Esta es una novela de fácil lectura que habla sobre las diferencias culturales, pero en esta ocasión la narración se efectúa a través de la visión que una asiática tiene hacia el mundo occidental. Kwei-lan, hija de un patriarca chino, narra en primera persona las vivencias que tiene tras casarse con un hombre que ha sido educado en la modernidad y que choca con ella en las ancestrales creencias que están tan integradas en la mentalidad de la joven. Su hermano, obligado por costumbre a casarse en un matrimonio concertado desde su nacimiento, se rebela contra esta tradición, queriendo desposarse con una mujer extranjera. Pearl S. Buck nos muestra muy bien el choque cultural entre Oriente y Occidente, pero esta vez nos lo narra desde los ojos de Kwei-lan, y pone sobre la mesa la otra cara de la moneda, lo que ellos piensan de nosotros. Curiosamente, nos encontramos con que muy a menudo, este pensamiento es muy similar a la percepción que nosotros tenemos de ellos. En esta historia, narrada en primera persona por Kwei-lan, también se habla sobre lo difícil que es cambiar las costumbres arraigadas por las tradiciones, las religiones u otros preceptos. Para ello, la autora utiliza a la protagonista como narradora de su propia historia, y lo hace en una especie de monólogo interno, aunque el recurso que utiliza es el de contarlo a una tercera persona, a su hermana, a través de lo que pudieran parecer cartas que nunca tienen respuesta. En definitiva, una novela de lectura ágil y ligera, emotiva y que nos muestra las contradicciones de las costumbres, las culturas y los saltos generacionales. Una lectura muy amable y sin sobresaltos. |