La inquilina de Wildfell Hall

"Todas las novelas se escriben, o deben ser escritas, para que las lean hombres y mujeres, y no puedo concebir que un hombre se permita escribir algo que sea realmente vergonzoso para una mujer, o que una mujer sea censurada por escribir algo que sea conveniente y adecuado para un hombre." Anne Brontë.
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La publicación de "La inquilina de Willfell Hall" en 1848, por la menor de las hermanas Brontë, Anne Brontë, publicada bajo el pseudónimo de Acton Bell, fue todo un escándalo para la sociedad victoriana de la época, y no es de extrañar.
Es una novela rompedora y revolucionaria, con una fuerte denuncia hacia el machismo, la violencia y los vicios como el alcoholismo y el juego.
En definitiva, resulta difícil entender que sea la hermana Brontë más olvidada, cuando crea una protagonista que es toda una heroína, hace una perfecta construcción de personajes y la trama logra mantenerte en vilo hasta el final, además de la fuerte denuncia social que hace, anteriormente comentada.

Esta obra de Anne Brontë es simplemente magnífica. Fue publicada en 1848 por con el seudónimo de Acton Bell, ya que las mujeres no podían publicar. Qué elegancia narrativa, qué trama tan bien llevada, qué oscuridad se desprende de sus páginas con esta historia tan asfixiante, y al mismo tiempo, tan brillante. La autora nos deleita con una protagonista femenina fuerte, determinada, y sin embargo, inevitablemente arrastrada por el carruaje del horror, en una sociedad conservadora, que silencia a la mujer y empodera a los hombres.

Es la historia de Helen, la nueva inquilina de Wildfell Hall. Ha venido con su hijo pequeño y en el pueblo no se habla de otra cosa. Poco a poco, un curioso joven llamado Gilbert se verá ardientemente atraído por ella e irá descubriendo el secreto que esconde.

No he leído aún todas las novelas de las Brontë, y es que no deja de sorprenderme que estas muchachas, en el seno de una misma familia, hayan cultivado con honores el arte de las letras, y además siendo tan jovencitas cuando las escribieron.

Esta novela es una maravilla. La historia está contada de una manera muy inteligente, muy detallada, muy pensada, de tal forma que te va introduciendo en una trama oscura y complicada, que no esperas, y donde se manifiesta lo peor y mejor del ser humano, las cuitas más íntimas y las relaciones más complejas entre todos los personajes, pues en ellos se sustenta todo el peso de la trama.

Es una novela entrañable, dura, considerada una de las primeras novelas feministas de la historia, y siendo del s.XIX, como es de esperar, con algo moralina religiosa haciendo obrar a todos los personajes según los designios del cielo.

Algo a destacar a pesar de sus numerosas páginas: el ritmo de la novela. Es muy intenso. No hay que tenerle ningún miedo a enfrentarla, se lee deprisa. Está escrita de forma epistolar, lo cual me ha parecido maravilloso.

¡La he disfrutado muchísimo!

¡Qué maravilla y que tristeza a la vez no poder leer nada más de Anne Brontë!
Opté por una decisión acertada: empezar leyendo Agnes Grey para después explosionar con su segunda novela, La inquilina de Wildfell Hall. Qué bien escrita, que bien hilada y qué adelantada a su época. (Característica ésta última de las tres hermanas, pero con bastante más énfasis en la pequeña de la tres, Anne).

Un pueblo pequeño empieza a sentirse atraído por la misteriosa señora que vieve en la mansión Wildfell Hall con su pequeño hijo. Son tantos los chismes y vaivenes de los vecinos sobre la señora Graham, que un joven, Gilbert, se ve cautivado por los encantos de esta viuda que más que amable en un principio, es seca y fría así como muy celosa de su intimidad. Pero con el pasar de los días y viendo que también por parte de ella podían aflorar algunos sentimientos, se ve en la obligación de dejarle un diario a Gilbert, el joven enamorado, donde explica el porqué de su misterio. En estas notas narra las penurias y sufrimientos que ha pasado con su marido dando a entender el porqué de su frialdad no sólo con él sino con el mundo.

Novela epistolar donde una parte aborda las cartas que Gilbert escribe sobre la señora Graham y otra donde a modo de diario, ella narra los acontecimientos más felices y más tristes de su vida.

Una novela con tintes feministas muy alejados del sentir de la época victoriana en la que fue escrita pero valiente y desgarradora haciendo que sea toda una obra de arte que ha llegado a nuestros días por la fuerza de irradia y el valor a contar lo que nadie podría imaginar en el siglo XIX.

Os la recomiendo con ímpetu porque pese a tener 600 páginas, os engullirá desde la primera página. Una maravilla.

