en blanco atormenta a un autor que no sabe elaborar una ficción sin esta adicción. Precisamente, los pensamientos que pueblan por la cabeza de un escritor que intenta desengancharse de esta práctica predominan en los relatos mencionados anteriormente. Escribir es constancia no fruto de una borrachera.

Se busca una mujer, en suma, ofrece un carrusel de sexo, alcohol y Chinaski. A través de personajes ordinarios que arrastran sus miserias sin pudor, Bukowski nos ofrece textos repletos de acidez, humor negro, atracciones fatales y toda clase de licores para acompañar el viaje que supone sumergirse en esta gran obra.

Lee la reseña completa en: https://elbohemiodehojalata.wordpress.com/
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