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En este libro me encontré a un chico que, nos lleva en una viaje por sus emociones y sentimientos. Nos cuenta lo bueno y lo malo que ha vivido y experimentado. Etgar tiene 15 años, está enfrentando su primera decepción amorosa y reflexionando como si fuera la décima. Ha pasado por situaciones que lo llevan a actuar como todo un adulto. Etgar entra en un remolino de vivencias, confusiones y cuestionamientos. Me leí este libro por el título a decir verdad, mi mente lo asoció enseguida con Lolita, pero no tienen nada que ver. El protagonista sí se ve envuelto en una relación donde hay una diferencia edad grande, pero las situaciones y el contexto es completamente distinto en cada caso. Para mí Lolito, es una experiencia, es conocer, es sentir; un punto de vista diferente, un joven que va en contra de la corriente con sus pensamientos y a veces, también con sus acciones. El estilo de escritura del autor, irreverente. Escribe los pensamientos de Etgar tal cual funciona la mente, incoherente, desordenado, una lluvia de palabras que intentan darle sentido a la vida. Palabra tras palabra, Ben nos quiere mostrar al protagonista, más que entenderlo, quiere que sintamos lo que él, que nos adentremos a su desorden y palpemos los miedos, el amor, la soledad, la tristeza, la necesidad. Me suelen gustar mucho este tipo de lecturas, porque me dejan algo para mí, me muestran algo de mí, me hacen verme y ver a otros. El libro se lee súper rápido, tuve un viaje de 6 horas y ahí cayó. Sí me hubiese gustado ver un poco más de desarrollo en los otros personajes, porque la historia es un poco solitaria y concentrada en el protagonista y sí quedan pasajes o ideas en el aire. |
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