El Fantasma De Anya

Anya es una adolescente inmigrante de Rusia que vive una vida tratando de encajar en la sociedad americana, tratando de seguir los estándares de quienes se dicen "populares", es en este contexto donde llega incluso a avergonzarse de sus orígenes, aparentando ser quien no es, solo para estar a la altura de lo que ella cree que es ser cool.

Hasta que tiene un pequeño incidente de camino a su casa, pues cae en un pozo olvidado y para su sorpresa allí también habitan los restos de otra adolescente, cuyo fantasma hace su aparición y a partir de aquí se cola en su vida, para bien o para mal? Pues Anya va cambiando a raíz de esta nueva compañía y hasta aquí puedo contar sin hacer spoiler.

Es una lectura entretenida y que se lee de una sentada, por otro lado me ha gustado la evolución del personaje de Anya, que alcanza cierto grado de madurez a través de sus últimas vivencias.

Debo empezar diciendo que esta es una novela gráfica que me pilló desprevenido. Su premisa a priori me pareció muy manida: Una chica nacida en Rusia trata de adaptarse a un instituto norteamericano en el que nos encontramos a todos los estereotipos ya vistos en 1001 películas: el atleta guaperas, su novia la animadora, el estudiante modelo con el que la toma todo el mundo, etc. El giro aquí llega cuando Anya cae en un antiguo pozo en el que conoce a un fantasma que al principio le hará la vida más fácil, pero que poco a poco mostrará que tiene un lado más oscuro.

A partir de ahí salimos un poco de los lugares comunes de las típicas historias de adolescentes que tratan de encontrar su lugar en el mundo para vernos en situaciones un poco diferentes. La pega está en que no termina de explotar su potencial, y lo que podría haber sido algo mucho más profundo se queda a medio camino. No voy a negar que quizá mi diferencia de edad con el público objetivo de esta obra no pueda haber influido de forma negativa a la hora de evaluar esta obra, pero no puedo dejar de pensar que podría haber dado más de si, especialmente porque el desenlace me pareció abrupto.

A nivel gráfico cumple con creces. Debo decir que tengo cierta debilidad por este tipo de ilustraciones, de estilo simple pero hermoso. No es que sea una gran obra de arte en lo que a este sentido se refiere, pero es lo suficientemente bonito como para que sea disfrutable.

Lo último que me queda por decir es que esta es una de esas obras que me hubiera gustado haber leído hace 20 años, me hubiera venido muy bien, la verdad.

Las historias sobre adolescentes ansiosos de encajar y con problemas de identidad son un tema bastante frecuente en series de televisión y otras narrativas donde suele primar el humor. El fantasma de Anya, por el contrario, da una vuelta de tuerca a muchos de los estereotipos tan trillados y nos presenta en forma de cómic el encuentro de una adolescente con una fantasma de su edad que lleva más de noventa años muerta en el fondo de un pozo.

Nos encontramos con los personajes de siempre: un guapo capitán de baloncesto con novia, un hermanito que le destroza sus cosas para hacerla feliz, el friki de la clase enamorado de ella hasta las trancas y una amiga con una lengua tan mordaz como con buen corazón. Además, la madre de Anya ha luchado duramente para pagarle una escuela privada de poca monta y no consigue perder el acento ruso que tanto avergüenza a su hija. Los quilos de más que mortifican a Anya los considera síntoma de buena salud y le gustaría que su hija frecuentara la iglesia ortodoxa.



La subversión, la ruptura con lo conocido no tarda en aparecer cuando Anya descubre las ventajas de trabar amistad con una fantasma llamada Emily que la ayuda en los exámenes y le da consejos para ligar. Gracias a su ayuda, Anya logra hacer realidad muchos de sus sueños para descubrir que nada ni nadie son lo que parece y que su vida no es tan mediocre como pensaba. Y, lo más importante, tiene que deshacerse de la fantasma cuanto antes porque muy pronto las palabras amables se convierten en amenazas:
Todo sale a la luz en cuanto Anya experimenta lo más parecido a una pesadilla. Ni el guapo capitán de baloncesto es una joya. El friki tiene mucho más que aportar que la mayoría de chicos y chicas populares de su escuela. Y Siobhan, su mejor y única amiga, le cuenta lo que piensa de ella: «Puede que parezcas normal como todos los demás, pero no lo eres. En el fondo no«.

El proceso de crecimiento por el que pasa Anya es todo un reto a la maduración de golpe y el sentido crítico que supone ver la cara oculta de todo lo que soñaba con poseer o ser. Anya transita entre la apatía y la insatisfacción primera para terminar por aceptarse a ella misma y sentirse dichosa con todo lo que le rodea. Pero el camino no ha sido fácil.

Las imágenes realistas y muy expresivas en blanco y negro con toda la gama de grises refuerzan la oscuridad del libro. Un planteamiento totalmente nuevo y un tanto al límite de lo que supone desear cambiar a toda costa. Una incursión en el terror más sutil e inesperado que ha conseguido las mejores críticas. Entre ellas, las del autor de cómics y obras de fantasía y ciencia ficción Neil Gaiman, que la considera «Una obra maestra«.
Enlace: https://www.culturamas.es/20..

Lo cierto es que llevaba mucho tiempo bicheando este cómic y no me terminaba de decidir. Ayer, al verlo en la biblioteca, me dije: “Isa, venga va, no te hagas la dura”. Y no me equivoqué.

Tras una historia típica de complejos e inseguridades de una adolescente extranjera, podemos analizar un mensaje más profundo de crítica hacia la falsa aceptación propia, hacia el hecho de darle demasiada importancia a lo que piensen los demás y hacia lo jodido que es intentar ser siempre perfecta, aún sabiendo que no te acercas ni de lejos porque - OH, SORPRESA - nadie lo es.

Es más, si nos paramos a analizarlo, el hecho de que constantemente intentemos conseguirlo roza lo turbio de una manera considerable.

Y todo esto se desarrolla con una historia que maneja lo paranormal desde una perspectiva cómica y nos mete en un contexto de hace un siglo.

En definitiva, es un cómic ideal para transmitir que el esfuerzo por intentar agradar lo puedes invertir en tirarte en el sofá a ver Netflix o algún sucedáneo fascista del estilo que no permita compartir cuenta fuera del domicilio.