La apariencia de las cosas

Hay libros que cuando los abres y te enfrentas a ellos tienes la corazonada de que serán buenas lecturas y que, una vez los cierras, no solo han resultado tan buenas como esperabas sino todavía mejores. La apariencia de las cosas es de esos libros, y la forma en que la autora estructura la novela y dosifica lo que cuenta lo es casi todo en la novela para conseguir ese magnífico resultado.

La historia arranca cuando Catherine Clare aparece asesinada en su dormitorio con un hacha clavada en la cabeza. Vivía desde hacía menos de un año en una granja apartada en el pequeño pueblo de Chosen junto a su marido George y su hija Franny. El cuerpo es encontrado por su marido cuando vuelve de trabajar, pero por determinadas circunstancias se convierte rápidamente en el principal sospechoso. Él repite una y otra vez su versión y, al no poder deternerlo, acaba marchándose a vivir junto a sus padres. Hasta este momento la historia está narrada desde su punto de vista, un punto de vista de un hombre cansado que se encuentra de repente viudo y con una niña pequeña a la que criar a solas... un hombre que en ningún momento ofrece ni el menor atisbo de ser culpable del asesinato de su mujer por mucho que el sheriff de Chosen sospeche de él.

Es entonces cuando nos vamos atrás en el tiempo y empezamos a conocer a todos los personajes que forman parte de la historia, a todas las piezas de este magnífico puzle. No solo se nos revela la historia de George y Catherine Clare (cómo se conocieron, cómo evolucionó su relación, su matrimonio, su traslado a la granja de Chosen), sino la de la antigua familia propietaria de la granja, formada por el matrimonio Hale (Calvin y Ella), sus tres hijos adolescentes (Eddy, Wade y Cole)... y su propia tragedia. No es una historia de dos épocas, pasado y presente. Apenas transcurren meses entre la tragedia de los Hale y la llegada de los Clare a la granja, y de hecho ambas familias se entremezclan durante el tiempo que los Clare viven allí. Y en medio de todo, como testigo silente y ubicuo, está la granja, que a lo largo de su historia ha sido testigo de maltratos, humillaciones, tristeza, desesperación, sueños rotos, frustraciones... y muerte. Dicen que la granja está maldita, y aunque la autora podría haber tirado a lo fácil en este aspecto, no lo hace. El elemento sobrenatural, aunque está, no es determinante en la historia. La autora lo incluye como un nexo de unión, como una sensibilidad que no puedo explicaros sin desvelar cosas que no debo, pero no influye realmente en nada de lo que ocurre.

La apariencia de las cosas es un thriller atípico, e incluso confieso que a mí cuesta considerarlo un thriller aunque esté catalogado de esa manera. Es una historia de personajes, en toda su amplitud, extensión y profundidad. La trama no está orientada a tratar de atrapar al asesino de Catherine, y en realidad salvo en las primeras páginas tras el propio asesinato, poco más volvemos a saber sobre la investigación. Esto no va de descubrir al asesino... no al menos por la vía habitual, la policíaca, entre otras cosas porque al asesino lo tienes calado casi desde el principio aunque no puedas confirmarlo hasta que la autora quiere que lo confirmes. Ella quiere otra cosa: irse atrás en el tiempo (no demasiado, solo el suficiente para sus propósitos) y sumergirnos en la vida, psicología, relaciones y acciones de varias personas, conduciéndonos a través de todas ellas, sin prisa pero sin pausa, hasta ese momento en el que se inicia la historia con George Clare y su hija en brazos ante la puerta de sus vecinos diciendo que su esposa ha sido asesinada.

Una vez que comienzas la novela no puedes parar de leerla, y no porque el ritmo sea trepidante, que no lo es, sino porque necesitas saber más y más. Brundage dosifica la información de una manera fantástica, con el suspense apropiado, el desasosiego necesario y un plantel de personajes milimetrado no solo en su aportación a la trama sino en su psicología y motivaciones conductuales. Así, saltando de un punto de vista a otro, alternando de un personaje a otro, vamos colocando poco a poco las piezas del rompecabezas que conforma la imagen exacta de los hechos que, sumados uno a uno, condujeron a esa mañana en la que Catherine fue asesinada. El cambio de punto de vista nos ofrece eso que los americanos llaman the big picture, partiendo de pequeños detalles, esbozos y escenas aislados, para ir abriendo ante el lector poco a poco el objetivo hasta componer un complejo mapa de pensamientos, actitudes, situaciones y relaciones causa-efecto que hacen avanzar la trama. Y este camino, la composición de este puzle, se convierte en una lectura apasionante y desasosegante a partes iguales.