Hace unos años leí la otra obra de Anne Bronte "Agnes Grey" y me encantó. No sé si es porque iba con las expectativas muy altas pero esta obra no me ha parecido tan impresionante como la anterior.
Me ha gustado mucho las descripciones que hacía la autora sobre las casa, la naturaleza, los sentimientos y situaciones que viven los personajes. Pero no me han gustado nada los diálogos, más que nada, porque todo está centrado en las ideas religiosas de la moral. Muchas enseñanzas y discursos moralistas me han cansado en ocasiones.
Además las personalidades de los personajes son o muy blancas o muy negras, es decir, o eran muy malos o eran muy buenos pero con el punto de ingenuos y tontos con la consiguiente que los personajes malos se aprovechaban de ellos.
La historia en sí me ha parecido muy entretenida porque siempre había algún tipo de lio. Pero había veces que no podía creer que la protagonista volviera a caer en la trampa de ese marido, o volviera a soltar el discurso moral de que todos los injuriosos se iban al infierno y todo lo malo que les pasaba era por esos pecados.
Hay una gran crítica a la alta sociedad y esa forma de enaltecer o arruinar a una persona por simples chismes, los líos extramatrimoniales que había, la infelicidad en estos matrimonios muchas veces acordados.
En fin, que ha sido un sí pero no por algunos aspectos. Lo divertido ha sido leerlo en lectura conjunta porque nos sentíamos como la persona a la que le llegaban estas cartas eternas contando con pelos y señales todo lo que pasaba.

Una muy buena lectura de un libro que es más narrativa histórica que romántica. Se trata de un libro romántico, sí, pero no del estilo pasional que está tan de moda ahora, sino que prima la ambientación social. La autora describe con increíble acierto y seguramente de forma escandalosa en su época, una sociedad hipócrita, donde las mujeres tienen que ser santas y los hombres, bueno, son hombres.... Ya me entendéis.


Es un libro para leer despacio, sin prisas, con tiempo. Y es una lectura que os recomiendo encarecidamente. 

Dicen que Charlotte Bronte envidiaba a Anne Bronte y por eso trato de ocultar La iniquilina de Wildfell Hall al mundo. Yo sinceramente no lo creo así. Creo que trataba de proteger la memoria de su hermana, pero equivocadamente. Menos mal que no lo consiguió y nos llego esta maravillosa obra a nuestras vidas.

Anne Bronte escribió esta novela en 1848, un año antes de su trágica muerte. Su publicación fue toda una revolución de ventas y de críticas, de hecho Anne Bronte se vio obligada a escribir una nota en el prefacio de la segunda edición aclarando que su novela muestra una pequeña realidad pero que no tenía porque ser extensible a todos los matrimonios (esta nota está en la edición de Alba Minus).

El argumento y la trama no son complejas. Una mujer llega a un pueblo apartado y no muy grande, y sus comportamientos y formas de educar a su hijo empiezan a llamar la atención y levantar las suspicacias de los habitantes de este pueblo. Esta mujer esconde un pasado el cual nos contará a lo largo de la novela.
La historia está narrada de forma epistolar donde Helen, la inquilina de Wildfell Hall, y Markham, uno de los habitantes del pueblo se turnan para narrarnos todos los hechos.

Amor tóxico, denuncia social o religión son algunos de los temas sobre los que versa la novela.

Las comparaciones son odiosas, pero yo necesito contraponer esta novela con Jane Eyre. Si que es cierto que Jane Eyre goza de una trama más interesante y unos personajes más carismáticos, pero la denuncia social que tiene La inquilina no lo tiene ningún clásico que haya llegado a mi. Me parece un auténtico grito feminista, una exposición de una realidad poco contada y un libro que estoy seguro que ayudo a todas las mujeres de la época que lograron leerlo.

En definitiva, es un libro necesario por lo transgresor y atrevido que es, y es un libro interesante independientemente de que como trama no sea rompedora. Es decir, el libro vale más por lo que no cuenta que por lo que cuenta, y ahí reside su grandeza.

«Mi propósito al escribir las páginas que siguen no era simplemente el de entretener al lector, como tampoco era el de complacer a mi propio gusto o ni siquiera el de congraciarme con la prensa y el público. Quería contar la verdad, pues la verdad siempre transmite su mensaje moral a quienes sean capaces de recibirlo.»
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La verdad... Esto que escribió Anne Brontë en el prefacio de la segunda edición de 'La inquilina de Wildfell Hall' el 22 de julio de 1848 me llamó muchísimo la atención sin saber de qué trataba la novela, no entendía por qué se tenía que justificar de esta manera ante el público. Después de leer la novela no puedo dejar de quitarme un sombrero imaginario y postrarme a los pies de Anne. Qué valiente, qué atrevida. Porque escribir sobre lo que escribió en su momento debió ser totalmente revolucionario.
Decir la verdad nos honra pero también nos expone ante la opinión de los demás, de ahí que Charlotte Brontë quisiera evitar que esta obra se reeditase durante varios años tras el fallecimiento de Anne a los 29 años. Hay quienes opinan que lo hizo por envidia o celos pero yo no lo creo.
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La novela es el relato que Gilbert Markham le manda por carta a un amigo contándole los principales sucesos de su vida antes de que se conocieran, parafraseando las primeras líneas de la misiva. El comienzo de esta extensa narración se remonta al año 1827, cuando Gilbert tenía veinticuatro años y una misteriosa y joven viuda se instala en la destartalada Wildfell Hall despertando todo tipo de rumores entre los vecinos. La segunda voz narrativa de la novela es la de Helen Graham, la nueva inquilina de Wildfell Hall, que entrega su diario personal a Gilbert para que conozca su pasado.
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No quiero contar mucho más porque me gustaría que si no habéis leído la novela lleguéis a ella sin mucha información y que os sorprenda tanto como a mí. Me ha fascinado, me ha removido, me ha emocionado, me ha indignado... todo esto y mucho más es lo que he sentido leyendo esta historia, no os la perdáis.
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Tenia la novela en el punto de mira desde que @miguelangelperez.perez nos la mostró y me lo he pasado pipa.

