El código Da Vinci

¿Por dónde comenzar? "El Código Da Vinci" era la primera novela que leía de Dan Brown y espero en un futuro leer muchas más. Ahora vamos a enfocarnos en este maravilloso libro. En esta ocasión era la segunda oportunidad que le daba a este libro, debido a que anteriormente lo había comenzado y no había logrado atraparme, tal vez no era el momento o no era la clase de lecturas que me atrapaban. Sin embargo, en este momento me atrapó muchísimo. Comenzando por los personajes, Robert Langdon es un profesor de iconología y simbología religiosa en la Universidad de Harvard, tiene una inteligencia única y muchísima capacidad para razonar a partir de los acertijos que se le presentan. Es admirable como vamos conociendo un poco más de este personaje a través de los flashback que el escritor presenta, y no solo por lo que sucede en el presente. Cuando se encuentra involucrado en una persecución y acusado injustamente se une a la criptóloga Sophie Neveu para resolver el homicidio del conservador del museo del Louvre y miembro del Priorato de Sión, una antigua secta que fue creada para mantener en secreto una verdad que derrumbaría los cimientos de la Iglesia católica. Sophie Neveu es una joven que se ve envuelta en todo este mundo religioso, del cual sabe muy poco, por este motivo Robert trata de orientarla y enseñarle todo lo que está a su alcance. Esa inocencia del personaje es lo que me cautivó, ya que todos en algún momento nos adoctrinaron bajo alguna religión, y Sophie era inocente en todo ese mundo.
Durante toda la novela podemos seguir a los protagonistas a través de muchos enigmas y la explicación sobre diferentes deidades, sobre los símbolos paganos, y sobre mucha historia religiosa, esta parte fue la que más me gustó porque los datos y la información que te ofrecía era sorprendente y son cosas que, tal vez, por nuestra cuenta no busquemos porque no se nos ocurriría. Conocemos otros personajes como el sacerdote Aringarosa y Silas que tratan de impedir que los protagonistas sigan con la investigación, y Leigh Teabing, un viejo amigo de Robert que los ayuda con ese enorme secreto.
Dan Brown mezcla historia, religión en una lectura atrapante y ligera, logrando que el lector se inunde en información sorprendente. Toma las conspiraciones de la Iglesia que se vienen contando desde hace muchísimos años para crear una novela brillante. Sobre todo me gustó como la imagen femenina era venerada en la antigüedad antes de que la Iglesia nos acusara de ser las pecadoras que tientan al hombre de comer del fruto prohibido. Obviamente les recomiendo esta novela, no se van a arrepentir. Tengo muchas ansias de leer otra de sus novelas y volcarme en otra aventura.
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