Sinceramente creo que cuanto menos sepáis de lo que ocurre en la historia, mejor, sobre todo si tenéis pensado leerla. Sí, comienza con un asesinato, pero cuantas menos cosas concretas, hechos concretos, mejor. Y es que Elizabeth Brundage, que ambienta la novela a finales de los años 70, toca muchos temas: el matrimonio (ya sea feliz o infeliz), la infidelidad, la autodestrucción, la salud mental en diversas variantes, el maltrato (físico y psicológico) dentro del hogar, la importancia de las apariencias y lo que desconocemos sobre lo que ocurre entre las paredes de cada casa, la renuncia de la mujer cuando se casa y/o es madre y las expectativas que debe cumplir de cara a la sociedad... son muchos temas, muchos que pueden parecer ya muy tocados en literatura y que mal usados podrían resultar excesivos, pero que en esta historia están manejados y entremezclados de un modo inteligente, punzante y magistral, dándoles a cada uno su momento y su espacio: todo a su debido tiempo y todo en su sitio exacto. Por eso no es conveniente saber mucho sobre lo que uno puede encontrarse en las páginas. Hay que ir descubriéndolo poco a poco y acompañando los tempos que marca la trama.

Me ha gustado tanto la novela que hasta le he perdonado a la autora ese final para dos de los protagonistas que en otra novela seguramente me hubiese sobrado... pero es que después de todo lo que llevas leído hasta ese momento, que es mucho, sinceramente creo que sobre todo uno de esos dos personajes se merece ese final. Se lo merece porque se lo gana página a página desde que comienza la historia. Es el rayo de esperanza dentro de una historia que resulta trágica por momentos y sobrecogedora en su mayor parte; el resquicio que la autora utiliza para manifestar que los errores no tienen por qué repetirse, que cada cual es libre de escoger su camino y marcar la diferencia si así lo desea.

La apariencia de las cosas es una lectura muy, muy recomendable. Su estructura, estilo narrativo y composición de personajes sencillamente me han parecido fantásticos, y además Brundage demuestra que en la literatura se pueden seguir contando cosas diferentes usando elementos y territorios ya conocidos y explorados.
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La novela comienza fuerte. Un hombre, George Clare, llama a la puerta de su vecino con su hija pequeña en brazos. Dice que algo terrible le ha sucedido a su mujer Catherine. Alguien la ha asesinado salvajemente mientras George se encontraba en el trabajo.

Hacía poco tiempo que George y Catherine junto a su hija de tres años Franny se habían trasladado a la granja Hale. En esa granja ya se había vivido anteriormente una tragedia. ¿Es posible que las casas atraigan las desgracias?

La novela comienza relatando un hecho del pasado, un hecho ocurrido en el año 1979. A continuación, nos trasladamos un poquito más lejos en el tiempo pero sin movernos del sitio para conocer qué les ocurrió a los Hale, los propietarios anteriores de la granja. Finalmente, también tendremos una parte de la novela situada en el presente en la que sabremos qué ha sido de Franny y de los hijos de los Hale, todos ya adultos

La novela comienza como un thriller o, al menos, una novela negra. ¿Qué más negro que una mujer asesinada de un hachazo en la cabeza? Pero luego la novela toma una deriva distinta que, sin abandonar del todo esa primera idea, nos sumerge en una historia de carácter intimista y social.

“La apariencia de las cosas” nos habla de la vida de dos familias: los Hale y los Clare. Una familia con tres hijos varones que se dedica a las labores propias de una granja lechera y una familia con una hija pequeña en la que el marido da clases en la universidad. Dos familias que, por casualidades de la vida, van a vivir una gran desgracia en un mismo escenario. Además de la vida de ambas familias, conoceremos la vida en una pequeña población rural no muy lejana a Nueva York. Una población en la que todos se conocen, en la que hay relaciones personales cercanas entre todos sus miembros quienes viven con mucha tranquilidad y paz. Una población a la que dos hechos como los ocurridos en la granja Hale van a convulsionar totalmente; algo así no se olvida por muchos años que pasen.