📖 Esta lectura ha sido conjunta organizada por @bibianabooks y no he podido disfrutarla más, sobre todo por poder comentando según íbamos avanzando y leyendo las teorías de cada uno.

📖 Hay que destacar el personaje de Helen, nuestra protagonistas por la cual la autora nos transmite sus pensamientos, siendo estas adelantados a su época, en relación a la educación de las niñas y los niño y en lo referente al matrimonio.

📖 La historia está contada de forma epistolar y escrito por dos personas. Una primera y última parte escrita por Gilbert y una segunda por la propia Helen.

📖 Respecto a los personajes masculinos, no hay ninguno que se salve, cada cual es peor, empezando por Arthur, el marido maltratador psicológico, seguido por Walter y los amigos de estos. Incluso Gilbert tiene actitudes cuestionables. Aunque debo reconocer que algunos acaban cambiando a mejor y otros se salvan, como Frederick.

📖 En definitiva, es un libro que he disfrutado muchísimo leyendo y a la vez me ha mosqueado la actitud depravada de los hombres y la parsimonia de Helen. A pesar de todo, es un libro que recomiendo.

La obra se publicó en 1848, todo un escándalo para la época, ya que trata temas que, aún hoy en día, nos resultan incómodos a la vez que cercanos, como son el alcoholismo o el maltrato. Creo que se podría considerar una obra feminista, siempre dentro de los estándares de la época. Es interesante también descubrir la vida de las hermanas Brontë, así como de su hermano, en quien parece que se inspiró para escribir este libro.

Se trata de una novela epistolar cuyo narrador, Gilbert, nos cuenta cómo se instala en una propiedad cercana una joven y atractiva viuda con su hijo de 5 años, rodeada de un halo de misterio en torno a su pasado. A través del diario de Helen, la inquilina de Wildfell Hall, iremos descubriendo una historia dura y fascinante que, salvando algunos detalles, bien podría haber sido escrita en nuestro siglo. Recomiendo que no leáis ninguna sinopsis, creo que cuentan demasiados detalles de la trama y lo bonito es ir desentrañando el misterio de Helen a medida que avanzamos con el libro.

La narración es muy amena y ¿qué decir de la historia? Es adictiva. Este libro ya forma parte de mis mejores lecturas del 2020. La verdad es que si me preguntaran cuál es mi Brontë preferida, no sabría qué responder. Lo que es seguro es que leeré el resto de su obra en un futuro.

Anne acostumbra a ser la menos valorada de las conocidas hermanas Brontë, cuando es quizá la más declaradamente feminista de las tres.
“La inquilina de Wildfell Hall” es la segunda y última novela que publicó, en 1848, bajo el pseudónimo de Acton Bell y en ella combina el género epistolar y el diario para denunciar la violencia de género y el problema de las adicciones como el alcohol, el opio o el juego.
Que está muy presente la moral victoriana y que se manifiesta un soporífero trasfondo de rigidez religiosa en toda la novela, no se puede negar. No en vano las Brontë fueron hijas de un párroco protestante y eso marca. Con todo, también muestra lo que algunos han llamado un avanzado pensamiento, que se traduce en la brillantez de sus diálogos.En la “La inquilina de Wildfell Hall” se abordan, asimismo, temas como el amor prohibido, el fracaso matrimonial, las masculinidades tóxicas y aparece una protagonista femenina fuerte, inteligente, rebelde, que vive de sus propios ingresos.
Mientras los lectores pensaron que tras la autoría de la novela había un hombre, la crítica se limitó a considerarla una novela atrevida y audaz que violaba las convenciones sociales así como la ley inglesa de la época, eso sí, de modo que cuando se descubrió, que tras el pseudónimo de Acton Bell se escondía una mujer, comenzó a ser fuertemente criticada.
No fue hasta mediados del siglo XX que los academicistas empezaron a valorar la genialidad de Anne Brontë y a ser considerada como la más radical de las hermanas, la que se atrevió a abordar los temas más difíciles…

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