Reunión

Lo has conseguido. Has llegado justo a donde querías llegar. Lo tienes todo. Lo que siempre habías pensado que debías alcanzar, lo que se esperaba de ti. Después de mucho esfuerzo y sacrificio por fin estás ahí. En el puesto de trabajo que visualizabas, recién ascendida, con mucho dinero, la casa perfecta, tu pareja... No se puede pedir más, tienes la vida que todos considerarían como 'perfecta'.
Pero hay algo que no acaba de encajar... ¿y ahora qué? Una vez que ya lo tienes, ¿realmente era esto lo que querías? ¿Ha valido la pena? ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?

En un peculiar diálogo interno la protagonista, una mujer británica negra, nos expone sus pensamientos reflexionando sobre todo esto.
Este fin de semana irá a la fiesta en la que su novio, blanco y de buena familia, la presentará oficialmente como pareja mientras ella se enfrenta a una decisión vital que deberá tomar. Y mientras se prepara nos ofrece pequeños retazos de su vida, situaciones, momentos concretos en los que, sin entrar en muchos detalles, muestra perfectamente que no todo es lo que parece.
Que la Inglaterra aparentemente integradora, igualitaria y abierta tal vez no lo sea tanto. Y en poco más de 120 páginas aborda temas muy personales y también algunos como la meritocracia, el machismo y la misoginia sutil que experimenta siendo una mujer de éxito en el sector financiero y rodeada de hombres, el racismo y clasismo, incluso los efectos del colonialismo británico a lo largo del tiempo.

Todo esto con una estructura muy peculiar, un poco desconcertante al principio, con silencios que te exigen no perder la concentración, en los que tienes que deducir lo que ella quiere decir, pero que al final encaja y el conjunto funciona perfectamente.
No es una novela como tal, es algo diferente, y aunque reconozco que al principio me costó un poco cogerle el punto, una vez dentro me dejé llevar totalmente por la narración de Natasha. Tengo medio libro subrayado, no os digo más 🙃 Tiene fuerza y personalidad y me ha parecido que está planteada de una forma muy original, es un debut muy bueno. Ha sido una revelación en Inglaterra y sin duda voy a seguir bien de cerca a esta prometedora escritora.

Compré este libro por la cantidad de buenas reseñas y recomendaciones que leí sobre él y la sensación, una vez que lo he terminado, es de haberme quedado a medias.

No es una historia al uso, creo que es mas bien un dialogo interno de la protagonista sobre la racialidad, el machismo y como afecta ser mujer negra en un mundo laboral donde priman los hombres.

El libro no es una historia hilada, comienza con pequeños relatos dónde nos cuenta pensamientos y nos da pinceladas de su vida, pero sin estar ni enlazados ni ubicados y con saltos temporales que me han dificultado la lectura. A medida que va avanzando el libro iba gustándome más pero no ha terminado de convencerme.

Creo que, aunque el fondo me interesa, no he conectado con la forma.

Mujer negra exitosa en la Inglaterra del siglo XXI. Esta frase podría ser el resumen general de “Reunión”, la novela debut de Natasha Brown, una frase que abarca todo el éxito y la evolución de una sociedad, en principio, abierta y multirracial, pero también toda la herencia arrastrada por el colonialismo: racismo, capitalismo, esclavitud y, por supuesto, misoginia, dentro de un ambiente de aparente multiculturalidad y, quizá falsa, diversidad.

Una ópera prima tan breve como contundente, con un personaje femenino muy potente y lleno de matices en el que observamos toda la fuerza y la rabia del que sufre injusticias y (micro)agresiones a diario, muchas de ellas muy normalizadas socialmente.

Una historia en la que se nos analiza qué significa el éxito para una mujer negra en ambientes que históricamente han sido masculinos y blancos, cómo afectan los traumas del pasado a las dificultades del presente y cuáles son los problemas que arrastra hoy en día nuestra sociedad como un mal sistémico del que es difícil desprenderse.