La narración de Elizabeth Brundagge es, sencillamente, espectacular. “La apariencia de las cosas” es una gran novela. Una novela para leer despacio, parándose en los detalles como lo hace la propia autora. No es, como he dicho al principio, un thriller; al menos, yo no lo calificaría como tal. Para mí, es más una novela de tono intimista, una novela de personajes. La trama y los personajes destacan sobre el ritmo. No os esperéis un thriller vertiginoso de esos que no podréis parar de leer porque podríais veros decepcionaros. Pero si lo que buscáis es una novela con una trama sólida y muy bien armada y unos personajes perfectamente construidos, entonces vais a disfrutar muchísimo con su lectura

Los personajes tienen mucha fuerza. Todos ellos. Tenemos por un lado al matrimonio Hale y sus tres hijos varones. Por otro al matrimonio Clare y Franny. Dos familias muy diferentes en las que me han gustado más las mujeres que los hombres. No o voy a explicar los motivos ni os voy a hablar apenas de los personajes porque, al ser una novela de personajes (perdonadme la redundancia) es mejor que vayáis conociéndolos poco a poco, tal y como lo hice yo. Sólo os diré que algunos personajes resultan odiosos –y entre ellos destaca uno- mientras que no puedes evitar ponerte de parte de otros. En todo caso, todos coinciden en lo bien desarrollados que están y en lo reales que parecen. Tan importante como los personajes son las relaciones que se forjan entre ellos: relaciones familiares esposo-esposa, padre-hijos, madre-hijos y entre hermanos en el caso de los Hale. Unas relaciones que dan mucho juego y que constituyen una parte fundamental de la trama

“La apariencia de las cosas” no sólo destaca por su trama y sus personajes sino también por la bellísima prosa de Elizabeth Brundage. No es un libro al uso, es mucho más. Hace gala de un estilo muy cuidado que roza la exquisitez. Curioso por cuanto que no utiliza guiones en los diálogos; lo cual no quiere decir que no existan o que estén integrados en el texto, sino que simplemente no hay guiones. Cosa que choca un poco al principio pero pronto te acostumbras.

La novela tiene un ritmo medio. Sí que es verdad que empieza con mucha fuerza y dando la impresión de que va a ser un libro “page-turner”. Pero pronto veremos que no es así sino que es un libro de ritmo medio; ni más ni menos el ritmo que exige la trama y el estilo de la autora. Un ritmo más rápido no nos dejaría tiempo para disfrutar de la exquisita narrativa de Brundage; tampoco para ir encajando las piezas. Por otro lado, el hecho de que no tenga un ritmo rápido no significa que no resulte interesante e intrigante en todo momento. Necesitas saber qué ha pasado exactamente, si tus sospechas se verán confirmadas y si el o la culpable recibirá el castigo que se merece. Y eso te impulsará a leer


Conclusión final

No dudo en recomendaros “La apariencia de las cosas”. Una muy buena novela que estoy segura de que disfrutaréis.
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Tengo que reconocer que leo poco thriller literario... Me gustan los thriller que van a saco por así decirlo, que no te dan tregua y no te dan un momento de respiro. Pero resulta que con este he descubierto que se te puede poner la piel de gallina sin ser tan directo, sin que las cosas estén claras del todo, cuando el lector tiene que hacer sus cábalas y descubre la verdad como si fuera uno más del pueblo en el que se desarrolla la historia es cuando piensas ¿En serioooooooooooooo?.

Esta novela comienza con un crímen, así, sin darnos tiempo a entrar en materia, un matrimonio que ha llegado hace poco al pueblo, se deshace sin más, ya que Catherine, la madre, ha sido encontrada muerta de un hachazo en la cabeza por su marido al volver del trabajo. Lo más espeluznante es que Franny, la hija de ambos de 3 años, jugaba tranquilamente en la habitación de al lado mientras asesinaban a su madre. Increíble verdad????




