”No nacemos monstruos, ¿verdad?¿no tenemos todos al nacer el potencial de ser buenas personas o malas o algún área nebulosa entre las dos? Son la vida y las circunstancias las que trabajan sobre las inclinaciones ya escritas en nuestros genes.” ~ La estafadora de Janelle Brown. Nina es una joven que tras haber estudiado Historia del Arte se dedica a la venta de antigüedades. Un día si madre enferma y con el fin de cubrir el coste del tratamiento, Nina se sumerge en un negocio menos legal de la mano de Latham, un hombre con el que su madre timaba a la gente. El objetivo de la pareja es adueñarse de la fortuna se Vanessa Liebling, una joven Instagramer que vive de la herencia familiar pero también de su imagen y de exhibir su vida en Instagram. Pero la elección de Vanessa como objetivo no ha sido aleatoria y los motivos de Nina van más allá que sólo el dinero. El libro está narrado desde dos puntos de vista: el de Nina y el de Vanessa –personaje al que más de una vez he deseado darle dos gritos– que se van intercalando por partes. Y así vemos dos enfoques diferentes de los mismos hechos. Una historia entretenida. Sin más. Libro correcto pero sin gran trasfondo. Si has leído varios thriller psicológicos no te va a sorprender en absoluto. En algún momento se hace un poco lento y estás deseando que acabe pero en líneas generales, sin grandes pretensiones, entretiene. |