Con una visión distinta y muy directa de lo que es el trabajo duro y lo que cuesta alcanzar la cima, la autora hace una profunda crítica, con un estilo muy particular, a la actual meritocracia, a la igualdad y la inclusión. Un relato breve pero intenso, poderoso y muy necesario, que impacta y estremece; un retrato feroz que produce un gran impacto emocional a pesar de la aparente desidia que destila el estilo de la autora, pues se siente como si la protagonista hablara en muchas ocasiones desde la desgana y la más profunda resignación.

No os negaré que me ha costado un poco mantener la concentración al principio por lo diferente y desconcertante del estilo, pero a pesar de esta desorientación inicial, la autora consiguió que terminara la lectura completamente descolocada (en el buen sentido) por esos fogonazos de lucidez, esos bellos matices y ese gran calado que otorga a una narración tan breve y aparentemente simple, que no es más (ni menos) que un duro examen de conciencia social.

Nos encontramos ante una afilada mirada a la realidad racista y patriarcal sobre la que aún se sostiene nuestra sociedad, a través de los recuerdos de una mujer negra británica que aparentemente ha logrado el "sueño americano", que ha escalado a la supuesta cima para descubrir que ahí arriba sigue siendo una paria, que para el mundo su vida sigue sin tener valor por sí misma, tan solo el beneficio que reporta su trabajo y la diversidad convertida en una marca que cotiza en bolsa en el poscapitalismo.

En su inteligente y mordaz crítica al legado imperialista poscolonial, nos deja reflexiones como estas:

"Yo pago mis impuestos, todos los años. Todo el dinero gastado en mí: educación, atención médica, ¿qué más, carreteras? Todo lo he devuelto. Con creces. Ahora es todo beneficio. Soy lo que he sido siempre para el imperio: puro y puto beneficio. Un recurso natural que explotar y explotar, denigrar y explotar. No le debo nada a ese niño. Ni a ese hombre. Ni a los manifestantes, ni al imperio, ni a la madre patria: nada de nada. No les debo mis próximos cuarenta años. No les debo mi próximo puto minuto. ¿Qué más quieren? Hasta aquí, se acabó. No puedo más."

"Les enseñan [...] desde el colegio. Les enseñan a ver nuestros cuerpos (a nosotros) como objetos. Aprenden la división entre países desarrollados y países subdesarrollados como si fuese mera geografía: tan incuestionable como las montañas, los océanos y demás accidentes naturales. Sin porqués, sin las flechas despiadadas del imperialismo europeo rasgando el mapa del mundo. En su forma más elemental: los cuerpos (negros) sin nombre, sin cara, sin identificar, exhibidos, hacinados y encadenados, pegados unos a otros, pies contra cabezas, en la ilustración a tinta de un barco. Condiciones indignas para un animal. Les enseñan esas imágenes, a perpetuidad, en las aulas, una y otra vez. Hasta que se convierte en un axioma."

Esta novela corta descoloca desde la primera página. No por los temas que trata, que también, sino por la forma en la que lo hace. La narradora es una mujer negra británica que nos cuenta retazos de su vida a través de pensamientos y fragmentos breves que poco a poco van encajando como piezas de un puzle.

Brown nos presenta así a un personaje sin nombre, omitiendo gran información para que el lector rellene los huecos, y pone el foco en lo que significa ser una mujer negra en la actualidad. ¿Vivimos en una sociedad realmente abierta e integradora? La autora lo tiene claro y reflexiona sobre el racismo, la identidad, las incoherencias derivadas de la cultura colonial del Imperio Británico y de las microagresiones presentes en el día a día.

Nuestra protagonista tiene una carrera de éxito en el sector financiero y se mueve en círculos adinerados, y con sus experiencias la novela muestra de una forma directa y descarnada como el cosmopolitismo del que presumen las grandes capitales no deja de estar ligado al capitalismo y a una falsa apariencia de diversidad.

El relato escuece y hace que nos removamos. Es todo un logro que pese a esa narración tan escueta y a fogonazos consiga construir una historia potente, con un discurso conciso y lleno de matices que deja un gran calado. de esos libros que vuelven a tu cabeza días después de haberlos terminado.