Después de este shock inicial, la autora decide remontarse unos años atrás, por la decada de los 70 y hablarnos da la anterior familia que ocupaba esta granja: Los Hale, un matrimonio peculiar con tres hijos varones, que estaban integrados en la comunicad que conforma este pueblo, con sus más y sus menos, y cuyo final también fue por decirlo sin hacer spoilers peculiar y desagradable. Los hijos seguirán teniendo relación con la granja aunque la abandonen, porque cuando llegan George y Catherine con su hija se ofrecerán a ayudar a restaurar, pintar la granja, para no abandonar del todo ese vínculo con su casa de la niñez, y también por sentirse, especialmente Cole, el hijo menor, más cerca de su madre. Así pues vamos a descubrir a todos los habitantes de la casa y su historia que nos hará preguntarnos: se trata de una casa con algún tipo de maldición? Vuelve esta casa perversas a las personas que la habitan o simplemente es coincidencia?
Aunque cuando empezamos a leer pensamos que se va a tratar de una investigación policial con la que a través de pistas iremos desvelando junto con los investigadores quien ha cometido el atroz crimen, nada más lejos de la realidad, porque todas las páginas que centran la historia (la novela consta de casi 500 páginas), vamos a conocer a esta comunidad, este pueblo humilde de un rincón de Estados Unidos, pueblo que girará alrededor de esta granja, vamos a conocer más del primer matrimonio, del segundo hasta que se produce el asesinato, como se sintió Catherine al llegar a la granja, ya que prácticamente siguió a su marido, ella no se sentía agusto, notaba cosas raras en la casa, hay partes escalofriantes que la autora nos narra de una manera tan sútil y a la vez tan intensa y profunda que parece que estés metido en la historia y viviendo como uno más en ese pueblo. Vamos a conocer a los vecinos de la granja, las relaciones que se forman, primero con los Hale y luego con los Clare, las fiestas, sus carácteres, su manera de relacionarse y también momentos de celos, envidias, desafíos, amor e intereses. Esto que nos puede parecer un rollo, no lo es en esta novela ya que es una manera de atar cabos de quien puede ser la persona a la que le interesaba o le beneficiaba cometer el asesinato de Catherine, o simplemente con las actitudes veremos quien es un psicópata en potencia.

La ambientación es genial como ya os he comentado, parece que estás dentro de la casa, o en plena nevada, la autora es capaz de transmitir las escenas y hacer que las vivas intensamente. En cuanto a los personajes, es imposible no empatizar con algunos de ellos como Cole, o especialmente con Catherine. Ella irá confiándose en una buena amiga que tratará de ayudarla (y a la que Catherine tendrá que ayudar posteriormente). Poco a poco va contando algunas cosas, pero es tan devota que cree que se merece todo lo que tiene: no estar a gusto en este nuevo lugar, no poder liberarse, no ser capaz de adaptarse. Seguramente otra esposa lo haría mucho mejor que ella, que se va destrozando por dentro y nosotros como espectadores padecemos con ella. al final de la novela se descubrirán unas cartas de Catherine que nunca fueron enviadas y se nos pondrá el vello de punta. En cuanto a otros personajes, conoceremos a algunos con relaciones tóxicas, otros que se profesarán puro amor y otros a los que les moverá el interés. Como en cualquier sitio vamos, sólo que lo normal no es que se produzcan los hechos que se suceden aquí.
Hay que decir que es una novela para degustar poquito a poco, para leer de manera pausada, recreándonos. Tengo que reconocer que al principio cometí el error de querer ir super rápido porque quieres saber qué es lo que pasa, quien ha sido el asesino, y porqué. Pero hice un stop para ir más piano piano y de esa manera conseguí sumergirme en la historia hasta el fondo y disfrutarla muchísimo y vivirla mucho más. No es una novela que os pueda recomendar para leer por ejemplo en la piscina o para leer en un par de tardes. Creo que todos los que la hemos leído coincidimos en esto.


En definitiva, si os gustan los thriller y queréis embarcaros en uno que os dejará huella, tenéis que elegir esta novela, que nos trae un retrato inquietante y a la vez pasional de todo un pueblo que se verá inmerso en varios sucesos atroces, de los que no serán capaces de reponerse, que les afectará a todos en mayor o menor medida y de los que sólo resurgirán dos de ellos en un final conmovedor que cierra el círculo que se abrió con una granja que parece que odiaba a muchos de sus habitantes.

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La apariencia de las cosas nos traslada a Chosen donde los Clare, un matrimonio con una hija pequeña, se acaban de mudar a la granja Hale. Una oportunidad económica que no pudieron dejar pasar cuando a George Clare le ofrecen un puesto de profesor en la universidad de la comunidad.
Pero, ya dicen que lo barato a veces sale caro y George y Katherine Clare no van a tardar en darse cuenta la pega de esa casa tan barata...

