La historia comienza cuando Robert Langdon es llamado por su amigo Peter Solomon para que dé una conferencia en el Capitolio, pero se le habrá dos problemas: Nunca dará la conferencia, y la persona que lo contacto no lo hizo de parte de Peter. Cuando Robert aterriza en Washington comienza todo: La mano cercenada de Peter aparece en el suelo de la rotonda del capitolio con símbolos extraños y aparentemente el único que puede saber que significan es Robert. De las cosas que más me gustaron del libro son los detalles, las descripciones y por supuesto los datos sobre los símbolos, los Francmasones y la ciencia noética. Una de las cosas que al principio me resulto interesante según avanzaba el libro y el descubrimiento del «Villano» por decirlo de algún modo, fue El símbolo perdido, que contiene los secretos ancestrales de la humanidad y las habilidades y alcances de las que son capaces los seres humanos pero desconocen totalmente. Me resultaba intrigante, y podría haber seguido así, pero el personaje involucrado y con la necesidad de poseer el símbolo no me entró nada. Contiene una buena historia, con información abundante y descripciones preciosas que sin duda te transportan a un Washington asombroso, eso es lo que más me gusta del autor, los detalles y las descripciones con las que consigue transportarnos a cada uno de los escenarios. |