El matrimonio Hale, los antiguos dueños de la granja, se suicidaron dejando atrás a sus tres hijos varones y desde entonces, los lugareños de Chosen parecen haber adquirido cierto respeto a la atmósfera que rodea a la granja. A lo que George, algo más práctico y ateo, le quita importancia a los sucesos que comienzan a suceder en la granja a partir de algunos días posteriores a mudarse, algo en lo que choca con Katherine que sí es más sensible a ello.
Un día al llegar George a casa después de la jornada laboral en la universidad se encuentra con una escena algo macabra y que no esperaba. Su mujer ha sido asesinada de un hachazo en la cabeza mientras, Franny, la hija de ambos de tres años de edad, dormía en la habitación de al lado...

Y con esta premisa da comienzo una trama de personajes a través de la cual Elizabeth Brundage, mezclándonos lo sobrenatural con la vida real nos habla de las relaciones familiares o de amistad no son siempre lo que parecen cuando lo observamos desde fuera. de como cambian las cosas cuando lo que mostramos a los demás poco o nada se parece a lo que realmente vivimos en el interior de nuestro hogar.

512 páginas divididas en capítulos extensos aunque a su vez se van dividiendo en otros sub capítulos, lo que hace que quizá no se te hagan tan eternos. Aunque el ritmo de la narración es más bien pausado, para mí personalmente, ese ha sido uno de los peros en cuanto a esta lectura.

El otro pero con el que me he encontrado ha sido la parte sobrenatural de la historia. Quería leer este libro precisamente por la mezcla esta que tiene, de hecho una de las críticas que se nos muestra en la parte posterior del libro, la de Stephen King precisamente, se centraba más en esta parte, y ahí mi error de creer que tendría más protagonismo. Pero la autora aquí solo nos muestra algunas pinceladas, consiguiendo crear cierto ambiente en nuestra mente pero en realidad centrándose en otros aspectos de la trama.

Quitando estos puntos y de que, si es cierto que se me ha hecho a ratos un poco más lento de lo que hubiera pensado en un primer momento, me he encontrado con una trama interesante. Elizabeth consigue trasladarnos completamente a la época de la mano de unos personajes que, nos caerán mejor o peor, pero una cosa no quita la otra y, hay que decir que los personajes quedan muy bien planteados cada uno según su personalidad bien definida y evolucionando a medida que va transcurriendo la historia sin salirse de sus estándares.

Brundage nos mostrará como era la vida de aquellas mujeres que vivieron la época. Sobre todo aquellas que tras una educación más bien recta que se convierten en esposas devotas y católicas que creen que lograrán hacer felices a sus maridos a pesar de todo. Con una documentación brutal, nos recalca en detalle temas como el sexismo, el machismo o incluso el maltrato psicológico tales de la época pero que, si lo trasladamos a nuestros días tampoco lo vemos tan descabellado.

Por otro lado nos encontramos con George, un personaje que, si bien desde el principio no ha sido santo de mi devoción, quizá ha sido uno de los personajes que más me han gustado -aquí la medio psicópata al habla :p-.

Nos introducirá de lleno en la mente de un sociópata, que tiene la imperiosa necesidad de resaltar sobre cualquiera que se le ponga por delante aunque para ello tenga que hacer cualquier cosa. Pero la autora nos lo mostrará de una forma tan gradual, enseñándonos a este personaje desde sus inicios logrando así hacernos entender el por qué termina siendo como es y permitiéndonos hacernos una idea de ello hasta el final cuando ya hemos llegado a conocer todos los hechos. Algo que en especial me ha gustado.

En cuanto al final... tengo mis sentimientos encontrados. Por un lado, me pareció un poco caótico y apresurado pero por otro, si que es cierto que todas las incógnitas que vamos almacenando en nuestra mente a través del desarrollo de la trama van quedando resueltas y todo bien encajado.

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Hace poco salió a la venta un thriller que en cuanto vi de que iba sabía que tenía que leer. Y lo he podido hacer gracias a la editorial Duomo, quienes muy amablemente me cedieron un ejemplar. Ya sabéis que a mi los thrillers me gustan mucho y cuando leí la sinopsis de la apariencia de las cosas me entró mucha curiosidad. ¿Un libro que contiene fantasmas, un asesinato y una casa misteriosa? Es por completo mi tipo de libro. Tras haberlo leído, tengo que admitir que me esperaba otra cosa y me ha sorprendido bastante lo que me he encontrado tras sus páginas. En general, lo de disfrutado mucho y la historia se me ha quedado grabada en la cabeza. Aquí van mis conclusiones.

George y Catherine son un matrimonio con una niña pequeña llamada Franny que se acaba de mudar a una granja en un pueblo pequeño llamado Chosen. La casa les ha salido muy barata y pronto descubrirán por qué. La gente dice que está encantada ya que los anteriores propietarios se suicidaron allí. Pero George, profesor de la universidad, no cree en esas cosas y no le da importancia. Un día, cuando Goerge vuelve del trabajo, se encuentra con una escena horrible: su mujer ha sido asesinada en su cama, mientras su hija dormía en el cuarto de al lado.

Si leéis el resumen y la sinopsis , parece que nos encontramos ante un thriller con toques sobrenaturales. Pues es así, pero tampoco lo es. Es mucho más que eso. Las apariencias engañan,nunca mejor dicho y esta es una historia que no deja indiferente. No es una historia sobre la casa ni sobre el lugar, es una historia sobre los personajes y sus relaciones y de como las cosas a veces no son lo que parecen a primera vista. Si tuviera que elegir una palabra para describir el libro , esa sería sin duda Inquietante. Y no por los supuestos fantasmas o por las vibraciones del lugar. Inquietante por como la autora describe la vida familiar de un matrimonio a simple vista normal y corriente y a toda la comunidad que les rodea. Nadie sabe lo que pasa detrás de la puerta, esa es la frase que se suele decir cuando queremos expresar que cada familia tiene su vida y su privacidad. Lo mismo pasa con los Clare con los Hale y con las demás familias que hacen aparición en esta historia. Catherine y George parecen un matrimonio joven, lleno de ilusión y amor. Pero mientras vas pasando las páginas te vas dando cuenta de la horrible y trágica realidad. Estamos ante un libro duro y nada fácil de leer en muchas ocasiones, pero que engancha de una manera increíble.

La novela tiene un ritmo pausando y lento durante todo su desarrollo y esto es lo que más me ha lastrado la lectura, por así decirlo. A veces me costaba mucho avanzar o no me interesaba lo que se estaba contando pero tras haber pasado unos días después de acabarlo y después de analizarlo, he llegado a la conclusión de que esa pausa en el ritmo era necesaria para llegar a contar todo lo que hacía falta, y sobre todo, para trasmitir esa desolación y esa inquietud que sobrevuela la novela hasta el final.


Los personajes me han gustado mucho todos. Catherine y George están perfectamente caracterizados y es una maravilla leer como evoluciona este matrimonio, desde la felicidad del principio hasta los angustiosos pensamientos del final. Es totalmente desgarrador y a mi personalmente me ha afectado mucho. Catherine es un personaje que tiene que aguantar de todo y es un fiel retrato de muchas mujeres que han sufrido o están sufriendo un infierno y no ven escapatoria. George es un personaje fantástico que te va a caer fatal y hasta le vas a coger un profundo asco y terror. Los Hale me han gustado mucho y uno de mis personajes favoritos ha sido Justine.

En general, me ha parecido una novela muy coherente y con una trama y personajes reales, de hoy en día, aunque gran parte de la historia esté ambientada en los años 70/80. Podemos observar las tradiciones familiares tan arraigadas que existen, el machismo y sexismo , la violencia de género y la lucha de las mujeres en un mundo donde el patriarcado quiere silenciarlas y someterlas. Si tuviera que ponerle algún pero, sería el final. Me ha parecido demasiado precipitado y contrasta mucho con la tranquilidad en el ritmo de todo el desarrollo anterior. El final, aunque me ha gustado, me ha dejado bastante descolocada y a día de hoy sigo un poco confusa.

También me hubiese gustado que se hubiera profundizado más en el tema paranormal pero para la clave de la historia no era necesario y está en segundo plano. La autora se centra en contarnos como es la vida familiar de los Clare para que vayamos descubriendo poco a poco el misterio por nuestra cuenta.

En definitiva, La apariencia de las cosas se ha convertido en uno de los mejores thrillers que he leído este año. Está escrito de forma magistral y nos ofrece una historia dura y trágica , y sobre todo, real, que te llegará a lo más hondo.
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